Vendé mis ojos ignorando lo que eras. Me perdí en al abismo de tus labios, de tus ojos, de tus palabras. Me enamoré de la imagen que proyectabas; sin imaginarme que todo era un juego. Un engaño. Una ilusión. Me dejé cegar por tus palabras rebuscadas...
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DOS SEMANAS DESPUÉS:
HONG KONG, CHINA (香港)
THE PENINSULA HOTEL
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—Este lugar es maravilloso—dijo Stephanie admirando la vista desde la suite de lujo dónde se alojaban Lauren y Camila.
Habían llegado a Hong Kong cuatro días atrás y se habían decidido por el Hotel The Peninsula. Un lugar con historia, lujoso y perfecto para lo que habían planeado. O mejor dicho, lo que Lauren Howland había planeado.
—Es un lugar fabuloso, sí—confirmó Lauren colocándose a su lado con sus brazos cruzados—. Si alguien me hubiera dicho unas semanas atrás que estaría aquí en Hong Kong firmando una sociedad con Rebecca Landon y a punto de casarme por tercera vez con la misma mujer no lo hubiera creído. Aunque ahora la boda será por las razones correctas.
—Es un hecho ¿eh? —preguntó Stephanie sonriendo y Lauren la observó fijamente asintiendo mientras en su mano sostenía la pequeña cajita de terciopelo que contenía un hermoso anillo con diamantes incrustados alrededor, y con un rubí en forma de lágrima justo al centro.
—Espero que lo sea, para eso debo preguntarle a mi esposa si volvería a casarse conmigo—Lauren respiró hondo y vio de reojo a Stephanie—. Te agradezco que te quedaras a ayudarme con todos los preparativos. Camila no sospecha nada, creo.
—No tiene ni idea que planeas una boda en unas horas—Lauren sonrió y la emoción se reflejó en sus ojos verdes—. Me gusta esta nueva faceta tuya—dijo golpeándole el hombro juguetonamente—. Sé que en el pasado no fuimos grandes amigas, obviamente. Pero me alegra que finalmente la vida les esté dando la oportunidad a las dos de ser felices.
—Yo también lo pienso así—susurró—. Lo llegué a dudar cuando la noche en que mi mente empezó a unirse fue un espejismo. ¿Te habló Camila de eso?
