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Y, por lo que respecta a Andy, no parece que esté disfrutando, o ni siquiera captando las posibilidades románticas de las circunstancias. Como mucho, parece que se está mareando. Se ha quedado blanco como el papel.

De repente, aparta la mano y se cubre la boca con ella. — ¿Quieres que te aguante la cabeza? —pregunta ___________, con una clara urgencia en su voz. Recuerda el día en que, estando en el depósito de la biblioteca, Andy se ofreció para aguantarle el pelo.

Recuerda lo mucho que le chocó su increíble amabilidad, lo mucho que le choca ahora.

Desearía poder corresponderle siendo igual de considerada, pero está demasiado traumatizada por lo que acaba de ocurrir como para actuar con tanta delicadeza.

—No, no... -Andy niega con la cabeza—. Yo... no. —Bueno. —___________ se baja la camiseta y se sube la cremallera del pantalón.

Andy no habla durante unos segundos. Está sentado como ella, desplomado en el sofá con la mirada perdida.

— ¿Qué...? ¿Me podrías decir qué te llevó a hacerlo? —dice con voz entrecortada.

—Mi hermano y yo discutimos —responde ___________. No sabe muy bien cómo describir lo que pasó.

— ¿Qué... sobre qué? La pelea, me refiero. ¿Por qué discutieron? —pregunta Andy.

Parece que su facilidad habitual para hablar le ha abandonado. ___________ se da cuenta de que es la primera vez que lo oye hablar de esta manera tan inarticulada.

—Por ver a quién le tocaba lavar los platos —dice ___________. Está demasiado cansada para entrar en el tema.

—Bien—dice Andy—, muy bien. —Se incorpora para sentarse en la posición correcta—. No te molestes en explicarme la verdad, me importa un bledo. O sea, que yo he venido aquí por pura diversión esta mañana, ¿esta bien? A mí todo esto me da bastante igual. No es importante. No hace falta que te mates intentando darme una respuesta directa o nada de eso.

___________ asiente con la cabeza. No le sorprende su enfado; la verdad es que ya se esperaba que no se lo creyera.

—Mira, lo siento —dice Andy después de un momento—. No debería haberme enfadado tanto...

—No —le interrumpe ___________ —. Tienes razones para enfadarte. No estoy siendo muy agradable contigo y tú estás siendo...

Mucho más amable de lo que jamás hubiera esperado de nadie.

Está más emocionada de lo que puede expresar por el hecho de que Andy se haya plantado en su puerta. La ambivalencia se ha convertido en gratitud. Quiere preguntarle por qué está aquí, pero le da un poco de miedo saber la respuesta. ¿Y si le dice que es porque se asustó? ___________ sabe que ha perdido el derecho a ser considerada normal pero, aun así, no soporta pensar que él pueda tomarla por... loca o algo por el estilo.

¿Está aquí porque prometió que no se lo contaría a su hermano y eso le hace sentirse responsable? ¿Está aquí porque le importa?

___________ suspira profundamente. Se siente incapaz de hablar con él sobre nada de todo esto. Se siente incapaz de expresar lo que sus acciones significan para ella y se da cuenta de que, por todas estas razones, lo mínimo que debería hacer es contarle la verdad sobre lo que pasó anoche.

—Nos peleamos porque Josh, ahora, me odia —dice ___________ sin rodeos, sin dramatizar—. Me odia porque maté a nuestros padres.

___________ espera oír lo inevitable. Oír a Andy decir lo mismo que los demás, que solamente fue un accidente, que ella no planeó matar a sus padres. Que su hermano la quiere ahora más que nunca porque se ha quedado huérfana. ___________ ha oído miles de veces esas respuestas vacuas.

Pero Andy está callado. Únicamente la mira.

—No me puedo imaginar lo duro que debe ser para ti —dice finalmente. Se le ve afectado—. Para los dos, de hecho —añade, después de un momento.

—Tienes razón, no puedes —dice ___________ en voz baja. Debería haber sabido que él no intentaría engatusarla con respuestas superficiales, que no intentaría convencerla para que no se sintiera así, o decirle que estaba imaginando cosas—. Pero... gracias por, bueno, gracias por no decirme, al menos, que está todo en mi cabeza.

—Bueno, de nada, supongo. —Andy se queda en silencio unos segundos—. Mira, quizá no debería decir esto después de lo que acabas de decir tú. Sé que no puedo llegar a entender por lo que estás pasando, y me creo que tú te creas que tu hermano te odia. Quiero decir, que no pienso para nada que todo esto esté solo en tu cabeza. Estoy seguro de que la situación está... en fin, realmente cruda entre ustedes dos. —Se mueve para sentarse mirándola a la cara—. Pero ¿estás segura de que, tal vez tú, bueno, tal vez estés malinterpretando un poco las cosas? Estoy pensando en el Josh Collins que me daba clases el año pasado. No es posible que pueda odiar a su hermana. O sea, ¿quién podría? Pero él en concreto, no me lo puedo imaginar.

—Creo que yo lo conozco mejor que tú —dice ___________ fríamente.

—No estoy tratando de decirte lo que sientes o lo que dejas de sentir. Supongo que solo esperaba poder hacerte sentir mejor, quizá que miraras las cosas desde otro punto de vista... —No acaba la frase.

—No es tan sencillo —dice ___________. Ahora es a ella a quien le cuesta mirarle a la cara.

Le duele ver lo triste que está porque sabe que ella es la única responsable—. Mira, no quiero que pienses que hablar contigo no me hace sentir... —Trata de encontrar las palabras adecuadas—. Bueno, tú no me hablas como las demás personas —dice finalmente sin mucha convicción. No es lo que realmente quiere decir, ni de lejos.

—Bueno, tú tampoco me hablas como las demás personas —dice Andy.

— ¿No? —___________ se sorprende.

La chica de la sonrisa rota. [Andy Biersack y Tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora