LOBA DEL MAR

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A la mañana siguiente Polixo salió a comprar comida y yo intentaba hacer los quehaceres con mi pierna lastimada, fue cuando empecé a dudar de mi inmortalidad y mejor me dispuse a darle un poco de leche de vaca a los hijos de Polixo, ella ya no tar...

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A la mañana siguiente Polixo salió a comprar comida y yo intentaba hacer los quehaceres con mi pierna lastimada, fue cuando empecé a dudar de mi inmortalidad y mejor me dispuse a darle un poco de leche de vaca a los hijos de Polixo, ella ya no tardaría tanto en llegar así que no le dirigí una sola palabra a los niños con tal de que no me golpeara.

Cuando terminé de limpiar el lugar me senté en el piso y cansada por todo lo que me había pasado comencé a llorar, entonces la hermosa hija de Polixo se bajó de su cama y se puso frente a mi acariciando mi cabello, sin decir ni una sola palabra se dirigió al ropero de madera de su madre y sacó algo que no pude ver desde donde me encontraba, corrió hacia mí y acerco una pequeña llave hacia la cadena que tenía en mi tobillo hasta abrirla.

—Ve a buscar a tu mitad –Me susurró en el oído y me tomó de la mano para apresurarme – ¡Mamá no tarda!

La niña me había dejado libre pero si no me apresuraba Polixo llegaría y se daría cuenta que yo no estaba, entonces saldría a buscarme como demente.

Me puse de pie con mucho esfuerzo y me puse a buscar entre las cosas de Polixo el libro que sacó esa noche que me maldijo; lo encontré y tomé un morral café de cuero de ella y salí sin más preámbulos.

Intentaba darme prisa pero mi pierna me dolía demasiado. No sé cuánto tiempo llevaba caminado hasta que llegué a la orilla del mar, por las ropas que llevaba el calor se hacía más y más alucinante, por un segundo perdí el conocimiento y un hombre mayor me sostuvo antes de caer.

— ¿Se encuentra bien? –Me pregunto echándome aire con su sombrero mientras yo reaccionaba y me ponía de pie.

— ¡Si! Disculpe no era mi intención molestarlo, lo que pasa es que llevo horas caminando y estaba exhausta.

Me liberé de aquel hombre y continúe caminando con el temor de que ella viniera de tras de mí, me sentía perdida y estaba completamente sola; la única persona de confianza que tenía era Polixo y ella planeaba usarme como un tesoro eterno para su descendencia y las generaciones que vendrían de su familia ¿y ser una esclava eternamente? No lo creo.

Caminaba con sed y hambre, no me podía dejar de preguntar si enserio era inmortal, una parte de mi sabía que sí había una maldición en mí. Tal vez, solo tal vez habría una forma de romperla y esa forma estaba en el libro que tomé de la casa de Polixo.

¿Qué tipo de magia era? ¿Cómo era posible que mi sangre transformara cosas en oro puro? Continúe caminando hasta llegar de bajo de una palmera, estaba segura que ahí no me encontraría, el primer lugar donde me buscaría seria en la costa e intente no quedarme ahí.

Me senté y dispuse a respirar hondo, algo que parecía inservible; me sentía cansada y sola, tenía sed y hambre. Recordé que tenía el libro en mis manos, era un libro muy extraño; tenía la orilla de la cubierta con Oro y piel, no había duda de que era el mismo libro que ocupo aquella noche; nunca lo olvidaría. Al abrirlo estaba el titulo pero en una escritura que yo no conocía, cambie la página y había un dibujo muy bien hecho de aquel ángel que vi después, él tenía en sus manos el libro sobre su pecho tal cual como yo lo vi, lo miré de cerca y sus ojos se giraron hacia a mí.

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