29

2.6K 216 1
                                    

-Josh, lo siento -dice ________, girándose de espaldas al espejo.

-¿Que lo sientes? -Contesta con el ceño fruncido mientras husmea entre las cajas-¿El qué?

-Bueno... -A ________ se le corta la voz. ¿Qué le puede decir? ¿Perdón por arruinarle la vida? ¿Perdón por haber cogido el coche aquella noche? ¿Qué podría decirle que expresara lo que siente?

¡A lo mejor bastaría con preguntarle si le gustaría comprarse un gato!

Bastaría con decir que siente que tenga que aguantar una reunión padre-profesor con quince años de antelación. Eso podría ser algo por lo que pedir perdón sin sonar demasiado melodramática. Claro, si no fuera porque se supone que ella no sabe nada.

Hablar con su hermano cada vez se parece más a atravesar un campo de minas. Tiene que ir con cuidado si no quiere poner el pie en una de las trampas.

-¡Eh, mira esto! -exclama Josh mientras mete la mano en una de las cajas y saca un pequeño volumen azul-. Lo había olvidado -murmura sacándole el polvo del lomo.

_______ puede ver que es uno de los libros de su padre. Josh lo deja en el suelo y vuelve a meter las cajas bajo la cama.

-Perdona -se levanta-, ¿decías algo?

-No, nada -responde ________ con tristeza. Recoge el jersey y la mochila que están sobre la silla. Es hora de irse si no quiere llegar tarde al instituto. Se para un instante en la puerta y mira a Josh-. No tengo nada que decir.

Al menos eso es verdad.

_________ sabe que, para alguien que no sepa nada, ella parece una alumna ideal. Su mano recorre la hoja a toda velocidad cuando toma apuntes, palabra por palabra, de lo que dice la profesora. Ha perfeccionado tanto su técnica de fingir que hasta parece prestar atención cuando en realidad su mente está a miles de kilómetros de aquí. No es solo eso, sino que también sabe cuándo asentir para mostrar un sincero interés.

Pero el hecho es que no ha escuchado ni una palabra. Ni una en todo el día. Podría haber estado perfectamente en otro planeta.

A _______ no le pueden preocupar cosas como los verbos irregulares o la mitología griega. Su mente está en otra parte. Sigue debatiéndose entre el alivio de que Josh no haya encontrado sus cosas y el miedo a que Andy la delate.

No lo ha visto por ninguna parte. Bueno, eso tampoco tiene nada de especial teniendo en cuenta que no van a ninguna clase juntos, pero aun así... Necesita hablar con él.

Tiene que saber qué le depara el futuro. Todavía no ha acabado de digerir el hecho de que alguien más conozca su secreto.

Si tiene que elegir a alguien para que sepa su secreto, supone que Andy es mejor que, digamos, Samantha, con la que comparte clase de historia. Pero eso no quita que el estómago le dé un vuelco cada vez que piensa que él sabe lo suyo.

_________ levanta la mirada cuando el resto de sus compañeros se levanta y empieza a recoger sus libros. Debe de haber tocado el timbre.

¡Punto positivo! _______ no puede evitar sonreír. Imagina lo superaplicada que debe parecer en estos momentos, sentada en su silla, acabando de escribir...

Bueno, ya es suficiente. Cierra el cuaderno con contundencia y lo guarda en su mochila. Ha logrado sobrevivir un día más en el instituto sin ponerse en evidencia.

Vaya, al menos es algo.

La chica de la sonrisa rota. [Andy Biersack y Tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora