ZONA DE CONSTRUCCIÓN

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—Mi nombre es Freya, soy la  final de sangre del clan Nórdico y también soy la

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—Mi nombre es Freya, soy la  final de sangre del clan Nórdico y también soy la... la diosa del amor. —la hermosa diosa rubia, me mira suplicante de una respuesta, su tono de voz es tan dulce y tierno que me cuenta trabajo asimilar lo que diré.

—Yo soy Helena, Final de sangre del clan Griego. —Sus ojos azules presumen de unas largas pestañas que se balancean con cada parpadeo, y de ella emana un aroma un olor a flores exquisitas, y detrás de ella su clan llega y me mira.

—Oh, él es Tyr, Freyr, Balder, Njord, Heimdal y Eir. — Cada uno me regala una sonrisa tímida, solo uno me mira con cierto recelo, el gemelo de Freya; Freyr. Freya se percata de la fría mirada de su hermano y me sonríe tímida, sus aspectos me encantan; todos ellos poseen largas cabelleras rubias con peinados trenzados y brillantes. — No debes preocuparte por Freyr él es algo... desconfiado con las personas que se acercan a mí, créeme somos más parecidas de lo que crees.

— ¿Oh en verdad?— y justo cuando iba a continuar el hombre parecido a Zadquiel caminó justo al centro del campo y nos pidió a todos reunirnos con él. — ¡Acérquense todos y cada uno de ustedes!

Los rasgos de aquel hombre eran más duros que los de Zadquiel, esta vez no era rubio como él, ahora era un hombre apuesto y moreno de cabellera negra ondulada. Sin pensarlo les hago una señal a los dioses griegos para que se acerquen, los demás dioses siguen sin pensar a sus finales de sangre y en pocos segundos ya todos estamos alrededor de él.

El hombre no habla de inmediato; espera a que terminen los susurros y nos mira irónico a la espera de sus palabras.

—Mi nombre es Uriel, yo soy el encargado de guiarlos en su evolución espiritual. —Nos mira de nuevo, sonríe bajando la cabeza y la levanta notablemente serio. — Seré directo con todos ustedes, a partir de este momento son simples humanos, excepto los finales de sangre, por decirlo de alguna manera perdieron todos los privilegios que tenían, aquí no serán adorados, aquí no se consentirá ninguna falta de respeto a los demás alumnos ni a los profesores— dice lanzando una severa mirada a Tzukuyomi quien está apoyado en los hombros de sus dioses castigados. —Y el ser un final de sangre no les da tampoco la opción de estar sobre los demás u ocupar sus dones sobre ellos, ya que los finales de sangre también son estudiantes. Y aquel final de sangre que no cumpla su cometido perderá todos sus dones y también será un humano más.

Todos los dioses se mantienen cabizbajos tras las duras palabras de Uriel, ahora todos parecen unos simples niños regañados por su profesor.

—Todos los clanes fueron guiados aquí por un guía espiritual, el Clan Griego fue guiado por Zadquiel, El Clan Egipcio fue guiado por Rafael, El Clan Azteca fue guiado por Gabriel, El Clan Japonés fue guiado por Ariel y por último, El Clan nórdico fue guiado por mí. Todos los guías espirituales serán los prefectos encargados de las diferentes áreas, las cuales serán detalladas una vez estén el en Liceo.

Uriel deja de mirar a los demás y me mira directamente. —Así que por favor, démosle un aplauso a la final de sangre que descubrió la prueba que deben pasar para poder continuar, Helena por favor da un paso al frente. — Cierro los ojos aturdida y mis mejillas rojas delatan mi gran timidez al público, los demás dioses aplauden tímidos al no saber si Uriel bromea con sus juegos de palabras. Doy un paso al frente, aunque yo sienta que camine demasiado.

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