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Quisieras decir que estaba partiendole el trasero a Lucifer. Me encantaría reírme mientras lo hacía de hecho. Pero realmente no era el caso. Era patético.

— Mierda — murmure al ver el suelo acercarse a mi rostro rápidamente. El golpe no dolio tanto, pero sus uñas enterradas en la piel de mi cuello si me estaban sacando el aire.

  La pelea había comenzado pareja hasta que el castaño decidió tomar su verdadero forma y usar su verdadero poder. El poder del hijo preferido de Dios, por supuesto. No era un secreto que Lucifer fue la obra maestra de aquel ser, todo su esfuerzo había sido puesto en su sola creación. Era el arcángel que más parecido tenía con él, el mismo Arcángel que casi podía sustituir su puesto como todopoderoso. Sino fuera porque Dios no era un ser sentimental, todavía hoy estuviera batallando con un niño bastardo y engreído.

— Joder, si que eres feo.— murmuré mirando su forma a detalle. Mi rostro aún pegado al suelo alfombrado con fuerza. — en lo que termina el Arcángel mas poderoso, eh.

Una risa rota escapa mis labios cuando me da una patada que rompe varias de mis costillas. ¿Qué demonios estaba haciendo? Esto no es lo que tenia en mente, esto no es todo lo que puedo hacer. Maldita sea, no soy débil.

O quizás sí. Si fuera tan fuerte como creí, Amara no estuviera aquí.

— El humor no va a cubrir el hecho de que eres un cobarde, Adirael.— sisea mientras su forma vuelve a ser humana. La piel bronceada lentamente cubriendo su cuerpo por completo. Su cabello castaño regresa y sus cuernos desaparecen en el aire. Me quedo en silencio, algo sorprendido. Lucifer no empezaba algo y lo dejaba a medias.—Esperaba mucho más de ti, ni siquiera me estas dando una lucha decente. — me dice con desdén, con una decepción que nunca había visto antes en su cara. Sonrío con agriedad ante la verdad, ni siquiera me había estado defendiendo completamente. Ni siquiera estaba usando mi verdadero forma aún...¿Por que no había tomado mi verdara forma aún? — ¿No te molesta que me haya follado a tu noviecita? ¿Es eso? — gruño por lo bajo mientras me desahogo de su agarre y me reincorporo fulminado su rostro. — ¿O quizás es que necesitas más detalles? ...Debo admitir que la lujuria dentro de esa humana me sorprendió bastante. — canturrea el castaño con emoción, mirándome entretenido levantarme del suelo.— Para verse tan santa y honrada, es tremenda zorra. ¿Sabías que le encanta dar mamadas?— en un milisegundo mis manos se cierran en su cuello mientras mis ojos queman a través de los suyos con odio y coraje. El infeliz no tenia derecho a hablar sobre mi mujer de esa manera. 

— Cállate. — mi voz grave rasguña mi garganta mientras la palabra sale como veneno entre mis dientes. Furia pura nublando mi mente.

— Si aún no termino. Me falta contarte la parte en la los tortolitos consumaron su amor. ¿Enserio no te interesa? Parecían anim- — mi puño suena seco contra su nariz, y la mesa de cristal que detiene el impacto de su cuerpo se hace pedazos bajo su peso. La sangre no tarda en correr y las punzadas viajan levemente a través de mis nudillos.

— ¡Cállate, maldita sea!— tiemblo con ira. Estaba molesto, más conmigo mismo que con él. No sabia que sentía exactamente, estaba confundido. Porque mierdas era tan débil. Porque deje que esto pasara.

Porque demonios me importaba todo esto tanto de un momento a otro.

— Ah, así que nunca fue acerca de poder...Te estas dejando vencer. — mi atención vuelve a él y ahora noto que mis alas están extendidas en defensa y mi  piel arde al toque.— ¿Por culpa?— murmura con sorna, mirándome con la falsa pena cruel que lo caracteriza. Entonces se ríe desde lo profundo de su garganta por largo segundos. Mi cuerpo se queda tieso mientras la verdad se hunde en mi pecho. Culpa. — Por favor, eres un demonio. Hacemos esto por entretenimiento. ¿No me digas que de verdad eres tan débil? — suspira en cansancio — Ya esto no es divertido. Es por el organo en tu pecho ¿Cierto?— la diversión que antes le rodeaba muere en un instante y su rostro ya recuperado se tuerce en una mueca aburrida— Tenía la esperanza de que solo fuera una fase tonta, pero en realidad has formado una conexión patética con esa humana.— una parte de mi quiere seguir negándose, quiere gritar que ella no significaba para mí. Era un demonio, yo no podía amar a nadie. No sabia amar a nadie. Y aun así, mi corazón me seguía reprimiendo, retorciéndose ante mis propias mentiras.— Eres repugnante. Patético. No pudiste ser un arcángel, y tampoco un demonio. No tienes propósito alguno, eres inútil.— se burla con una enrome y venenosa sonrisa. Lo miro a cada segundo, mis labios sellados, mis oídos tomando cada palabra. Podía sentir como lentamente mi conciencia dejaba mi cuerpo. Como cada músculo se entumecia, se rendia. — Joder, me atrevo a decir que eres la criatura más infructuosa que ha creado hasta ahora. Ni siquiera los humanos son tan lamentables. — quizás...quizas supe que tenia que hacer antes de comenzar todo esto. Siempre lo supe, pero solo ahora lo aceptaba realmente.— Me das asco. Me hiciste perder tanto tiempo, Adirael. Me gusta verte sufrir, pero por fin creía que tendríamos una batalla digna. Estaba emocionado sabes, lo planee todo tan bien. Y vienes tu ahora, a actuar como un humano. — Amara estaba mucho mejor sin mí a su lado. Caer aquí, no estaría tan mal después de todo...¿Cual era realmente mi propósito sin ella de todas maneras? No importaba si llegaba a sacarla de este lugar, ella nunca sería la misma. Me odiaría por el resto de su vida.— Es hora de que acabemos con esto, no quiero gastar un segundo más de mi vida en ti. Es una pena, tenias tanto potencial. — sonrío vagamente mientras miro su mano levantarse hacía mi pecho. Sería un golpe directo, rapido. Realmente le había aburrido.— Al menos pude sacar un nuevo juguete de todo esto. ¿Gracias? supongo.

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