LICEO IMMORTALIA

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La luz es tan cejadora y ruidosa que todos despiertan, me pongo de pie y Eros se despierta sujetándome del brazo, Anubis me lanza una última mirada y va con su clan de dioses

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La luz es tan cejadora y ruidosa que todos despiertan, me pongo de pie y Eros se despierta sujetándome del brazo, Anubis me lanza una última mirada y va con su clan de dioses. El ruido que se oía era como si mucha gente aplaudiera y gritara, solo que no podíamos ver nada, hasta que se oyó una voz familiar más fuerte de lo común.

— ¡Sin más preámbulos! ¡Démosle un merecido aplauso a los dioses de las culturas mundiales más famosas!—de la nada la luz desapareció y ahora con claridad podíamos ver que todo fue parte de la prueba, el campo en el que nos encontrábamos estaba rodeado de tarimas y encima de estas un domo gigante, en pocas palabras, nos encontrábamos en el campo de un estadio lleno de luces y de otras personas.

— ¿Pero qué demonios?—gritó Artemisa y todos los dioses griegos se acercaron a mí.

—Quédense cerca, creo que todo el tiempo nos observaron. —les indiqué aun confundida.

Pude relajarme un poco cuando me di cuenta que la persona que mantenía el micrófono era nada más que Uriel, quien ahora caminaba en el campo con nosotros.

— ¡pero no se espanten chicos! ¡Escuchen a los demás, ellos llevan mucho tiempo esperando para ver este acontecimiento!—Mientras Uriel dice esto toma el hombro de Anubis y lo sacude emocionado. — ¡Por favor démosle un aplauso al Clan Egipcio y a su Final de sangre; Anubis! —La gente en las tarimas enloquece a tal grado que debemos de taparnos los oídos. — ¡Al clan Griego y a su Final de sangre; Helena!, ¡Al clan Nórdico y a su final de sangre; Freya!—Freya sin dudarlo comienza a saludar felizmente a todos en el estadio— ¡Otro aplauso para el clan Azteca y su final de sangre; "La serpiente emplumada" Quetzalcóatl! ¡Y por último y no menos importante! ¡Un gran aplauso para el clan Japonés y su final de sangre; Tzukuyomi!

—No sé si sentirme alagado o confundido con ese hombre—Nos dice Quetzalcóatl a todos los dioses con cierta rudeza.

— ¡pero bueno! ¡Ahora guardemos silencio y prestemos atención! ¡Hoy los dioses nos han dado una gran lección y sin embargo también ellos la recibieron! ¡Les fue encomendada la tarea de construir entre ellos el increíble liceo, pero con un inconveniente; ellos tenían que construirlo en una sola noche y sin los dones que ellos están tan acostumbrados a usar!— Uriel señala nuestra pequeña cabaña y todos alrededor guardan silencio. —Ahora para dar las palabras de bienvenida les presento al director del Liceo. —Uriel nos guiña un ojo y dándonos la espalda se coloca a un lado de la entrada del estadio, y de la puerta de nuestra cabañita sale un niño de la misma edad que Eros, Su cabello es rubio y recortado a la medida, sus ojos cambian de color cada vez que parpadea; del rojo al azul y del azul al verde y va vestido con unos bellos pantalones cortos y un saco perfecto del mismo color, con él viene acompañado una hermosa mujer en un vestido blanco largo con cabello castaño perfectamente peinado y sus rasgos son suaves y finos, su piel es blanca y parece emanar un destello de luz.

La mujer baja el micrófono a la altura del pequeño quien entra sonriente; tal cual un niño de su edad, él da un paso adelante y con su dedito toca tres veces el micrófono para asegurarse que este funciona y todo el estadio guarda silencio.

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