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¿Por qué su hermano está allí sentado, haciendo como que disfruta de su bebida, haciendo ver que ha bajado al centro solo porque necesitaba un descanso?

Ella ya sabe por qué él no quiere hablar de esto. Tal vez ya estaba preparado para encargarse de temas como los exámenes o los trabajos, pero tener que ir a una entrevista con el tutor, tener que ver cómo le pasan por la cara el hecho de que, sí, ahora él es el padre... ________ lo entiende, lo entiende perfectamente. Pero aun así...

¡Grítame! ¡Pégame! ¡Haz algo, pero deja de estar así! ¡Deja de actuar como si nada hubiera ocurrido! ¡Para de comportarte como si todo esto no te afectara!

—Entonces, ¿te han devuelto el examen?

Josh la mira expectante.

________ ni siquiera se molesta en contestar. No piensa seguir allí sentada y alargar esa farsa, y si no puede hablar de lo que realmente está pasando, al menos quiere hablar de algo más interesante. Trata de encontrar algo que decir. No le importa el qué, siempre y cuando no sea esta charla sin sentido entre dos desconocidos.

Echa una mirada a la estantería llena de libros que hay junto a su brazo, en busca de alguna inspiración.

—¿Qué estás leyendo ahora? —le pregunta _______ y, por primera vez en toda la conversación, su voz es natural. Esto es seguro, mejor que seguro. Es familiar. Es la conversación que han tenido durante toda su infancia a la hora de la cena. ¿Cómo no se le había ocurrido antes?

—Bueno, ya sabes... —A Josh se le ilumina la cara por un segundo. Por un momento, parece la persona que solía ser—. He estado trabajando en unas excavaciones, volviendo a cuestionar algunas teorías. ¿Te acuerdas de aquella revista que estaba buscando el otro día? La buscaba porque estoy casi seguro de que hay nuevos hallazgos que contradicen totalmente la versión aceptada de los ritos funerarios. — Está más animado de lo que ha estado en siglos, tan interesado en su materia que ni siquiera se ha dado cuenta de que _________ no ha contestado a su pregunta.

_________ no puede evitar reírse. Sabe que si sus antiguas amigas estuvieran aquí, estarían revolviéndose en la silla, deseando salir de aquí. Todas ellas solían suplicarle para que dejara que la acompañaran a la ciudad a hacer algo con Josh. A todas les gustaba porque era muy lindo y, en fin, mayor que ellas. Pero en cuanto llegaban allí se aburrían terriblemente con su brillante y excéntrico hermano.

________ no se aburre para nada. Probablemente los ritos funerarios no sean su tema favorito pero ¿qué más da? Él está hablando, habla de algo auténtico para él y ella se siente feliz.

—Es curioso —________ se inclina hacia delante—, porque ¿sabes qué he estado pensando volver a leer? Tristes trópicos. No me lo he vuelto a mirar desde... hace años.

—Habla con cuidado para no mencionar a su padre—. Pero el otro día pensé que debería releerlo. Es un libro tan bonito...

—Es genial —afirma Josh—. Y lo que le hace tan extraordinario es que, cuando lo lees, es mucho más que un texto de antropología porque... Espera un segundo... —La sonrisa se le borra de la cara tan bruscamente como si se hubiera apagado la luz—.

________, no creo que tengamos tiempo para esas cosas ahora. ¿No estás totalmente liada con las clases? No te estarás quedando atrás, ¿verdad? Y no me has contestado lo del trabajo. ¿Ya tienes escrito el borrador? ¿Por qué te molestas en pensar en lo de Tristes trópicos?

La chica de la sonrisa rota. [Andy Biersack y Tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora