Vendé mis ojos ignorando lo que eras. Me perdí en al abismo de tus labios, de tus ojos, de tus palabras. Me enamoré de la imagen que proyectabas; sin imaginarme que todo era un juego. Un engaño. Una ilusión. Me dejé cegar por tus palabras rebuscadas...
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**CANCIÓN SUGERIDA: "Each Coming Night- Iron & Wine"
—¿Qué tengo que hacer? —Camila le acarició la mejilla y Lauren se apoyó en la mano de su esposa con cariño.
—No sabemos cómo empezar—Lauren parecía realmente preocupada y Camila sintió cierto temor de tomar las cosas tan rápido y que Kate no estuviera esa noche con ella.
Antes de entrar y ver a Lauren ambas habían hablado sobre la situación real de su esposa y Kate esperaba que la presencia de Camila fuera el detonante que le permitiera a Lauren encontrar un punto en común. Eso ya lo tenían, el problema era el proceso.
—Quizás yo pueda ayudar con eso—la ayudó a ponerse de pie y sin dejar de verla a los ojos empezó a desnudarla.
Lauren se perdió en la belleza de Camila mientras poco a poco la ropa iba saliendo dejándola completamente desnuda salvo por su ropa interior de color azul cielo. No usaba sujetador lo que le permitió sentir la mirada de Camila sobre sus pechos volviendo sus pezones duros solo con el calor de la mirada marrón.
—Estás usando demasiada ropa—dijo Lauren y Camila sonrió.
—Quiero que Scott me la quite—Lauren abrió sus ojos sorprendida pero asintió y sus ojos se volvieron tímidos al igual que su expresión corporal. Camila se sorprendía con el cambio. Eran dos mentes diferentes atrapadas en un solo cuerpo. Dos mentes que ella amaba porque las dos formaban al amor de su vida.
—Hola—Camila se acercó a ella y la besó. El beso fue tímido al principio incluso vacilante, pero se volvió intenso a medida que la confianza iba llegando. Las manos de Scott buscaron el cierre de los jeans de su esposa y lo abrió sin dudar. Camila sonrió contra sus labios y obtuvo una sonrisa en respuesta.
Los jeans cayeron al suelo y Camila intentó apartarlos, pero se detuvo al ver como su esposa iba bajando sus besos poco a poco hasta quedar de rodillas frente a ella. Los ojos de ambas se encontraron y Scott se encargó de quitarle los zapatos a Camila y luego ayudarla con su ropa hasta dejarla en un bonito conjunto de lencería.
—Ven aquí princesita—Scott sonrió pero negó cuando sus manos fueron a la ropa interior de Camila y tomó los bordes para empezar a bajarla muy despacio. Los ojos marrones de Camila ardieron y pudo sentir la humedad que llenaba el centro de su cuerpo.
—Puedo ver lo mojada que estás—dijo sacando la ropa interior y acercando su rostro al centro de su esposa donde dejó un beso mientras soltaba su aliento caliente sobre la humedad de su esposa haciéndola gemir—. Me encanta tu olor, tu piel—sus besos fueron subiendo lentamente hasta llegar a estar de pie frente a su esposa—. Me falta el sujetador.
—Estoy esperando—dio con voz ronca Camila y Scott sonrió quitando el sujetador y tirándolo a un lado—. Adiós timidez.
Scott se sonrojó adorablemente y sus labios fueron a los de su esposa con intensidad. Camila la abrazó fuertemente mientras las lenguas de ambas se encontraban en un viaje interminable de pasión. Cuando el aire se hizo necesario Camila movió sus labios hacia el oído de su esposa y suspiró.
