— ¿Y bien? — había aceptado la copa de vino con las manos temblorosas. Ya de eso habían pasado alrededor de cinco minutos y la copa ahora estaba vacía y yo algo liviana. No era una bebedora, pero una sola copa no pudo haberme afectado tanto. ¿Cierto?
— ¿Prometes sanar a Chris? — mis ojos se enfocan en Lucifer intensamente y él me mira de vuelta de la misma manera. Estaba aterrada por dentro, no importaba que hiciera sentía que el sabía todo de mí. Que podía leerme como si fuera un libro con letras oscuras y grandes. ¿Pero qué podía hacer? Estaba en el infierno con Lucifer. No tenía opciones.
— Lo prometo, Amara. — dice lentamente manteniendo el contacto visual mientras me quita la copa vacia de las manos y la deja sobre la mesa — Cerremos el trato —Sus labios se sienten cálidos contra los míos mientras que se oprimen y mueven con una sensualidad increíble. Atrapada por la sorpresa solo puedo mirar esos ojos verdes que tiene. Incómoda era poco para lo que sentía.
Era un beso tan cálido al toque pero tan frío en el alma. Tan vacío.
— ¿Era eso necesario? — le pregunto con molestia. Mi corazón agitado y el pecho hundido. Esto no me gustaba, quería irme. Pero no podía, joder. ¿Cómo podía irme del infierno?
— Un trato es un trato, Amara. Además, hay que probar que tan buena es la mercancía. — escucharlo de esa manera me hizo sentir mucho peor, cuando lo decía así me daban escalofríos a lo largo de mi espalda. Escalofríos que solo me decían que esto fue una de las peores cosas que pude haber hecho.
— C-christopher — le recuerdo mientras desvío mi mirada hacia el chico inconsciente en la cama. Había estado yendo y viniendo de la inconsciencia y honestamente, lo prefería de esa forma.
Mientras que no estuviera en el radar de atención de Lucifer estaría a salvo.
— Seguro que sí. — el castaño parecía complacido con mi respuesta y un segundo después de mirarme sonriente pronuncio un nombre— Amon.
— Mande. — un muchacho, fornido, de cabello rojo brillante y ojos ámbar me miró tan pronto apareció. Era extremadamente intimidante tener a un hombre tan alto mirándote de tan mala manera.
— Sana a ese chico y trata de ser delicado.— ordenó Lucifer sin mucha importancia mientras señalaba a Christopher.
— ¿Un humano? ¿Qué no hay putos hospitales para esta mierda? — mascullo con su voz gruesa aquel demonio antes de caminar a pasos fuertes hacia el rubio. Lo miré por el corto camino hasta que llegó a la cama, asegurándome de que no le hiciera daño a Chris— Jodidas ratas débiles e inservibles.— decía entredientes mientras que de sus manos salia una luz azul cielo tenue. Dejó caer su mano sobre el pecho de mi amigo con un sonido seco y luego de un par de segundos se alejo con disgusto.— ¿Qué de importante tienen estos animales para que yo pierda mi tiempo?
— Ah, Amon querido. Te debería importar mas salir de este maldito cuarto con vida que cuestinar lo que yo hago. — contestó el castaño con un tono peligroso y una mirada dura, aun así sonriendo abiertamente. Eso solo lo hacía mas aterrador.— Antes de que te vayas ¿sabes algo de Adirael?
— ¿Ese bastardo? Lo último que escuché de él fue que andaba haciendo berrinches en el círculo de Belcebú y recibió una paliza. Pero eso fue ayer, hoy no sabría decirle donde esta. Yo no ando pendiente a la vida de ese imbécil.— termina cruzando sus brazos y mirándome con una intensidad que incomodaba.
Mi mente piensa en Adirael por primera vez en un largo rato. No recordaba bien la última vez que lo vi. ¿Una paliza? ¿Estará bien? Seguro esta bien, es un demonio después de todo. Él mismo dijo que sanaba rápido.
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Contrato
Paranormal"Te daré lo que quieras, solo salvala" la sombra sonrió, claro, ella no vió eso. Pero él estaba realmente satisfecho. "¿Estás segura?" preguntó, aún sabiendo la respuesta. La diversión en su voz ocultada por su falsa simpatía. "¡Hazlo por favor!" r...