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—¡Hola! —Andy sonríe a ________—. He venido aquí a trabajar y había pensado que, cuando hagas una pausa, podríamos...

—Ahora mismo iba a hacer una —interrumpe Louis.

—¡Pero si acabo de llegar! —protesta ________.

—Hoy estoy al mando —dice Louis—. Además, no hay mucho movimiento. Vamos, nos vemos en media horita.

—Bueno, gracias —dice ________ lentamente.

Por supuesto que está contenta de poder hacer una pausa, pero de repente le ha entrado vergüenza. Se quita la identificación, se la mete en la bolsa y se queda quieta un segundo.

Es totalmente seguro dejar la bolsa aquí. Siempre lo hace cuando se toma un descanso, solo coge el monedero y se lo guarda en el bolsillo.

Pero ________ no puede evitar pensar en la copia de La tempestad que lleva en el fondo de la mochila.

No es que sepa muy bien lo que va a hacer con ella, pero también podría llevarse la bolsa, por una vez.

—Hasta pronto —le dice a Louis mientras se cuelga la mochila en el hombro.

—¡Que bueno! —dice Andy.

Bajan por la escalera de mármol y salen a la calle.

—Mmm... —asiente ________.

Aunque su mochila ya pesa por sí sola, ________ siente la presencia del libro al fondo de su mochila. Debe de ser su imaginación. Al fin y al cabo, no puede pesar mucho.

—Bueno. —Andy le sonríe—. Estaba trabajando en la biblioteca y necesitaba un descanso. Pensé que quizá podría arrastrarte hasta el lugar del que te hablé.

—¿El de los capuccinos? Claro. —________ hace una pausa—. ¿Qué estabas haciendo?

________ realmente quiere saber qué estaba haciendo Andy en la biblioteca, pero hay un montón de cosas que le gustarían saber antes, como por qué quiere pasar su rato de descanso con ella en primer lugar.

¿Será porque cree que tiene que controlar sus actividades ilícitas ya que no se lo ha contado a Josh?

¿Será porque, por alguna razón, le apetece estar con ella?

Quizá, después de todo, debería darle el libro.

—Oh, estaba con unas lecturas que tengo que hacer para una asignatura que estoy haciendo aquí. ¡Eh, cuidado!

La coge de los hombros para evitar que se choque con un mensajero que pasa a toda velocidad en bicicleta.

—Gracias. —________ está sobresaltada. No tanto por la bici, a pesar de que casi la atropella, sino por sentir el contacto de sus brazos. Sin embargo, ya debería estar acostumbrada a esto. Al fin y al cabo, le ha vendado el brazo, la ha arrastrado por la escalera, tomado de la mano...

Quizá le ha afectado tanto porque todavía se siente descolocada por la experiencia en la librería. O quizá porque esta es la primera vez que la toca por una razón que no tiene nada que ver con sus cortes.

—Este es el lugar. —Andy abre la puerta.

________ se sienta frente a él en una de las mesas de mármol y coge un menú; luego lo deja y empieza a morderse las uñas.

Encantador.

Vuelve a coger el menú, pero ni siquiera intenta abrirlo y empieza a jugar con el servilletero.

—¿Estás bien?

—Sí, sí, claro. Solamente un poco...

Nerviosa e incómoda.

Pero eso no tiene ningún sentido. Al fin y al cabo, él lo sabe todo de ella, no tiene nada que temer.

Entonces, ¿por qué está tan tensa?

Vuelve a pensar en el otro día en el parque, cuando le convenció para que se quedara con ella. Debería haber dejado que se fuera entonces. Ha roto el propósito que se hizo después del accidente. Está empezando a sentir cosas. Un montón de cosas.

________ no se lo puede permitir. Nunca debería haber permitido que entrara en su vida de esta manera. No es asunto suyo lo que le guste, o lo que lea, o en qué lugar creció

ni todas esas cosas.

¿Y qué está haciendo comprándole regalos? En cuanto vuelva al trabajo, lo tirará a la basura. Lo primero que...

—¿Ya sabes lo que quieres? —le pregunta Andy.

—¿Eh? —________ ni siquiera se había dado cuenta de que el camarero estaba allí. Abre el menú, pero está boca abajo.

—No importa, yo me encargo. —Andy se ríe de ella, pero con buena intención—. Mmm, dos capuccinos helados y dos... Dios, ¿qué podrías querer? A ver, ella comerá... una tarta de fresa.—La mira—. ¿Esta bien?

—Sí, claro —asiente ________—. Pero en realidad no tengo tanto tiempo. Tengo que volver en...

—Ya lo sé, pero algo me dice que Louis no va a ser muy estricto contigo hoy. —Andy se vuelve otra vez al camarero—. Entonces, dos capuccinos helados, una tarta de fresa y...

—Espera. —________ consigue darle la vuelta al menú—. Mmm... Él tomará la tarta Mocha Napoleón.

—A la primera. —Andy le devuelve la carta al camarero—. Bueno, ya sabes, me estaba preguntando... Un segundo... —De repente para de hablar y le coge la mano a ________. Esta vez la coge con fuerza, casi con violencia, y ________ ahoga un grito.

Él le abre la mano y mira la línea de sangre seca que atraviesa la palma.

La chica de la sonrisa rota. [Andy Biersack y Tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora