LA CAÍDA DE LA LUNA

648 114 14
                                    

Pólux me llevó de regreso al carruaje y una vez ahí no pude evitar que salieran unas cuantas lágrimas, << se fuerte, se fuerte, no llores >> intenté repetirme sin darle la cara a Pólux, pero aun así él se percató de mis sollozos

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Pólux me llevó de regreso al carruaje y una vez ahí no pude evitar que salieran unas cuantas lágrimas, << se fuerte, se fuerte, no llores >> intenté repetirme sin darle la cara a Pólux, pero aun así él se percató de mis sollozos.

— ¡Esos malditos cretinos te hicieron llorar! ¿Sabes qué? ¡Si no quieres no los ayudes!, ellos no se merecen esto, tu intentas redimirte ayudándolos y lo entiendo, pero también tienes libre albedrío, ya veremos otra forma de superar tu castigo, podríamos hablar con Zeus.

—No Pólux, tengo que pagar por mis malos actos, agradezco que te preocupes por mí; pero si Eros sabía que comer de ese árbol estaba prohibido y me pidió que lo hiciera ya se vuelve un acto desesperado, él ya no veía marcha atrás en este asunto de dioses castigados.

— ¿Sabes que puedes morir en el acto verdad? —Dijo en un tono muy serio, él que siempre está feliz y sonríe por todo, estaba tan serio que me demostró cuanto le preocupaba mi situación; así que decidí subir su ánimo.

— ¡Ya verás que todo saldrá bien, no sé cómo será esa época pero con los datos que me de Zeus podré controlarlo, créeme! —Y aun que me sentía cansada y con un dolor extremo en los huesos; le obsequié una sonrisa, solo así el me devolvió una más grande.

Al anochecer Pólux y yo llegamos al templo de Artemisa, de nuevo ese delicioso aroma de rosas me hipnotizó, solo eso significaba que Artemisa estaba presente y no tardó mucho para salir corriendo a darnos la bienvenida con su típica sonrisa destruye tristezas.

— ¡Volviste! —Gritó mientras me abrazaba incontrolablemente.

— ¡si! Estoy medio muerta, la magia de este lugar me afecta aún más.

Pólux terminó de amarrar a los pegásos y caminó hacia nosotras con cierta vergüenza, y eso me extrañó ya que pensé que él conocía a todos los dioses del Olimpo, pero parecía que ante Artemisa era muy diferente.

—Buenas noches señorita Artemisa —Dijo Pólux pasándose las manos por su cabello ondulado intentarlo peinarlo. Pólux era muy guapo y tenía una bella personalidad y no podía dejar sentir cierto orgullo por que fuera mi gemelo; por otro lado sentí que Artemisa lo miraba profundamente, era como si mirara al vacío o se hubiera topado con algo maravilloso.

— ¿Artemisa? —dije pasando mi mano enfrente de su cara intentando despertarla de su hipnosis.

— ¿Tu eres Pólux verdad? Es curioso que lleves cierto tiempo en el Olimpo y hasta ahora tenga la oportunidad de hablar contigo.

—sí señorita, es cierto por lo regular Zeus me tiene ocupado con algunas labores, hoy tuve suerte ya que me pidió acompañar a mi hermana.

Después de un minuto sentía que por alguna razón yo ya no existía en esa conversación, y eso solo significaba que ellos se llevarían muy bien.

ImmortaliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora