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Por un segundo un silencio sepulcral invade la cocina. Incluso Isabelle deja de alborotar en su trona. _________ no se puede creer que haya tenido agallas de decir esto, pero a juzgar por lo pálido que se ha puesto Josh, parece que por fin le ha tocado la fibra.

—¡_________! —exclama Alice horrorizada—.¡¿Cómo puedes pensar algo así?! —Mira a los dos hermanos. Es evidente que espera que Josh diga algo para negarlo, pero él no dice nada.

—Tengo razón, ¿verdad? —dice _________.

No le quita el ojo de encima a Josh, pero él está concentrado en su plato y evita su mirada.

—¿Qué? —insiste ella—. ¿Por qué no lo dices sin más? ¿Por qué no le dices simplemente a Alice que tú...?

—Aquello fue un terrible accidente —le interrumpe Josh, con la cara incluso más pálida que hace unos momentos. Está claro que le está costando controlar la voz.

—¿De verdad? Entonces por qué tienes miedo de dejarme sola con...

—Aquello fue un terrible accidente —repite—. Pero quedarse con una niña de seis meses... Bueno, tienes que estar al tanto de todo. Es...

—Oh, vamos, Josh —le interrumpe _________ —. ¡Puedes hacerlo mejor que eso! No será porque no haya hecho de niñera mil veces. Admítelo. Te aterra dejarme a solas con ella. Te aterra porque crees que soy una...

—Creo que está todo muy reciente todavía —Josh la corta—. Te están pasando un montón de cosas últimamente, sería injusto esperar que tú...

—¡Para! —_________ respira con dificultad—. Por favor, para. —No puede soportar oírle hablar así—. ¡Di la verdad! ¡Solamente dila, de una vez! ¡Admite que me culpas de haberlos matado! ¡Admite que me odias!

_________ se tapa la boca con las manos. Está cerca, peligrosamente cerca de venirse abajo. Si algo le pudiera hacer sentir el más absoluto horror, el dolor de su situación es esto... saber con seguridad que ha perdido el amor de su hermano. Si no se estuviera aferrando a la silla con tanta fuerza, caería al suelo hecha un mar de lágrimas, y eso es algo que simplemente no se puede permitir. No está preparada para asimilar ese tipo de dolor.

Cierra los ojos con fuerza, desesperada por encontrar algún tipo de control. Empuja la silla lejos de ella lanzándola al suelo provocando un fuerte ruido, y se lanza escalera arriba.

_________ sabe que Alice y Josh la están llamando, pero no los escucha. Está demasiado ansiosa por llegar a su santuario. Llega a su habitación y cierra la puerta detrás suyo, agradecida de que el anterior propietario hubiera puesto una cerradura.

Todavía puede oírles gritar su nombre mientras se derrumba en el suelo tapándose los oídos con las manos. Cualquier cosa con tal de no oírlo. Porque el ruido amenaza con superarla. No solo las voces de Alice y Josh, sino el chirrido de los frenos. El golpe seco al chocar la cabeza de su madre contra el salpicadero. El chasquido del parabrisas al romperse en mil pedazos.

_________ no puede soportarlo más. Tiene que conseguir que pare, tiene que bloquear los sentimientos que la invaden. Por desgracia se ha dejado su mochila abajo, pero en su habitación tiene todo lo que necesita. Se arrastra por el suelo hasta llegar hasta la cama y busca debajo del colchón hasta dar con sus provisiones, tirando el teléfono al suelo en el proceso.

Una parte de ella percibe el sonido de la línea que cruza el aire. Pero no es suficiente, nada lo es en comparación con todos los sonidos que ahora invaden su cabeza. Coge la cuchilla convulsivamente, preparada para hacer lo que tiene que hacer.

_________ hace una brevísima pausa. No sabe en qué está pensando, no sabe qué está haciendo, pero de repente está marcando un número, apretando los botones en el orden que ya se ha aprendido de memoria.

—¿Hola? —La voz de él suena como si viniera de un lugar muy lejano.

—¿Hola? —repite Andy.

_________ no puede hablar. Se apoya contra la cama y se desabrocha la camisa con dedos temblorosos. Se mira el estómago intentando encontrar un lugar apropiado y hace el primer corte, esperando el momento en el que el dolor de la cuchilla borre todo lo demás. No ocurre tan rápido como las otras veces, y su respiración se convierte en pequeños jadeos cuando la cuchilla se va introduciendo más y más profundamente en su piel.

—¿_________? —pregunta Andy, ahora más fuerte.

_________ cierra los ojos intentando que el sonido la alcance. Es una lucha. No puede dejar de oír el parabrisas haciéndose añicos, y cada vez es peor. Ahora está empezando a recordar las imágenes. Ve la cara de su padre destrozada hasta quedar irreconocible, una masa ensangrentada. Ve la cara de su madre, intacta, pero con los ojos muertos.

Hunde la cuchilla más profundamente, como si su sangre pudiera limpiar la de ellos.

—¿_________? —repite Andy.

_________ no habla, apenas respira levemente. Mira la sangre que sale del corte que se acaba de hacer, pero no cambia nada. Esta vez no. Vuelve a cortarse, más profundamente. Siente dolor, pero ¿será suficiente?

—_________ —dice Andy una tercera vez. Pero esta vez no es una pregunta. Está vez esta claro que solo quiere hacerle saber que cuenta con su presencia.

_________ intenta concentrarse en su voz, en el salvavidas que le está lanzando. Las imágenes no se borran de su mente pero, mientras escucha la respiración de Andy, los sonidos del accidente se van debilitando.

Deja de cortarse. La cuchilla cuelga sin ningún valor en su mano: ya ha cumplido su cometido. _________ mira las gotas de sangre que le corren por la piel con los ojos entrecerrados.

Su respiración se vuelve más intensa, más regular, en armonía con la de Andy. El sonido de sus respiraciones conjuntas es sorprendentemente íntimo y, pronto, el único sonido que se filtra en el dolor de _________ es el suave silbido de sus inhalaciones mientras se queda dormida aferrándose al teléfono como si fuera un ser vivo como si fuera su amante...

La chica de la sonrisa rota. [Andy Biersack y Tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora