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La imagen de Josh llorando acompaña a _________ durante el resto del día. Está tan cansada que apenas puede mantener los ojos abiertos, pero cada vez que el sueño amenaza con derribarla consigue mantenerse despierta recordando el aspecto de Josh sentado en la mesa de la cocina. _________ logra, de este modo, sobrevivir a las clases pero, para cuando llega a la biblioteca, está exhausta.

— ¡Eh, Louis! —_________ casi no puede ni pronunciar las palabras, no para de bostezar—. Lo siento —dice cubriéndose la boca—. Casi no pude pegar ojo anoche.

—Bueno, entonces es tu día de suerte —dice Louis al darse cuenta de las tremendas ojeras que tiene _________ —, porque esta tarde estoy al mando. Tal vez podrías pasarte la tarde ordenando los estantes, ¿ok? Seguramente sea lo más fácil.

—Lo que tú digas —dice _________ dejando la bolsa debajo del mostrador. Sabe que Louis está intentando ser amable, y ordenar los estantes suele ser más fácil que estar de cara al público contestando preguntas, pero hoy ella preferiría no tener que quedarse a solas con sus pensamientos.

—Tienes trabajo suficiente para estar ocupada durante todo el turno. —Louis señala con la mano al montón de carritos de metal que están a rebosar de libros bloqueando la entrada del ascensor.

— ¿Pero qué has hecho? ¿Me los estabas guardando o qué? —refunfuña _________ mientras coge el primer carrito y entra en el ascensor.

Sin embargo, para alivio de _________ , colocar todo este montón de libros resulta ser distracción suficiente para apartar todos los pensamientos de la noche anterior.

Realmente es mucho más agradable que torturarse recordando el sufrimiento de su hermano. El tiempo pasa rápido, no ocurre nada y _________ le está agradecida a Louis por haberle encomendado esta tarea hasta que ve la última tanda de libros, todos ellos de la undécima planta.

Al salir del ascensor no puede evitar pensar en todas las cosas que han ocurrido allí entre ella y Andy. Desde la primera conversación que tuvo con él hasta su primer beso, el otro día, _________ siente que estas paredes han sido testimonio de los acontecimientos más importantes de su vida desde que sus padres murieron.

_________ deja el carrito y camina hacia la zona que está cerca de las ventanas. Se arrodilla y toca el suelo donde ellos estuvieron sentados. Sabe que su comportamiento es algo extravagante, pero le parece extraño lo frío y árido que es el suelo en comparación con el intenso calor que ellos generaron.

Cierra los ojos y se deja llevar por el recuerdo de aquel abrazo, pero se levanta sobresaltada al oír el ruido del ascensor. Ya le pone suficientemente nerviosa tener a más gente merodeando por el depósito mientras ella trabaja, pero se moriría de vergüenza si alguien la encontrara en comunión con el suelo.

Se apresura a volver junto al carrito, lo coge y se coloca en posición frente a uno de los estantes con un libro en la mano cuando se abren las puertas del ascensor. _________ mira por encima del hombro. Siente cierta curiosidad por saber quién es.

— ¡Oh! —Se sorprende al ver a Andy saliendo del ascensor y por un momento cree que no es más que una visión generada por el propio deseo.

—Hola —dice _________ después de un segundo—. No sabía que estarías hoy aquí.

—Hola —se acerca hacia ella—. El tipo que está abajo, en el mostrador, me dijo que estarías en el once.

— ¿Louis?

—Sí, lo siento. Siempre se me olvida su nombre. Es igual. Te he traído una cosa.

— ¿De verdad? —_________ vuelve a poner el libro que tiene en la mano en el carro y mira a Andy—. Qué detalle, ¿Qué es?

—Contrabando. —Andy saca las manos de detrás de la espalda. Lleva una bolsa marrón de papel de la que saca un vaso de café helado.

— ¡Oh, Dios mío! —ríe _________ —. ¡Qué bien! Es justo lo que necesitaba. ¿Cómo lo sabías? ¿Y cómo has conseguido colarlo hasta aquí? —Aparta el carro y se acerca a él.

—Mmm, Louis me ha dicho que estabas muy cansada y me ha dado la sensación que no le importaría si te traía esto.

—Oh, es perfecto. —_________ le coge el café de las manos y se sienta apoyando la espalda en la pared. Cierra los ojos y bebe un poco—. Incluso has puesto la cantidad exacta de azúcar.

—Soy un observador. —Andy se sienta junto a ella.

—La verdad es que sí. —_________ se cambia de postura de manera que las piernas de los dos se tocan—. ¿Quieres un poco?

—No, gracias —responde Andy—. Está demasiado dulce para mí. ¿Y cómo es que estás tan cansada? Pensé que podríamos hacer algo después del trabajo, pero si no estás para eso... —no termina la frase.

—Oh, no, no estoy cansada. Quiero decir, sí que lo estoy. —_________ bosteza entre sorbo y sorbo de café—. Pero sí que me gustaría hacer algo y, además —levanta el vaso de café—, esto me está yendo bien.

— ¿Has estado toda la noche en vela haciendo el trabajo o qué?

—No exactamente —suspira _________ —. Ni siquiera lo he empezado. Yo... —Hace una pausa—. No he podido dormir, eso es todo. —Se pregunta por qué, después de todas las cosas importantes que le ha contado, duda en explicarle la verdadera razón de que no haya pegado ojo—. Me ha sentado genial —dice _________ al acabarse el café—.Muchas gracias. —Sonríe a Andy un segundo antes de levantarse con desgana.

— ¡Eh! ¿Sabes qué? —Andy también se levanta—. Por fin me he acabado de leer La tempestad.

— ¿De verdad? —Esto anima a _________ mucho más que el café—. ¿Qué te ha parecido? ¿No te ha encantado? Admítelo, es su mejor obra, ¿no? —Coge un puñado de libros y se pone a organizarlos.

—Sí, la verdad es que me ha gustado mucho. Bueno—rectifica rápidamente al ver que _________ deja de sonreír—. Me ha encantado, en serio, te lo juro. ¿Si es su mejor obra? No lo sé, porque no me las he leído todas, pero te diré una cosa. También me gustan los lugares imaginarios. Y te diré algo más.

— ¿Qué?

—Te diré cuál ha sido la parte que más me ha gustado.

—No me lo digas, déjame adivinarlo. —_________ para de colocar libros y se apoya en las estanterías para pensar—. Mmm, alguno de los geniales monólogos de Próspero, porque...

—No. —Andy niega con la cabeza—. Frío, frío....

La chica de la sonrisa rota. [Andy Biersack y Tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora