Capítulo XXVI: "Pruebas (P.2)"

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**CANCIÓN SUGERIDA: "All Good Things- Nelly Furtado"

"Los Cincuenta Pasos del Éxito Empresarial"

Escritos por: Camila E. Howland Allen.

26. La gente suele decir que un empresario debe saber perder así como sabe ganar. No vas a escuchar ese consejo de mi parte. Para mí el saber perder solo te indica una excusa más para mantener tu mediocridad y pensar que es aceptada. No hay espacio para perder cuando la mente está enfocada en solo ganar.

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DIEZ AÑOS ATRÁS

TAMAULIPAS, MÉXICO

Camila llegó sigilosamente a la estrecha habitación que compartía con cuatro personas más aparte de su madre. Eran una pareja de hermanos y sus padres que venían desde Honduras para cumplir el sueño americano y a esa hora de la madrugada dormían profundamente tratando de recuperar fuerzas para lo que estaba por venir. Lo más duro del viaje. Sus pasos fueron vacilantes y se trató de cubrir con la manta que estaba en sus hombros mientras su rostro no mostraba emoción alguna.

Camila vio a su madre que dormía en una de la esquina de la habitación cerca de la puerta. Los ojos de Camila se llenaron de lágrimas tratando de olvidar la escena horrorosa que acababa de vivir, pero que había valido la pena porque había podido conseguir un sándwich extra para su madre, que lo necesitaba porque se encontraba débil del viaje.

—Mamá—se acercó Camila susurrándole suavemente a su madre mientras se recostaba frente a ella—. Mamá traje algo para ti—sus ojos marrones reflejaban la tristeza que sentía por dentro aunque su determinación seguía inquebrantable.

—¿Hija? —Camila sonrió y sus dedos pasaron por la frente de su madre un tanto sudorosa por el calor de la habitación donde se encontraban—. ¿Dónde estabas? Desapareciste por casi tres horas.

—Conseguí un poco de comida extra para nosotras—Camila sintió los ojos de su madre sobre ella y no pudo sostener la mirada sintiendo vergüenza.

—Oh, mija—los ojos de su madre se llenaron de lágrimas y Camila respiró hondo negando y pegándose un poco más a ella—. Camila no puedo soportar que hagas todo eso.

—Es la única forma para que nos ayuden, madre—Camila se apartó un poco y de la cintura de su pantalón de mezclilla un tanto dañado por el viaje sacó dos sándwich envueltos en unas servilletas de papel—. Me dieron un poco más de comida y la necesitas. Por favor acéptalo.

—No puedo permitir esto, Camila—su madre se sentó con dificultad y Camila hizo lo mismo rápidamente quedando frente a ella—. Regresemos a casa, hijita. Sé que en la ciudad no tenemos los grandes lujos, pero cualquier cosa es mejor que verte pasar por esto—le acarició la mejilla con cariño—. No puedes pedirme como madre que me quedé aquí mientras tú..., mientras tú desgracias tu vida.

—He tomado precauciones y no va a pasarme nada, mamá—Camila la vio a los ojos—. Estoy cuidándome y estoy cuidándote a ti. Elliot prometió ayudarnos mañana cuando nos lleven al lugar donde vamos a cruzar el Río Grande. Al llegar al punto de cruce nos vamos a separar y nuestro viaje será más seguro. Arreglé todo para que lleguemos seguras a nuestro destino. Mira...—Camila sacó algo del bolsillo trasero de su pantalón y le mostró la postal a su madre—. Iremos a Miami—los ojos de Camila brillaron—. Está rodeado de playas y va a encantarte. Sé que la playa es tu lugar favorito en todo el mundo mamá. Nosotros iremos en un barquito hasta Miami. Yo arreglé eso y todo saldrá bien.

BlindfoldedDonde viven las historias. Descúbrelo ahora