17

32.8K 2.6K 268
                                    

— Eso sería todo, nos veremos de nuevo la próxima semana entonces. — el hombre de cabello negro con canas nos sonrío amable.

Adirael solo asintió y se puso de pie. Hice lo mismo, pero a diferencia de él, le sonreí agradecida al director de la Universidad. Desde el segundo que entramos a su oficina fuimos tratados con amabilidad y calidez. Me había reconfortado el cambio de ambiente y el carisma del hombre de mediana edad. Sonreía mucho y bromeaba de vez en cuando. Olvidarme por un rato de lo sucedido en mi vida no se me fue difícil, y era gracias al amable pelinegro.

Él personalmente se tomo el tiempo de explicarme todo acerca de la Universidad, lo que necesitaría, cuales eran las reglas y tips que me ayudarían a acoplarme con más facilidad. También mencionó lo emocionado que estaba por tenerme en su plantel, sacando a flote mi "maravilloso aprovechamiento académico". Me sentí culpable ante esto, puesto que yo bien sabía que eso no era cierto, al menos no completamente.

Era cierto que era una buena estudiante y siempre mantenía mis calificaciones altas, pero eso era antes de abandonar la escuela. Era responsable y atenta, pero yo renuncie a mis estudios y no estaba segura de seguir poseyendo las misma habilidades y cualidades. Si sabía que se me complicaría un poco ponerme al día, al igual que encajar en el lugar.

Conocía mis defectos, y entre ellos estaba la inseguridad  y la baja autoestima que sentía constantemente.

Hacer nuevos amigos se me hacía difícil.

En cuestión, abrirme hacia las personas no era lo mío. Lo pensaba demasiado, y al final, ya era tarde para hacerlo, pues la gente usualmente se alejaba luego de un tiempo al ver mi resistencia.

— Lo veo en una semana director, gracias por todo.— el negó levemente y se levanto de su asiento, camino hasta la puerta y la abrió para nosotros.

— Nada de eso, vayan con cuidado.— le volví a sonreír antes de salir por la puerta.

— Tenga un bonito día— respondió con un alegre 'igualmente', y yo sintiéndome satisfecha con la despedida me gire sobre mis talones y empecé a caminar hacia la siguiente puerta.

Mire el escritorio de la secretaria pero ella estaba muy metida en su computadora como para notarme. A pesar de que ella al igual que el director había sido muy dulce y amable, decidí irme sin despedirme, pues ella se notaba concentrada en su trabajo y no quería molestarle.

El camino de vuelta al coche fue silencioso, casi ni note la presencia de Adirael tras de mí. Estaba feliz, en parte, y embelesada por otra. Las areas verdes y las personas en la universidad eran interesantes. Podía imaginarme ya caminando con mi mochila entre la gente, sentada bajo la sombra de un árbol leyendo o dentro de las aulas gigantes, apuntando sobre mi cuaderno con prisa.

No podía controlar esa emoción de tener una vida universitaria, aún cuando sabía como la había conseguido y que la misma no sería color de rosa. Solo el simple hecho de saber que cumpliría uno de mis sueños era maravilloso para mí. Gracias a eso los malos sentimientos que había sentido antes en cuanto al tema desaparecieron de a poco.

Estaba ansiosa por decirle a mamá.

— Estás sonriendo— parpadeo confundida ante el sonido de sus voz. No había escuchado bien lo que dijo. No le estaba prestando atención.

— ¿Dijiste algo?— el bufa y me mira de reojo, pero esta vez no veo molestia en sus acciones.

— Sube al auto ¿Quieres?— habla con cierta rudeza, abriendo la puerta para mí. Ruedo los ojos ante sus cambios drásticos de humor.

Abrocho mi cinturón, me acomodo mejor y instantáneamene miro por la ventana. No podía dejar de admirar el lugar, las personas y las situaciones. Quería ya que fuera lunes de nuevo. Quería empezar una nueva etapa.

El auto empieza alejarse del lugar y las malas sensación empiezan a llegar gradualmente a medida que pierdo la Universidad de vista. Miro mi regazo, desinteresada en lo que ocurre afuera del vehículo. La niebla llena de sentimientos negativos se instala en el auto y estoy segura que el demonio lo nota. El ambiente en el interior es demasiado pesado y tenso, es algo que nadie podría dejar pasae tan fácilmente.

— Vas a ahogarme si continuas de esta manera— gruñe mientras tamborilea sus dedos en el volante.— ¿Que pasó con la felicidad que traías encima minutos atrás? Enserio, las mujeres son tan complicadas— bufa y me siento realmente indignada.

— Como si no supieras — murmuro con rabia. Bufo y miro por la ventana.

— Vaya, ¿Acaso no te sirvió de nada la lección? ¿Necesitas otra?— mi cabeza se gira hacia él con rapidez y lo fulmino automáticamente. Al notar lo que hago vuelvo a girar mi rostro y lo frunzo. Debía controlarme.

¿Por qué se me hacía tan difícil?

— Eres tan interesante, Amara— una pequeña risa me pone los pelos de punta— la sumisión no dura mucho contigo. ¿Por qué? Es simplemente porque ese es tu espíritu...o porque temes a que no puedas hacer algo al respecto de nuevo. Tienes miedo a entregarte a mí y que por consecuencia, tu familia se destruya más de lo que ya está.

Una sensación entre el miedo y el asombro se hizo un hueco en mi pecho. Mi corazón empieza a latir con más prisa y lo miro de reojo. Mis puños se cierran en el cinturón de seguridad y mi garganta parece ganar peso.

— ¿Es eso? En lo más profundo de tu alma...tienes miedo ¿No?— el auto se detiene y sus ojos me observan, el dorado brillando en su pupila— puedo sentirlo. Quieres cubrirlo y hacerte la fuerte, pararte frente a todos y llevarlo todo en tus hombros sola. Pero...crees que no puedes, crees en lo profundo de tu ser que al final terminarás en la oscuridad mirando como todo sucede sin hacer nada. Como cuando tenías seis años.

» Tu vida te importa poco, sientes que no vale la pena porque no pudiste hacer nada en ese entonces. Por eso te sacrificas tanto ahora, por eso quitas pedazos de ti misma para armar a tu familia. ¿O me equivoco? — hace una pequeña pausa y sus mirada se endurece, se vuelve fría y calculadora— Tu no temes por ti, temes por otros y eso es lo que odio de ti, Amara. Yo necesito que el miedo, la rabia, el dolor, la tristeza, todo lo que puedas sentir sea por ti y para ti, no por tu madre ni tu hermano. Hice un contrato contigo, no con ellos.

El coche vuelve a moverse cuando la luz verde resplandece en el cristal delantero del vehículo.

Es entonces que me desconecto. Mi mente trabaja a grandes velocidades, la imagenes llegando y marchandose de la misma forma. Recuerdos, llantos, dolores, rostros, palabras. Todo lo que he visto y he escuchado que me ha marcado hasta ahora. Todo pasa frente a mí, todo lo que he hecho.

Y es cuando sus palabras cobran vida, la realidad me golpea y mis ojos escuecen.

Yo no estaba viviendo por mí, estaba viviendo por mi familia. Siempre eran ellos, nunca fui yo. No importa como fueran las cosas, al final, todo terminaba en ellos.

La primera lágrima se desliza con agrio reconocimiento.

Yo no era nadie, solo era mi familia.

Y eso siempre me pareció lo correcto, pero ahora... ahora que lo escucho de otros labios...eso suena tan triste y solitario.

Ahora noto que al final...yo solo era un caparazón buscando algo que proteger. Algo con lo que llenar el vacío que un trauma había dejado.

Él tenía razón, yo tenía miedo de no poder hacer nada otra vez, de verlos desvanecerse en mi manos como lo hizo mi hermana mayor.

¡Hola! ¿Cómo estuvo? ¿Como va la historia?

Espero les haya gustado y me disculpen por la demora. TuT

Bueno, para el/la que este interesad@ tengo una cuenta de Instagram para mi cuenta de Wattpad. Allí publicaré cosas de las historias (obvio) y tal vez otras cosas aleatorias. Aun no estoy segura. La cuenta es: Marie_8760

¡Un super mega abrazo psicológico!

See you later alligator.

Att: Naomi

Contrato Donde viven las historias. Descúbrelo ahora