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—¿El clima de Kuala Lumpur? —Andy arquea las cejas.

—Bueno, lo que sea, da igual

—Bien... ¿sabes qué estaba haciendo cuando me llamaste?

—Mmm... —_________ piensa un poco—. ¿Mirando el partido?

— ¿Qué partido? —pregunta Andy confuso.

—No sé, ¿no pasan algo de deporte?

— ¿Te refieres al football?

—Por ejemplo.

—Vas unos meses adelantada.

—Bueno, pues, ¿qué estabas haciendo?

—Estaba leyendo La tempestad.

—Oh. —_________ se queda pensativa—. Y... —empieza.

—Puede que tengas parte de razón —reconoce Andy—. Es mejor que Macbeth.

— ¡Te lo dije!

—He dicho que puede que tengas parte de razón. No puedes compararlas porque son muy diferentes. Quiero decir, que La tempestad es romántica y mágica... ¡Eh! ¡Mira eso!—interrumpe Andy—. Mira, en el estanque.

— ¿Qué? —_________ sigue su mirada pero no ve qué es lo que le interesa tanto, solamente hay un hombre saliendo de la barca.

—La está dejando allí mismo —dice Andy. Está emocionado—. Se supone que las tienes que devolver, lo sé porque he alquilado una barca un par de veces. Es muy caro, pero ¡el tipo ese la está dejando allí! Vamos. —Se levanta, coge a _________ de la mano y la arrastra detrás de él colina abajo.

— ¿Sabes lo que estás haciendo? —dice _________ cuando Andy se mete en la barca.

—Perdona. —Andy la mira fijamente—. Salgo a remar al río tres veces por semana, ¿crees que no podré remar en un estanque?

—Lo que tú digas —contesta _________ encogiéndose de hombros. Luego monta en la barca con cuidado y se sienta mientras él coge los remos y la lleva hacia el centro del estanque—. Entonces, ¿Jinxx y tú consiguieron bajar tres minutos o el tiempo que fuera —no me acuerdo— de su marca?

—Dirás diez segundos. —Andy sigue remando—. Hacemos los 2.500 en ocho minutos y doce segundos ahora mismo.

Si bajamos tres minutos estaríamos batiendo el récord mundial con un buen margen. De todos modos, no creo que vayamos a mejorar los ocho con doce. Jinxx no se esfuerza demasiado y a mí no me importa lo suficiente. Únicamente hago remo porque me gusta salir al río pronto por la mañana.

_________ observa la habilidad de Andy al remar. Hay algo relajante e hipnótico en sus movimientos. No puede apartar la mirada del suave vaivén de sus brazos, fuertes y un poco marcados.

Sumerge la mano en el agua y deja que el movimiento de la barca la arrastre, formando una pequeña ola. Quizá sea por lo destrozada que está de la noche anterior, o tal vez el suave sonido de los remos entrando en el agua, _________ no lo sabe y no le importa. Lo único de lo que está segura es de la paz que siente en su interior, de que se siente mejor de lo que se ha sentido en días, o incluso semanas. Mira a Andy con los ojos entrecerrados y lo último que ve antes de caer dormida es su sonrisa.

***

—Mira ahora, aquella parece un conejo.

—¿Estás loco? —_________ vuelve la cabeza para mirar a Andy que está estirado junto a ella en la hierba mirando las nubes—. Si se parece a algo, es a un cisne.

La chica de la sonrisa rota. [Andy Biersack y Tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora