LLÉVAME CONTIGO...

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Anubis mete su mano a la bolsa del pantalón y saca el collar que tiene la energía de Zeus, me lo da y me sonríe un poco triste

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Anubis mete su mano a la bolsa del pantalón y saca el collar que tiene la energía de Zeus, me lo da y me sonríe un poco triste. Yo no me atrevo a decirle nada, no sé qué tan duro sea todo esto para mí o si pueda resistirlo, así que solo intento regresarle la sonrisa, lo abrazo rápido y camino a centro del lugar.

— ¿Aquiles? —él me mira al escuchar que le llamo sin decir nada. —Solo quiero que sepas que no soy la misma que conociste, la reina Estúpida y sumisa de Esparta ya no existe, hoy por hoy me encantaría destripar yo misma a Menelao y a su odioso hermano con cara de perro, así le decías a Agamenón ¿o no? —él se limita a sonreír y asiente. — ¡ah! Y otra cosa... ¿el talón? ¿En serio? —me rio y él sube una ceja. —bromeo, estuviste increíble en Troya.

—Ya lo sé. ¿Estás lista?— me pregunta y me pongo el collar de Zeus, de inmediato mi cuerpo comienza a recibir pequeñas e inofensivas descargas eléctricas que no duelen pero sí que molestan, suspiro cerrando los ojos esperando lo peor.

—Hagámoslo —les digo y de un segundo a otro los ojos de Anubis se ponen dorados a igual que los míos, pero Anubis frunce el ceño y da un paso atrás.

—No... ¡no ahora! —grita desconcentrándome.

— ¿Anubis? ¿Qué ocurre? Pregunto acercándome y él sigue negando, sin nuda algo le afecta.

—De nuevo Helena, puedo escuchar todo lo que piensas de nuevo... debe ser por el collar de Zeus... —me explica y Aquiles se ríe de él.

—Entonces... no solo la verás sufrir, sino que además escucharás como su mente es atormentada... esto sí que es suerte. —le dice burlón y continua. —a la mierda, hagámoslo que una vez, ¡abre el maldito portal, mi tiempo vale oro!

—Solo hazlo, Anubis. —le pido y él de nuevo pone sus ojos dorados, vemos que una magia dorada sale de su cuerpo, un tipo de aura crea un circulo a mi lado, una especie de puerta que no deja ver qué hay del otro lado.

—Ya no estarás aquí, estarás en Troya, solo podrás escucharnos, así que entra. —me explica en tono serio y entro mirándolo una última vez, ¡al diablo! Esto se tiene que resolver y no será por las buenas. Así que una pared de humo me recibe y todo huele a quemado, hace mucho calor por todos lados, al ver mi ropa llevo el atuendo que me dieron para formar parte de la realeza de Troya, mi cabello está perfectamente peinado con una corona de laureles de oro.

Sigo caminando casi a ciegas, el humo es tanto que me empieza a picar la garganta, así que me tapo con mis ropas la nariz y llego a un área más libre. La gente corre por todos el lugar y hay cuerpos por todo el terreno, mi corazón se oprime al ver a una madre llorando con su bebé muerto en sus brazos.

— ¿No es hermoso?— dice alguien a mi lado, jamás podría olvidar su maldita voz, Menelao está ahí parado sonriendo de oreja a oreja por la escena. —Debe parecerte lo más bello que jamás has visto... ya sabes, porque tú lo ocasionaste. —de repente me que sin argumentos, es el primer ser atormentado que se presenta ante mí y no sé qué responder, entonces escucho la voz de Aquiles en mi cabeza. <<El secreto para controlar a situación es regresarle el golpe, no defendiéndote por lo que fue tu culpa, sino más bien haciéndole ver que también estuvo implicado>>, me dice y se calla, entonces de nuevo siento la electricidad del poder de Zeus, mis ojos cambian de color de nuevo y le miro desafiante.

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