Vendé mis ojos ignorando lo que eras. Me perdí en al abismo de tus labios, de tus ojos, de tus palabras. Me enamoré de la imagen que proyectabas; sin imaginarme que todo era un juego. Un engaño. Una ilusión. Me dejé cegar por tus palabras rebuscadas...
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**CANCIÓN SUGERIDA: "You Are The Reason-Calum Scott"
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Camila se observó en el espejo de cuerpo completo una vez más y se giró para ver a Rebecca colocándose unas argollas de oro. Estaba usando un bonito vestido color verde que era más apropiado para una cena que lo que ella usaba en ese momento.
—Rebecca te aprecio—dijo Camila suavemente—, y te agradezco por el vestido. Pero no creo que sea la ocasión para usarlo.
Camila observó de nuevo el vestido drapeado que formaba unos bellos pliegues que esculpían su silueta como si hubiera sido confeccionado para ella. Había un volumen precioso que estilizaba su figura y al centro llevaba un hermoso adorno que seguramente valía más de lo que Camila imaginaba. Había detalles en hermosos cristales en el hombro y el escote en "v" era perfecto. No tenía quejas sobre el vestido, sin embargo, no era apropiado para una cena.
Era un hermoso vestido...de bodas.
—Creo que es la ocasión perfecta para usarlo—Rebecca se aplicó perfume y corrió a la cama para tomar su bolso—. Llego tarde, me voy—dijo corriendo a la puerta antes de que Camila pudiera reaccionar.
—¡Rebecca espera! —Camila corrió hacia la puerta cuando la vio abrirla y desaparecer por el pasillo—. ¡No puedo ir así a la cena parece que voy a una boda!
La vio desaparecer por el pasillo sin notar que atrás de ella había una persona.
—A mi me parece el vestido apropiado para la ocasión—dijo una voz ronca y sexy que Camila reconoció de inmediato. No se giró. Se quedó de espaldas sintiendo que su cuerpo se tensaba en una deliciosa oleada de excitación.
Sus manos temblaron al sentir un pequeño beso en el cuello expuesto por el hermoso moño que el estilista que Rebecca había contratado, lo cual le había parecido excesivo, había hecho para ella.
—¿Por qué tiemblas bonita? —le dijo Lauren al oído y Camila dejó de respirar.
—Es lo que me provoca sentirte cerca—las manos de Lauren la abrazaron por la cintura y Camila vio las uñas de su esposa pintadas de color rojo. Se trató de girar para observarla pero Lauren lo impidió.
