-¿Qué tienes? dime -Dijo mi hermana.
-No, nada.
Como le podía explicar que casi todo el material estaban roto y no tenía ningún albañil o empleado, eso sin comentar el revoltijo que se hizo a noche.
-¿no me lo vas a decir?
Ya íbamos para allá en su auto, tarde o temprano ella lo sabría. Pero mejor tarde que pronto, decidí. Al llegar a escasos minutos del pueblo decidí hablar con ella para afrontar el problema, total ya eran las 12 de la mañana y no la veía de mal humor.
-manta!! -hablé.
Ella sabía que cuando me refería a ella con ese apodo era por que necesitaba algo o por que algo tonto había hecho.
-ya lo sabía, haber dime ¿qué pasó?
-pues puede que tenga un ligero problema con la construcción.
-ya llegamos -interrumpió.
Era de noche así que no veía bien donde dejaron todo el material roto, pero dejando de lado eso, sabía que tenía una oportunidad de explicarle esto a ella sin que se enojara. La tenía que ver directamente a los ojos sin desviar el tema y decir todas las cosas claras y serías.
-espera, hablemos. -Dije, sosteniendo su brazo antes de que ella abriera la puerta -la verdad es que ya no tengo los materiales ni los empleados para esta construcción, anoche pasó un incidente y digamos que más del 80% del material está destruido. Perdóname por traerte hasta aquí para nada.
Era extraño, ella no mostraba enojo sólo atención y reflexionaba acerca de lo que estaba explicando.
-entonces ¿estas enojada? -pregunté
-si -habló -ya estoy grande para tragarme tus bromas.
-¿bromas?
-si, bromas. Yo veo mucha gente y material ahí.
Cuando gire mi cabeza, vi a todo el pueblo nuevamente reunido afuera de mi casa y unos montones de materiales que a simple vista eran el doble de lo que había comprado.
-¿y ahora que? -pensé.
-ya deja de jugar y bajemos. -habló mi hermana.
-Hey, bienvenido vecino -habló un señor que parecía el anciano 2 acompañado de Consuelo y Lázaro. -espero tomes esto como un símbolo de perdón.
-pero es mucho ¿como lo hicieron? -pregunté
-pues todos nos sentimos mal con nuestros actos anoche y decidimos rebindicarnos con esto. -habló el anciano 2
-estas frente al nuevo presidente de comunidad, Mario. -habló sonriente Lázaro.
-por favor, sólo llámame Héctor.
-Héctor será -hablé.
Mi hermana intrigada por los susurros se acercó a ver qué estaba pasando, veía el material pero no veía quien le iba a ayudar.
-buenas tardes. -habló mi hermana.
-buenas tardes, señorita. Usted debe ser la arquitectura. -Dijo Héctor.
-señora, estoy cansada y así es soy la arquitecta de esta construcción, pero no veo a mis ayudantes -exclamó mirándome con enojo.
-que extraño por qué yo los estoy viendo en estos momentos -señaló Héctor a la población.
-¿en serio todos ellos me ayudarán?
-así es -confirmó Héctor.
Al final del día las cosas salieron como se planearon, mi Hermana tuvo su ayuda y yo tuve mi casa, la construcción parecía un capítulo de extreme make home con tanta gente y graciosamente acabamos en una semana una construcción que imaginé finalizar en diciembre y no quedó nada mal, para ser sincero contigo, quedó mejor de lo que planeaba e incluso agregó más detalles mi hermana para no desperdiciar el material. El resultado fue este
Después de ver el resultado pensé que vender mi auto e invertir en esta casa fue una gran idea, totalmente una gran idea. Ahora Helena tendría donde vivír y ya no sería tan difícil visitar a su madre pues de la casa a la punta del cerro era aproximadamente 10 o 15 minutos.
-¿Qué te parece? -preguntó mi Hermana.
-como que está chueca no. -respondí jugando.
-chueca tienes los ojos, es perfecta la hice yo.
-lo sé lo sé, gracias.
-no me des gracias a mi, dale las gracias a todos los pobladores que te ayudaron.
Mi Hermana tenía razón y de donde venía yo, era costumbre invitar un taco a las personas que ayudaron a la construcción, aún que no sabía muy bien como le haría para invitarle a toda esta gente un taco. Lo que era cierto es que debía de agradecerles, así que hablando con Héctor reunió a todos para que pudiera darle las gracias.
-Hola, bueno. Muchas gracias a todos por apoyarnos en la construcción, por parte de mi familia y yo les queremos agradecer el inmenso trabajo que cada uno hizo, la verdad nunca lo hubiera logrado en tan poco tiempo sin su ayuda y a pesar de que no tuvimos el mejor inicio espero que nos podamos conocer y convivir todos juntos, después de todo nos tendremos que ver la cara muy seguido. En resumen, gracias por abrirnos las puertas de su pueblo.
-Mario diles -susurró mi Hermana.
-oh por cierto, mañana organizaremos una comida para poder conocernos, están todos invitados y la haremos aquí mismo. Si alguien quiere acompañarnos está más que bien recibido.
La gente empezó a sonreír y aplaudir, ahora entiendo lo que sienten los políticos al dar su discurso y claro, espero que no sólo fuese por que prometí comida gratis.
-¿y ahora como le harás? -preguntó mi Hermana.
-hablare con mamá, a ver qué se nos ocurre.
Al día siguiente ya estábamos preparados todos con unas ollas de arroz enormes y otras de sopas para servirles algo más o menos. El dinero no fue mucho problema, lo que no pague de empleados pague de comida y mi hermana se negó rotundamente en cobrarme, resulta que ella nunca me había dado un regalo de bodas y que este era el regalo perfecto para mí y para Helena. Sorpresivamente así como fue llegando las personas, fue llegando la comida, a que me refiero, me refiero a que cada familia había traído algo para compartir, como en los festivales. Y es que una de sus tradiciones del pueblo era asistir a una fiesta siempre llevando algo para compartir, algo como el pan que das para las fiestas.