VENTANA A LONDRES

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Nos es difícil aceptar nuestro regreso a la realidad, bueno, si así se le puede llamar a un Liceo lleno de Dioses y variadas mitologías, pero para nosotros lo que acabábamos de vivir era algo que nos había motivado a terminar con nuestras tareas, ...

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Nos es difícil aceptar nuestro regreso a la realidad, bueno, si así se le puede llamar a un Liceo lleno de Dioses y variadas mitologías, pero para nosotros lo que acabábamos de vivir era algo que nos había motivado a terminar con nuestras tareas, o bueno, con las mías y poder saber si después podríamos continuar viviendo este intento de pareja, ¡en verdad lo deseábamos!

Cuando el momento de partir se acercaba más raro se ponía Anubis, sabía que estaba molesto pero tampoco podía sucumbir a desobedecer a Miguel Ángel, y todo por desear estar con Anubis.

—Oye debes quitar esa cara, en las reglas de Liceo dice que las ventanas se pueden ocupar solo los fines de semana y con permiso de Miguel Ángel o de nuestros prefectos, significa que podremos ir a cualquier parte del mundo, a la que queramos. —le explico con afán de romper el hielo y él cierra su maleta.

—Eso puedes decirlo ahora, pero los dos sabemos que las cosas en el Liceo están empeorando, nosotros tendremos que ser lo dioses más responsables en este nuevo... universo de dioses creado por nosotros, ¿tendremos tiempo? Es decir... yo puedo dividirme en los Anubis que quiera, ¿pero tú?

—Oye ya logré que Ares y Eros recuperaran su fe, puedo hacer con los demás, no soy una diosa completa y tengo que cumplir méritos para ser divinizada, Anubis... todos esperan algo de mí, este día te di lo que a nadie le había dado en miles de años... —al recordarle esto él baja la guardia.

—Perdóname, es cierto que unirnos hoy potencializó lo que siento por ti, te estoy presionando demasiado, —él se acerca y me abraza, más tranquilo lo siento soltar tención. — ¿Sabes qué? cuentas con mi total apoyo para lo que necesites en tus misiones.

—Gracias por entender... eres un sol.

—Literalmente sí, porque ahora tengo los poderes de Amón- Ra— le escucho y le sonrío emocionada. — No te emociones aún, me falta aprender a usarlos, estoy exactamente como tú.

—Sé que lo lograremos. —le doy un beso inesperado y él me regresa otro apretándome contra él, intento disfrutarlo al máximo y ambos cruzamos el ventanal de regreso que nos lleva a la misma habitación cercana al despacho de Miguel Ángel. Anubis me mira confundido y me doy cuenta que él tiempo no pasó en el Liceo.

— ¿Lo ves? Si nos hubiéramos quedado y hubiéramos hecho el amor otras diez veces no hubiera pasado nada, estaríamos aquí a la misma hora en la que nos fuimos mi amor. —comenta irónico y una voz nos interrumpe.

—Sin embargo, estoy orgulloso de que la señorita Helena haya respetado el horario que se les asigno para su día— nos dice Miguel Ángel y me ruborizo al instante.— o por favor, quítese la pena señorita Helena, conozco a la perfección la naturaleza de los dioses y créame que sé que no son nada... castos, ya no me sorprende. Ahora si no le importa preferiría que su siguiente dios tarea sea el joven Apolo, sé que ya había elegido a la señorita Atenea pero creo que los poderes de Apolo son más necesarios ahora.

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