INSIGNIAS

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Cuando estábamos a punto de entrar Uriel se detuvo y de los jardines aparecieron Zadquiel quien nos acompañó hasta el campo y Rafael, Gabriel y Ariel, quienes trajeron al clan Egipcio, Azteca y Japonés

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Cuando estábamos a punto de entrar Uriel se detuvo y de los jardines aparecieron Zadquiel quien nos acompañó hasta el campo y Rafael, Gabriel y Ariel, quienes trajeron al clan Egipcio, Azteca y Japonés.

—A partir de este momento cada Clan será guiado por su respectivo Guía espiritual quien los llevará a sus aposentos para que se duchen y se cambien para comenzar con su recuperación o con su autodestrucción; todo depende que cuantas ganas tengan. —Uriel se despide con un guiño y le pide al Clan Nórdico que lo siga.

—Espero que se encuentre lista señorita Helena, síganme por favor— Zadquiel avanza y Eros toma mi mano un poco nervioso para caminar a mi lado.

Cuando la puerta del primer edificio se abre todos quedamos boquiabiertos por el número de estudiantes que caminan de un lado a otro, todos llevan uniformes de colores variados. Las paredes de las primeras dos oficinas son de cristal y eso permite que veamos a las recepcionistas, las cuales son mujeres con cabeza de halcón.

—Ellas se encargan de vigilar noche y día que no falte ningún estudiante, en su vida egipcia eran seguidoras del Dios Ptah, que justo está en el Clan Egipcio— Nos explica Zadquiel con paciencia al vernos curiosos—Solo no las miren por mucho tiempo ya que eso las incomoda y comienzan a parlotear y a juzgar; continuemos. — Ellas nos miran pasar haciendo su cabeza de lado y después continúan anotando en una computadora los nombres de los estudiantes que pasan por la puerta.

—Pero que criaturas tan extrañas...—Al escuchar la voz varonil me giro confundida a Eros quien sigue tomado de mi mano pero ahora en su versión adulta. — ¿Por qué me miras así? Las raras son ellas.

— ¡Ya eres adulto Eros!, ¿pero cómo?... —Eros  se toca el pecho y los brazos y me abraza emocionado.

—Oye cupido pervertido suelta a mi hermana— Le dice celoso Pólux y Eros de inmediato pone cara de injusticia.

—Al fin se acabó el suplicio de cuidar a Eros...—Dice Atena aliviada.

—No sé qué te sorprende si siempre ha sido un niño mimado —Le responde Ares quien lo mira irónico.

— ¡Zeus me mima porque yo no causo conflictos y guerras!— Cuando Ares iba a contraatacar decidí parar la disputa. —No te ofendas Halley.

— ¡ya basta! Ambos están aquí en la tierra por sus actos, ahora se callan y avanzan porque tenemos asuntos pendientes. —Les doy un pellizco a ambos y los empujo delante de mí mientras que Atena y Artemisa se ríen de ellos.

—Mientras más autoridad le des más gruñona será...—Le dice Ares a Zadquiel quien le sonríe tímidamente.

—A mí me parece bellísima cuando se enoja. —Dice Eros y Pólux se adelanta a tomarlo del brazo y camina con él amenazándolo.

— ¡Ares! Si no te callas me encargare de darte otra paliza y créeme no me importará que esta vez seas humano. —le grito a Ares y me mira enojado casi al punto de hacer un berrinche, pero se frustra al momento en que Zadquiel lo toma del hombro y lo relaja.

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