58

6.4K 600 63
                                    

— Oh, ya veo. Es esto. — su toque en mi mejilla es tan frío como el aire de invierno. Me cuesta mantenerle la mirada y él lo sabe perfectamente. Sádicamente me mira con el orgullo de quien descubre oro — Puede que no seas tan aburrida después de todo — susurra con una sonrisa ganadora.

— ¡No! — miro a Darkiel con el corazón en la garganta. No puedo moverme bajo el toque de Lucifer y aunque me cueste admitirlo estaba desesperada por ayuda— ¡No permitiré que te la lleves! — seguido le sigue una luz segadora que me obliga a apartar mi rostro.

— ¡Maldición! — el grito de Odel me hace brincar en mi sitio y cuando vuelvo a mirarlo se me sube la bilis a la garganta. Las quemaduras en su rostro son fácilmente de cuarto grado y ahora bajan por su cuello hasta su pecho. Cierro mis ojos y evito la vista de inmediato. De tan solo verlo me dolía.

— Aún no lo entiendes Darkiel — Lucifer por fin me suelta con desdén y aprovecho para ir con Christopher. Me arrodillo a su lado y miro su mano sobre sus costillas. Él me ve de reojo y sonrie levemente mientras me susurra que esta bien — Tú, ni él podrán superarme. Hace mucho sobrepase todo su entendimiento y su capacidad. Soy el ser supremo de esta Tierra y muy pronto de los cielos. —para cuando miro hacia el demonio ya es muy tarde para hacer algo. Entonces me doy cuenta que no era hacia Chris que debía haber corrido, era hacia Darkiel.

El pecho se me hunde bajo aquella situación tan frustrante y dolorosa. El recuerdo de hace menos de 10 minutos en el que yo le gritaba con rabia me hace sentir horrible.

— ¡No Darkiel! ¡No! — me tropiezo cuando intento levantarme, y cuando estoy de pie mis piernas flaquean antes de llegar al pelinegro. — Vamos, seguro sanas. Tienes que sanar — miro su abdomen herido. El brote de sangre que traspasa su camisa no deja de salir. No sé que hacer ni que decir. Mis ojos se humedecen y los cierro mientras tomo aire.

— No t-te preocupes...por mí — susurra entre suspiros y  lo miro angustiada. Fue como si hubiera visto a Adirael y eso solo se me clavo más en el alma — estoy b-bien — termina tosiendo y me alarmo al ver un líquido espeso y negro salir de su boca y bajar por su mejilla.

— Tiene que haber algo que pueda hacer — empiezo a decir, pero soy rápidamente interrumpida por Lucifer.

— Hacerle el favor, para que no muera virgen el pobre. — dice burlón Lucifer, mirando de brazos cruzados la escena. Completamente entretenido.

Su comentario me asquea y no puedo evitar expresarlo con ira.

— Eres escoria — escupo, fulminando al castaño quien solo sonríe aún mas.

— Esto ayudará — murmura Chris a mi lado, sorprendiendome. Seguido, lo veo poner la camisa, que no lo vi quitarse, en el estómago de Darkiel.— mantenla ahí y aplica un poco de fuerza.— hago lo que me dice enseguida y miro al pelinegro esperando de forma ilusa ver algún tipo de mejora mágica. Mas solo me encuentro con sus ojos cerrados y sus rostro sudoroso.

— Darkiel- — le llamo en un susurro pero no responde. A duras penas mueve sus ojos.

— Ya me aburrí. Asmodeo nos los llevaremos a ambos.— tras estas palabras llegar a nuestros oídos, siento el brazo de Christopher cerrarse en mi cintura de forma protectora y entro en un pánico inmenso.

— ¡No- — le digo con fuerza al demonio castaño. Sin esperar para nada lo que venía después.

— ¡Cállate humana miserable! — mi rostro se giró dolorosamente y quede en estado de shock por largos segundos — no me contradigas — sisea en mi cara cuando me obliga a mirarlo, sus ojos tornándose dorados...como los de Adirael. Un escalofrío me recorre la espalda de forma venenosa y trago saliva.

Contrato Donde viven las historias. Descúbrelo ahora