Chris estaba a mi lado en el sofá, Darkiel frente a nosotros. Nos llevaba mirando en silencio por largos minutos. Sus ojos de un azul helado viajando entre momentos de mi cara a la de mi compañero, luego a nuestras manos entrelazadas. Parecía que quería ver algo, descubrir algo oculto en nosotros. Quizás podia, quizás lo veia y eso me hacia sentir aún más incómoda, temerosa. Además, algo en él no andaba bien. Algo en sus ojos, en sus labios tiesos.
Ya no veía esa amabilidad pura que había visto antes. No era que me importara demasiado, pero si era un factor que jugaba con lo que tanta ansia tenia porque me dijera. Solo me dejaba pensar que lo que estaba por decir no era bueno.
— Ya no puedo protegerte más mi niña — fue lo que dijo, sin más. Solo soltó esas palabras antes de cerrar sus ojos y tomar aire. Luego se quedó callado otra vez, y no pareciera que quisiera hablar de nuevo.
— No tienes porque. No te necesito.— solté con la cara en blanco. Era lo que pensaba, despues de nuestra corta historia no queria volver a verme involucrada con el para nada. Agradecía su ayuda, pero eso era todo.— Mas bien deberías decirnos como llegamos aquí. ¿Qué tiene tu que ver con esto? ¿Y Adirael?
— Aún no entiendes la gravedad del asunto. — dice evadiendo por completo mis preguntas. Bufo molesta y miro de reojo a Christopher. Luce tranquilo, pero su mano no deja de apretar la mia cada par de segundos.
— Ese es el problema contigo Darkiel. ¿Como quieres que entienda sino me enseñas? — su boca se abre pero le interrumpo al saber lo que dirá.— Ya lo sé, no puedes decirme. ¿Pero cuanto daño me haría que lo hicieras realmente? ¿No crees que ya estoy muy involucrada?— le insisto con desesperación en mi voz.
Las cosas últimamente estaban tomando un giro drástico y desagradable. Todo estaba fuera de control y yo no recordaba más allá de la pelea de Adirael con Odel. Pero sabia que habia perdido la memoria, simplemente faltaba algo. Además de la obvia ausencia de Adirael. Quien era otro problema.
No sabía si los cambios que estaban ocurriendo en él eran buenos o malos. Que podría saber yo de un demonio.
— Si lo hago, si te muestro todo lo que tus ojos no pueden ver, lo que tu cerebro no entiende... Amara, ya no serás la misma. Puedes correr riesgo.— el pelinegro me mira frustrado y me doy por vencida con el. No iba a decirme nada mas que la misma excusa.
— ¿Solo me tienes aqui para decirme que no puedes protegerme? ¿Dime cuando lo hiciste? ¿Eh? ¿¡Porque no estabas ahí cuando el me hizo esto!? — señale mi rostro con furia en los ojos. Este tipo no podía ser más descarado — ¡Solo llegas cuando ya el daño esta hecho! ¡Y luego vienes a darte aires de grandeza!
— Amara, las cosas no son tan simples. Quisiera explicártelo todo con detalles. Me entenderías— el hombre se levanta del sofa en un intento de acercarse a mí. Pero ya yo no quería oírle más.
No quería saber mas de toda esta mierda.
Joder, solo queria mi vida de mierda. Era mejor que vivir como una puta marioneta.
— No voy a perder mi tiempo escuchando tus excusas — me levante del sofá de inmediato y aun con la mano del rubio en la mia me dispuse a pasar junto Darkiel — Nos vamos de aquí Chris.
— No pueden.— se apresura a decir el hombre de ojos azulados, tan claros como el cielo despejado en un dia soliado. Eran solo un poco mas claros que los de Darkiel.
— ¿Me lo vas a impedir? — siseo con el ceño fruncido, el corazón latiendo rapido contra mi pecho—Eres igual que tu hermano.— escupo, con una ira creciente en mi pecho.
Estaba harta de estos dos hermanos idiotas. Ninguno era mejor que el otro.
— Amara, ya es suficiente.
— No, no lo es. Tu dices ser diferente a él, pero yo puedo ver más alla de esa fachada santa tuya.— le digo entredientes, acercando a Chris a mi cuerpo y preparándome para salir corriendo — Eres un monstruo, harías lo mismo que el si tuvieras el chance.
— ¡Ya basta! — su gruñido salio desde lo profundo de su garganta y por primera vez vi enojo en sus ojos. Su ceño se frunció por completo y me señaló con ímpetu— No tienes idea, la menor de las ideas de lo que ambos hemos pasado ambos por ti. No sabes absolutamente nada de lo que realmente esta pasando, no te atrevas a juzgarnos. No estas remotamente en la posición de hacerlo, Amara.— su mano cayo a su costado y aun con rastros de su cólera me dijo:— si tanto quieres el conocimiento, si tanto te desespera...te lo diré todo. Ya no esta en mí detenerte, las decisiones erróneas parecen ser lo tuyo.— y aunque estaba enojada, mi pecho se hundió de todas maneras. Porque la manera que lo dijo, fue como si el supiera todos mis pecados.
Y en algún rincón de mi mente, sospechaba que era verdad.
⬛⬜⬛⬜⬛⬜⬛
— No hay nada que plazca mas mi ojos que verte así Adirael. Eres un verdadera obra de arte — susurro satisfecho Lucifer. Hipnotizado en el rostro pálido e inerte del demonio en su regazo — No tienes ni una gota de fuerza más...Puedier hacer lo que plazca contigo ahora. Cortar tu sucia lengua, sacar esos ojos tan colericos de sus cuencas. Pudiera...matarte incluso. — le dijo suavemente, mientras acariciaba le acariciaba el rostro con una ternura oscura, una mirada dulce que ocultaba una locura siniestra. Pues en su mente pasaban las escenas, los gruñidos y la sangre derramada de Adirael. Los gritos que tanto añoraba sacarle pero que nunca ha llegado a oir.
Cuanto le emocionaba todo eso. Verlo sufrir era un nuevo tipo de placer. Un entretenimiento.
— Tu crees que me importa, hijo de puta — contestó irritado el peliblanco. Estaba retomando sus fuerzas rápidamente, sus alas regenerandose en parpadeos.
— Eres mi creación mas preciada Adirael. Lo sabés ¿No? Eres mi favorito.— le dijo orgulloso con un suave tono de malicia que nunca hacia falta. Mientras, sj mano caía en el pecho desnudo del demonio, traviesa.
— Esto no volverá a pasar— escupió el peliblanco mientras de levantaba con brusquedad de la falda del Rey del Infierno. Tenía el ceño fruncido y Lucifer pudo sentir la repugnancia y la frustración profunda que sentía aquel hombre.
— Te vere pronto, Adirael Arcangel — se despidió dulcemente el hombre rubio-castaño. Sus ojos dorados no abandonaron el cuerpo del peliblanco hasta que desaparecio entre las sombras — Asmodeo. — llamo entonces, con un tono duro y demandante, un giro total a su persona antes juguetona.
— Diga Señor— el demonio pelinegro aparecio, inclinado en respeto.
— Llevame a ella — ordeno con su mirad aun clavada en el lugar donde ultimo vio al peliblanco. Su tono tenía un veneno peligroso, los celos.
— ¿A quien desea ver?— Asmodeo, el cuarto principe, pregunto con falsa confusión. Él sabía bien, simplemente esperaba estar incorrecto.
— No te hagas el idiota maldito inútil. — escupió fulminando de reojo al pelinegro. Este tembló levemente y asintió enseguida.
—... Sí Señor.
Asmodeo solo confiaba en que Adirael se recuperara pronto de su caída. Puesto de no ser así, y de no tomar acción, jamás volvería a ser el mismo.
Si Lucifer llegaba a Amara, no habría vuelta atrás.
Es corto, ¡lo siento mucho! He estado agobiada y no he podido generar nada de mi gusto. Espero todo esten bien y esten en sus casitas. Aguanten que ya pronto acaba toda esto ¿si?
Les envío un abrazo y mis más sinceras disculpas. Los quierooo ~💜
ESTÁS LEYENDO
Contrato
Paranormal"Te daré lo que quieras, solo salvala" la sombra sonrió, claro, ella no vió eso. Pero él estaba realmente satisfecho. "¿Estás segura?" preguntó, aún sabiendo la respuesta. La diversión en su voz ocultada por su falsa simpatía. "¡Hazlo por favor!" r...