¿VERDAD O RETO?

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Cuando Felipe volvió nos vio platicando y no quiso interrumpirnos, simplemente se quedó unos segundos a un lado de Anubis y cuando dejamos de hablar él aprovechó para decirle algo

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Cuando Felipe volvió nos vio platicando y no quiso interrumpirnos, simplemente se quedó unos segundos a un lado de Anubis y cuando dejamos de hablar él aprovechó para decirle algo.

—Joven aquí en Florencia conocemos una frase que es muy cierta, "Solo un italiano comprende l'amore" ¡Puedo leer tus pensamientos sobre la bella signora que está a tu lado, y tengo la frase italiana que sale de la tua anima!—Bromea Felipe como si fuera un vidente y nos divertimos— ¿Puedo decírsela? — le pregunta Felipe a Anubis y me sonríe.

— ¡Por favor! Dígale lo que sale de mi alma. —Acepta Anubis y yo bajo la servilleta esperando lo que dirá Felipe.

—el joven Anubis piensa esto... Vorrei essere la fonte d'acqua per rimuovere la sete delle tue labbra, que significa...—Felipe no tiene tiempo de explicarme por qué Anubis se adelanta a darme la traducción de sus palabras.

—Me gustaría ser la fuente de agua que quite la sed de tus labios. —Lo dice degustando su vino y cuando baja copa limpia sus labios con su lengua, juro que mi corazón se detiene, y no puedo evitar seguir su juego, muerdo mi labio superior y cruzo las piernas mirándolo con impaciencia. Una hora después terminamos de comer pizza y mucho vino, estamos un poco mareados para nada que afecte nuestras mentes, podría decirse que le hemos puesto picante a nuestro día en Italia, cuando salimos Felipe nos detiene y nos pide que esperemos, cuando regresa algo agitado nos entrega un sobre y lo abrimos.

—No sé porque siento que lo que nos tiene preparado me va a gustar mucho

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—No sé porque siento que lo que nos tiene preparado me va a gustar mucho. —Me dice cerrando el sobre y siento varios hormigueos en mi vientre...

—Sí, creo que necesitamos volver. — respondo un poco jadeante tras nuestro intercambio de miradas deseosas y nos regresamos al Hotel.

En el camino de regreso vamos tomados de la mano con una tensión muy grande, ambos sabemos lo que queremos, ambos lo deseamos y eso nos está matando. Así que cuando entramos a nuestra habitación sin saber que esperar, nos encontramos con una hermosa carpa alrededor de una cama de piso, con cortinas rojas y blancas, varias luces de serie haciendo un lugar encantadoramente íntimo y un poco travieso. En el costado de la cama hay frituras maíz, fresas con crema, más vino y otras frutas rojas llenas de chocolate. Anubis me mira serio, sabe que esto es importante para mí ya que jamás he estado con un hombre o dios, sé que no quiere presionarme, pero también sé que me desea mucho, tanto como para ya no poder contenerse, y yo tengo que admitir que tengo unas ganas enormes de comenzar a desnudarlo, así que tomo el nuevo sobre que nos dejó Eros y lo leo.

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