- No te me acerques- sentencio, arrepintiéndome al instante. Pensé que mi voz saldría segura pero lo único que transmitió fue miedo. Un bufido burlón acompañado de una risa pone mis nervios de punta.
- ¿Eh? ¿Tú...me éstas dando órdenes...a mí?- una media sonrisa se extiende por su rostro pálido y cincelado. Sus largas y fuertes piernas se mueven otra vez, de esta manera quedando frente a mí a escasos centímetros. Su mirada baja para encontrar la mía, sus ojos mostrando una irritadora prepotencia.
Mi molestia crece al tener que alzar mi rostro para poder corresponder su mirada, maldiciendo mis 5 pies con 4 pulgadas. Nunca hubiera pensado que detestaría mi estatura tanto como lo hago ahora.
Tomo aire cuando la atmósfera a nuestro alrededor empieza a espesarse. El aire disminuye y mis pulmones protestan ante el echo. Rechino mis dientes como patético intento de encontrarme a mi misma entre el pavor que empieza a formarse en mi interior. El ambiente que se crea cuando él esta tan cerca de mí, puede completamente conmigo. Es imponente, intimidante y sobre todo, aterrador. Me hace sentir como una pequeña gacela frente a un león salvaje y hambriento.
- A-aléjate, no te quiero cerca- una carcajada siniestra choca contra mi cara y cierro mis ojos temerosa, tratando de tomar aire pues el ambiente se sentía más denso que antes.
- Aquí no se trata de lo que tú quieras corazón, se trata de lo que yo malditamente ordene. En serio necesitas unas severas lecciones, linda. Eres una niña muy desobediente y malcriada ¿Lo sabías? - se inclina y siento su aliento cálido sobre mis labios- eso hay que arreglarlo sea como sea, precisamente por eso, seré tu maestro. Te enseñare todo lo que tu cuerpo y cerebro pueden tomar. Cuando termine contigo, serás la muñeca perfecta. Seras mi creación más preciada.- retengo mi respiración cuando su manos se posa al lado de mi cabeza, su mirada oscurenciendose varios tonos cuando un jadeo temeroso escapa libre de mis labios- tengo tantas ganas de tomarte, no tienes la mínima idea de lo mucho que me contengo. Quiero corromperte de todas las maneras posibles. Eres tan jodidamente irresistible nena- su cabello acaricia mi mandíbula cuando sus labios trazan una línea sobre mi cuello. Mi cuerpo se estremece y mi mente flaquea ante la sensación.- Permíteme poseerte, Amara.
- N-nunca, sueltame idiota - suspiro y llevo mis manos a su pecho en un intento fallido de apartarlo.
Muerdo mi lengua cuando la suya viaja sobre mi piel con lentitud, su saliva haciendo un camino húmedo por mi cuello. Suelto un suspiro involuntario y es entonces que sus labios besan con más esmero, succionando con suavidad un punto exacto, enviando descargas eléctricas a mi columna. Un gemido sale de mis labios y cubro mi boca alarmada. No debía disfrutar de esto, yo no era así, no entiendo como llegué a este punto. Mi mente se nublo tanto por las sensaciones que olvidé completamente el lugar donde estaba y, especialmente, con quién.
- ¡Déjame!- golpeo su pecho con frustración, sintiendolo vibrar cuando ríe buelon. Suponía que se alejaria furioso y me fulminaria, en cambio, empezo a besar y lamer mi cuello y hombros con afán. Arrancando gemido indeseado de mi boca.
- Para joder tanto, lo disfrutas plenamente, muñequita- abro mis ojos y lo miro molesta a la par que alarmada- lastima que esto esto es un castigo, después de todo, te lo ganaste con honores- su voz baja varios tonos a la par que sus ojos azules cambian al dorado brillante y es cuando tengo que cubrir con fuerza mi boca para ocultar el grito que se construye con fuerza y velocidad en mi garganta.
- ¡Sueltame!- me quejo ante sus dientes sobre en mi piel. Me remuevo entre sus brazos y muerdo mis labios para ocultar mi dolor.
Mis piernas y brazos se mueven con frenesí al igual que mi cuerpo. El dolor punzante y ardiente tomando el control de mi ser. Las cuerdas vocales que pensé poseía decidieron traicionarme justo ahora. Ningún sonido salió de mi boca, era como si él me hubiera robado la voz. Como si tuviera control de mi cuerpo.
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Contrato
Paranormal"Te daré lo que quieras, solo salvala" la sombra sonrió, claro, ella no vió eso. Pero él estaba realmente satisfecho. "¿Estás segura?" preguntó, aún sabiendo la respuesta. La diversión en su voz ocultada por su falsa simpatía. "¡Hazlo por favor!" r...