Blindfolded

Capítulo XXX: "Otro Enfoque"

**CANCIÓN SUGERIDA: "I Choose You- Sara Bareiller"

"Los Cincuenta Pasos del Éxito Empresarial"

Escritos por: Camila E. Howland Allen.

30. El empresario no solo debe ser astuto, sino también saber seguir un juego. No es el mejor el que empieza el juego, sino el que sabe como terminarlo.

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MANHATTAN, NEW YORK

PENTHOUSE DE CAMILA

Jennifer observó de nuevo hacia la cama al terminar de vestirse, y salió de la habitación lentamente. Stephanie estaba dormida y Jennifer no creía que se despertara porque había tomado unas pastillas para dormir y le había pedido que se fuera. Habían pasado horas y horas de agradable sexo y eso tenía que bastar para dejarla agotada.

Jennifer caminó hacia la contestadora automática, y decidió arriesgarse porque sabía que era la voz de Camila la que había escuchado antes de que Stephanie la arrastrara a la habitación horas atrás.

"Lauren y yo vamos a Miami juntas" se escuchó la voz de Camila Howland que llenó el lugar. Jennifer dirigió su mirada a la habitación al final del pasillo sin recibir señales de Stephanie. "Estaremos juntas todo el fin de semana así que no quiero que me molestes con trabajo" Jennifer hizo una mueca de desagrado escuchando la inconfundible prepotencia de la mujer "En mi ausencia quiero que te pongas en contacto con los fotógrafos y dueños de galerías que invité a la exposición de Lauren y me averigües con quien está firmando un contrato" Jennifer frunció el ceño "Envíame esa información al celular. Todo está resuelto con Rizzo, no te preocupes por tu madre. Adiós".

—¿Algo de lo que escuchaste te llamó la atención? —Jennifer dio un salto y golpeó el teléfono con su mano enviándolo al suelo con un ruido seco a mitad de la noche. Se giró para encontrarse con Stephanie con los brazos cruzados apoyada en la pared—. Me parece sumamente interesante saber lo que haces cuando crees que estoy dormida.

Stephanie caminó cerca de ella solo con una bata de seda que no alcanzaba a cubrir su cuerpo desnudo y con una mano en su mentón empezó a moverse alrededor de Jennifer haciéndola sentir acorralada.

—Eso era todo, ¿cierto? —preguntó Stephanie con una risita.

—No sé qué quieres decir—murmuró Jennifer nerviosa sintiéndose observada.

—No me tomes por tonta, Jennifer—Stephanie sonrió—. Debo admitir que eres hábil pero yo no soy idiota así que vamos a quitarnos las máscaras y hablemos con la verdad—Jennifer respiró hondo—. Supongo que eres la diversión que necesito a mitad de la madrugada. Así de patética como eres rogando el amor de una mujer que no te corresponderá jamás—Jennifer la observó entre la penumbra de la noche y los rayos de luna que se filtraban por los enormes ventanales del lujoso penthouse.

—Tú sabes que Camila no quiere a Lauren—dijo finalmente Jennifer mostrando la furia por las palabras hirientes de Stephanie—. Solo está jugando con ella.

—¿Eso piensas? —Stephanie negó acercarse al mueble bar que tenía en la sala de estar—. Qué parte de ti piensa eso exactamente...¿La parte obsesionada o la patética?

—La parte racional —Stephanie se sirvió un whisky y se sentó cómodamente en un sofá dándole un trago lento mientras Jennifer se quedaba de pie abrazándose a ella misma —. La parte que sabe que Camila Howland es una perra desgraciada que está utilizando a Lauren para algo.

—¿Y tú debes averiguar qué? —Stephanie empezó a reír —. No seas patética, Jennifer. Suficiente tienes con estar obsesionada por una mujer que te ha tenido la oportunidad de andar contigo por años y aun así prefirió a una mujer que apenas conocía y se casó con ella.