ASISTENCIA HUMANÍSTICA

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El elevador se pone en marcha e intento peinarme un poco ya que por la agitación tengo un poco enmarañado el cabello, tomo un pañuelo y nerviosa me seco el sudor e intento buscar el libro de Asistencias Humanísticas por mi extraña mochila, el elev...

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El elevador se pone en marcha e intento peinarme un poco ya que por la agitación tengo un poco enmarañado el cabello, tomo un pañuelo y nerviosa me seco el sudor e intento buscar el libro de Asistencias Humanísticas por mi extraña mochila, el elevador para y las puertas se abren dejando entrar a otra persona que también lleva uniforme azul, lo que significa que es Griego, el chico es de mi estatura y su cabello un poco despeinado lo hace ver despistado, igual que yo; rayos. Entra en silencio y mira mi uniforme.

—Me llamo Perseo, tal vez nunca nos hallamos visto...—Lo miro sin decir nada y el continua hablando. —Sé que eres Helena, hija de Zeus...—Comienzo a desesperarme ya que habla en pausas. — Somos familia, yo soy también soy su hijo, solo que mi madre es Dánae.

—Creo que nuestro padre es un mujeriego de lo peor. —Lo miro y le tiendo la mano. —Mucho gusto Perseo hijo de Dánae, eres famoso; ya sabes, por Medusa.

<<Clase de Asistencia Humanística>>

—Mi primera clase y llego tarde.

— ¿También tomaras la clase con el profesor Camazot?— pregunta emocionado y salimos casi corriendo para llegar a tiempo. Cuando llegamos al salón abrimos la puerta despacio y todos los alumnos griegos, Egipcios, Nórdicos, Aztecas y japoneses se encuentran callados tomando anotaciones. Freya me mira resplandeciente con su hermoso uniforme verde y me saluda emocionada.

Pólux me mira y le indico con los pulgares que estoy mejor, tomo asiento en la segunda tarima junto con los demás finales de sangre justo al lado de Quetzalcóatl y Freya quien me da un tierno abrazo. Solo capto que es Quetzalcóatl el que está a mi lado por la energía divina que emana, ya que por su aspecto jamás lo hubiera reconocido, el uniforme que lleva es como el de los demás, solo que el suyo es beige con pantalón blanco, su cabello lo lleva atado en una pequeña coleta, aunque sus rasgos son fuertes mantiene un carácter varonil, la pintura que llevaba en la cara no permitía apreciar sus cejas tupidas y rectas, y sobre todo su hermosa piel morena.

— ¿Pues que tengo en la cara?— me sorprende admirándolo y pregunta mirándome de costado con esa seriedad que lo caracteriza, lo más gracioso es que es tan sorprendente verlo sin penacho y taparrabos y aunque sabe que lo veo impresionada no puedo apartar mi vista de él, hasta que el sonido de la puerta me espanta y me pongo recta.

Un hombre de baja estatura entra, con un maletín en la mano, Freya me mira curiosa...

— ¿Estoy mal de la vista o su piel es morada?— La miro interrogante y el hombre vestido con un suéter a cuadros y pantalón caqui se detiene a la mitad del pasillo y mira en nuestra dirección.

—Si señorita Freya, mi piel es morada. —él contesta con voz gruesa y un tanto nasal, ambas quedamos impresionadas del increíble oído que tiene, literal; sus orejas son puntiagudas justo como las de un...

—Murciélago.... —completa Anubis mi pensamiento quien está en la tarima del frente. — Es el dios murciélago.

—Es de nuestra cultura —le indica Quetzalcóatl a Freya un poco orgulloso.

ImmortaliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora