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-Solamente puedes sacarlo hasta mañana -dice ________ mientras comprueba el carnet de la chica para ver qué régimen de préstamo tiene.

-Es justo lo que necesito, porque el trabajo es para mañana -contesta la chica como si le faltara el aliento. Toma el libro con ambas manos-. Gracias.

-Buena suerte con el trabajo -dice ________ mientras la mira cómo sale disparada escalera abajo.

Vuelve a sentarse en el taburete, haciendo esfuerzos por no volver a mirar el reloj. Le queda más de una hora para que acabe su turno, pero está tan aburrida que no cree que sea capaz de aguantarlo.

-Bueno, ¿cómo ha ido? -Louis aparece por detrás.

-Mmm... Nada del otro mundo -dice ________ inocentemente- Un préstamo normal, no me ha pedido préstamo interbibliotecario ni nada de eso.

-Tonta -Louis le da un manotazo en el brazo-. Sabes exactamente de qué te estoy hablando. -Acerca la silla hacia ________ y se sienta-. Alégrame el día, nena. Vamos, cuéntame algo.

-¿No tienes a nadie más a quien puedas molestar? -dice ________.

-No.

-Bien -suspira-. Mmm... Ha estado bien. Tienen una tarta de fresa deliciosa en ese local que está unas calles más abajo.

-Si quiero una crítica gastronómica, me leo el periódico.

-¿Por qué te interesa tanto lo que ha pasado?

________ se vuelve para mirarlo.

-Porque nunca te había visto sonreír de ese modo. -Louis se apoya en el respaldo de la silla y la mira con solemnidad.

Oh.

-No importa. -Louis se ríe-. Es divertido tomarte el pelo. ¿Por qué no te vas ya?

-¡Pero si aún me queda una hora! -protesta ________.

-Ya te lo he dicho antes. Hoy este sitio está muerto. Sinceramente, me las puedo apañar solo -asegura Louis-. Además, trabajas demasiado.

-Uf, un montón. -A ________ le viene a la mente la «F» gigante sobre su examen, que está guardado entre el resto de deberes fuera de plazo que le esperan por hacer en la mochila-. Pero gracias, Louis. Eres muy amable. -Si él está dispuesto a dejar que se marche, no va a ser ella quien lo contradiga. ________ se baja del taburete y recoge sus cosas de debajo del mostrador.

-Tranquila, que esto ya me lo cobraré -dice Louis secamente-. Ya me cambiarás algún turno más adelante, a lo mejor la semana que viene.

-Por supuesto -le contesta ________, ya de espaldas, mientras baja la escalera de dos en dos. Debe ser la cafeína que acaba de tomar, no hay otra razón para sentirse tan optimista.

Difícilmente será por la emoción de salir cuarenta minutos antes. Y menos aún por las ciento cincuenta páginas del Bulfinch que tiene que leer para mañana, o por el trabajo que tiene que ponerse a escribir de una vez.

Y definitivamente, no es por el hecho de que tiene que encontrar la manera de falsificar la firma de Josh en el control.

________ disminuye la velocidad, su buen humor se va apagando al pensar en la tarea que le queda por delante. Calcar parece la mejor alternativa, aunque el papel sea grueso. Seguro que si busca por el escritorio de su hermano podrá encontrar algún cheque cancelado. Únicamente tiene que poner el papel en algún lugar al trasluz...

Odia en lo que se ha convertido su vida.

________ se para en seco. Un poco más adelante está Josh. Él también la ve y la saluda desde lejos mientras se le acerca. No es tan extraño encontrárselo en el campus.
Al fin y al cabo, Josh trabaja aquí.

En este momento, ________ recuerda un día a principios de marzo, poco antes del accidente. Había hecho un día frío y gris, llovía a cántaros, si no recuerda mal. Alice y ella estaban temblando de frío porque esperaban que hiciera más calor. ¿No se suponía que el verano estaba a la vuelta de la esquina? Josh se había enfadado mucho con Alice por no abrigarse más. En realidad, más que enfadarse, se había puesto en plan protector. Al fin y al cabo, Alice estaba embarazada de siete meses y medio y ya se le iba despertando ese instinto.

Habían salido todos juntos a cenar. ________ se había aburrido como una ostra oyéndolos discutir durante horas y horas para escoger el nombre del bebé.
Bueno, en realidad no se había aburrido tanto. La idea de ser tía era bastante emocionante. A los dieciséis años, ninguna de las amigas de ________ tenía sobrinos. Aun así, hacer como que se aburría y pedir que cambiaran de tema le debió parecer lo más adecuado en aquel momento.

Helen. Ese era el nombre por el que finalmente se habían decidido. Tampoco era una sorpresa, su hermano también era, desde siempre, fan incondicional de la Ilíada. Josh estaba seguro de que a sus padres les gustaría.

Seguramente les habría gustado el nombre. ________ no llegó a preguntárselo. Pero no vivieron para ver nacer a su primera nieta.

Nicole era el segundo nombre de su madre. Nació seis semanas antes de tiempo, nada preocupante en los tiempos que corren, pero que tampoco hubiera ocurrido si Alice no hubiera estado sometida a tanto estrés. ________ está convencida de ello.

A veces le sorprende que Alice pueda mirarle a la cara.

La chica de la sonrisa rota. [Andy Biersack y Tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora