CUERPO Y ALMA

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— ¿Qué es lo que su padre le enseñó? —Me pregunta el profesor Montu e intento recordar las palabras exactas de mi padre

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— ¿Qué es lo que su padre le enseñó? —Me pregunta el profesor Montu e intento recordar las palabras exactas de mi padre.

—No tuvo mucho tiempo de explicare completamente todo, pero me enseñó a canalizar mi energía para hacerla salir y también a detectar presencias divinas. —El profesor me mira incrédulo, parece como si le estuviera contando un chiste.

—Veo que no sabe realmente nada, muy bien... vayamos paso por paso, quiero que me ataque con su energía, por favor... no se contenga. —Me dice y se echa para atrás, me mira sin prepararse para el combate, sin duda está muy seguro de sí mismo.

—Bien... —me concentro unos segundos y levanto mi mano, logro sentir cierta electricidad corriendo por mis venas, mi mano tiembla del esfuerzo que hago para sacar esa energía pero por alguna razón ¡no sale!— Impotente levanto la vista a Montu y sonríe abiertamente negando con la cabeza, parpadeo una sola vez y ya no está donde estaba, ¡entonces recibo un golpe brutal en el estómago! Que en automático me deja sin aire, caigo de rodillas noto que estoy vomitando sangre, con un esfuerzo sobre humano alzo la mirada para encarar a Montu 'pero él se pone de rodillas también y se ríe.

— ¿Así es como quieres poseer los poderes de tu padre, maldita sangre Griega?— me susurra en el oído y escucho las pisadas de tras de mí que corren.

— ¡Helena! — escucho la voz de Anubis quien está de tras de mí, pero no sube al ring, al parecer intenta comprender algo pero no sé qué le ocurre. — ¡Detente Montu! — le grita y al bajar la mirada observo que he convertido otro ring en oro, me dejo caer completamente y Anubis esta vez al ver el ring dorado sube lo más rápido que puede.

—No subas... es mi pelea...— le digo con trabajo pero él ya está a mi lado, le veo fruncir el ceño pero no dice nada.

—Ella está bien, debe superar esto para poder avanzar...—le dice Montu y Anubis se pone de pie y le hace frente.

— ¿Superará esto inconsciente y llena de sangre? Tu trabajo era mostrarle como evolucionar sus poderes divinos, ¡No tenías motivo de golpearla! —Le escucho rugir e intento ponerme de pie para bajar sus humos, veo que Quetzalcóatl está a un lado del ring a punto de meterse también, y abajo llega Freya agitada.

—Anubis... —le dice Montu esta vez sin una sola gota de respeto e intenta ponerse más erguido para mostrar su hombría. — ¡¿en qué momento te volviste tan débil?! ¡Es una maldita griega! ¡Su maldita sangre ha estado en guerra con nuestros divinos dioses! ¡Debes matarla!

— ¡Ella es mía, me pertenece en cuerpo y alma...! ¡No te metas en mis asuntos, Montu!—grita Anubis y me deja atónita a ver que le da un empujón con su hombro, están a segundo de matarse.

— ¿Pero quién carajo te crees?— le pregunta Freya a Montu y entra para ayudarme a pararme, pasa mi brazo por sus hombros y un dolor terrible me invade.

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