C 48 La casa de Helena

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-¿Qué tienes? dime -Dijo mi hermana.

-No, nada.

Como le podía explicar que casi todo el material estaban roto y no tenía ningún albañil o empleado, eso sin comentar el revoltijo que se hizo a noche.

-¿no me lo vas a decir?

Ya íbamos para allá en su auto, tarde o temprano ella lo sabría. Pero mejor tarde que pronto, decidí. Al llegar a escasos minutos del pueblo decidí hablar con ella para afrontar el problema, total ya eran las 12 de la mañana y no la veía de mal humor.

-manta!! -hablé.

Ella sabía que cuando me refería a ella con ese apodo era por que necesitaba algo o por que algo tonto había hecho.

-ya lo sabía, haber dime ¿qué pasó?

-pues puede que tenga un ligero problema con la construcción.

-ya llegamos -interrumpió.

Era de noche así que no veía bien donde dejaron todo el material roto, pero dejando de lado eso, sabía que tenía una oportunidad de explicarle esto a ella sin que se enojara. La tenía que ver directamente a los ojos sin desviar el tema y decir todas las cosas claras y serías.

-espera, hablemos. -Dije, sosteniendo su brazo antes de que ella abriera la puerta -la verdad es que ya no tengo los materiales ni los empleados para esta construcción, anoche pasó un incidente y digamos que más del 80% del material está destruido. Perdóname por traerte hasta aquí para nada.

Era extraño, ella no mostraba enojo sólo atención y reflexionaba acerca de lo que estaba explicando.

-entonces ¿estas enojada? -pregunté

-si -habló -ya estoy grande para tragarme tus bromas.

-¿bromas?

-si, bromas. Yo veo mucha gente y material ahí.

Cuando gire mi cabeza, vi a todo el pueblo nuevamente reunido afuera de mi casa y unos montones de materiales que a simple vista eran el doble de lo que había comprado.

-¿y ahora que? -pensé.

-ya deja de jugar y bajemos. -habló mi hermana.

-Hey, bienvenido vecino -habló un señor que parecía el anciano 2 acompañado de Consuelo y Lázaro. -espero tomes esto como un símbolo de perdón.

-pero es mucho ¿como lo hicieron? -pregunté

-pues todos nos sentimos mal con nuestros actos anoche y decidimos rebindicarnos con esto. -habló el anciano 2

-estas frente al nuevo presidente de comunidad, Mario. -habló sonriente Lázaro.

-por favor, sólo llámame Héctor.

-Héctor será -hablé.

Mi hermana intrigada por los susurros se acercó a ver qué estaba pasando, veía el material pero no veía quien le iba a ayudar.

-buenas tardes. -habló mi hermana.

-buenas tardes, señorita. Usted debe ser la arquitectura. -Dijo Héctor.

-señora, estoy cansada y así es soy la arquitecta de esta construcción, pero no veo a mis ayudantes -exclamó mirándome con enojo.

-que extraño por qué yo los estoy viendo en estos momentos -señaló Héctor a la población.

-¿en serio todos ellos me ayudarán?

-así es -confirmó Héctor.

Al final del día las cosas salieron como se planearon, mi Hermana tuvo su ayuda y yo tuve mi casa, la construcción parecía un capítulo de extreme make home con tanta gente y graciosamente acabamos en una semana una construcción que imaginé finalizar en diciembre y no quedó nada mal, para ser sincero contigo, quedó mejor de lo que planeaba e incluso agregó más detalles mi hermana para no desperdiciar el material. El resultado fue este

Después de ver el resultado pensé que vender mi auto e invertir en esta casa fue una gran idea, totalmente una gran idea

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Después de ver el resultado pensé que vender mi auto e invertir en esta casa fue una gran idea, totalmente una gran idea. Ahora Helena tendría donde vivír y ya no sería tan difícil visitar a su madre pues de la casa a la punta del cerro era aproximadamente 10 o 15 minutos.

-¿Qué te parece? -preguntó mi Hermana.

-como que está chueca no. -respondí jugando.

-chueca tienes los ojos, es perfecta la hice yo.

-lo sé lo sé, gracias.

-no me des gracias a mi, dale las gracias a todos los pobladores que te ayudaron.

Mi Hermana tenía razón y de donde venía yo, era costumbre invitar un taco a las personas que ayudaron a la construcción, aún que no sabía muy bien como le haría para invitarle a toda esta gente un taco. Lo que era cierto es que debía de agradecerles, así que hablando con Héctor reunió a todos para que pudiera darle las gracias.

-Hola, bueno. Muchas gracias a todos por apoyarnos en la construcción, por parte de mi familia y yo les queremos agradecer el inmenso trabajo que cada uno hizo, la verdad nunca lo hubiera logrado en tan poco tiempo sin su ayuda y a pesar de que no tuvimos el mejor inicio espero que nos podamos conocer y convivir todos juntos, después de todo nos tendremos que ver la cara muy seguido. En resumen, gracias por abrirnos las puertas de su pueblo.

-Mario diles -susurró mi Hermana.

-oh por cierto, mañana organizaremos una comida para poder conocernos, están todos invitados y la haremos aquí mismo. Si alguien quiere acompañarnos está más que bien recibido.

La gente empezó a sonreír y aplaudir, ahora entiendo lo que sienten los políticos al dar su discurso y claro, espero que no sólo fuese por que prometí comida gratis.

-¿y ahora como le harás? -preguntó mi Hermana.

-hablare con mamá, a ver qué se nos ocurre.

Al día siguiente ya estábamos preparados todos con unas ollas de arroz enormes y otras de sopas para servirles algo más o menos. El dinero no fue mucho problema, lo que no pague de empleados pague de comida y mi hermana se negó rotundamente en cobrarme, resulta que ella nunca me había dado un regalo de bodas y que este era el regalo perfecto para mí y para Helena. Sorpresivamente así como fue llegando las personas, fue llegando la comida, a que me refiero, me refiero a que cada familia había traído algo para compartir, como en los festivales. Y es que una de sus tradiciones del pueblo era asistir a una fiesta siempre llevando algo para compartir, algo como el pan que das para las fiestas.

HelenaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora