Fue el discurso más bello que escuche de una niña de primaria y no sólo lo digo por ser su padre, cuando finalizó las lágrimas en los ojos de los demás niños brotaron, cuando tomaron su título corrieron a los brazos de sus padres y soltaron en llanto, incluyendo a August.
-¿Cómo lo hice papá te gustó? -preguntó Helena.
-Estoy tan orgulloso de ti -le dije mientras la abrazaba.
Ahora ella y yo tendríamos una cita muy interesante para presumir y contar todo a su madre. Despedí a Rosa y dejamos a Leyla en su casa para después ir a ver a Ebelin llevando con nosotros Helado de Beso de Ángel, llevamos un litro aproximadamente y nos sentamos en el pasto a saborear de el. Helena le contó todo lo sucedido a su madre y puso un barquillo aún lado del tallo del árbol, según ella así al derretirse bajaría a sus raíces y probaría el helado, maravillosa jugada quiero decir ¿De qué más hablaron Helena y Ebelin? No lo sé, Helena me pidió que la dejará a solas un momento y cuando volví lágrimas en su rostro acompañadas de una gran sonrisa estaban impregnadas en el rostro de Helena. Se que fue de mala educación pero logré sólo escuchar un pequeño fragmento de lo que estaban hablando;
-si tan sólo estuvieras aquí te daría un abrazo, soy tu viva imagen según mi padre pero vaya que te extraño, hace unos meses acabe por 30jesima ocasión tu diario y sigo imaginando que hubiera sido de mi si seguías a nuestro lado, me duele mucho que mi cumpleaños sea la fecha de tu muerte mamá. Se que tu no te haz olvidado de mí por qué me haz dado señales de que sigues aquí junto a nosotros pero por favor sólo deja que te abrace una vez y te cuente por todo lo que hemos pasado, quiero que estés aquí mamá y saber si estás orgullosa de mi ¿estas orgullosa de mi? . . . Por favor respóndeme, sólo está ocasión, juro no contarle a nadie pero necesito escucharlo, por favor madre dime si me amas o todo está en mi cabeza -Helena se limpió lo ojos y dibujo una sonrisa en su rostro -juro que te sentirás orgullosa de mi mamá.
Después de unos minutos de silencio me acerqué, una brisa hizo caer algunas hojas del árbol, color rosa por cierto.
-¿todo bien mi amor?
Para ser sincero creí que se guardaría los argumentos o crearía una mentira para evadir la pregunta, pero fue directa conmigo.
-papá ¿mi mamá me amó? O fui yo quien le arrebató la vida.
Maldita etapa en la que nos cuestionamos todo, y es muy válida sus preguntas a pesar que me impacten con tal brutalidad.
-ya estas en edad de saber lo que realmente pasó el día en que naciste -respondí -por favor siéntate.
Helena se notaba algo curiosa por la forma tan seria en que le hablé.
-Verás cuando tú mamá estaba embarazada de ti fue la mujer más feliz del mundo, tu lo debes de saber leíste su diario. Pensamos en tu nombre por meses e incluso tu mami empezó decorar la habitación del viejo departamento para ti, y cada vez que su vientre crecía se tomaba una foto, ella jugaba contigo aún sin que tu nacieras, te hacía cosquillitas y te cantaba canciones, a veces tomaba unos audífonos y los pegaba a su vientre para compartirte de su música, estábamos tan felices con el embarazo, un día tu mamá le faltó el oxígeno, le dolió el vientre y hubo un poco de desangrado. El doctor nos dió la notícia de que tu nacimiento no podía completarse, al oír esto tu mamá se puso muy triste, tanto que entró en un pequeño lapso de depresión, no quería perderla, necesitábamos de un milagro, milagro que tu madre logró, miles le sugirieron que abortará pero ella no escuchó a ninguno de ellos, sólo le importaba tu vida.
Helena mostró ojos llorosos, sin duda se culpaba por la muerte de su madre.
-No hay mayor testimonio de amor que entregar la vida por quien amas, no importan las locuras, no importa las torpezas e incluso el mundo. Ella dió su vida para que tu nacieras, nadie la obligó, ella lo hizo por que te ama y dudar del amor después de que alguien te ha dado esa prueba es muy cruel ¿no crees? -le pregunté a Helena.
-¿ella decidió encima de todos que yo naciera?
-así es.
-¿por qué sacrificarse por alguien quien no conoció?
-por que de eso se trata el amor, das sin esperar algo a cambio. No por que te diga alguien "te amo" tienes que responder con otro "te amo" si haces las cosas es por que te nacen y no por obligación, eso es amor. Además te equivocas, ella te tuvo entre sus brazos cuando naciste y fue ella quien te bautizo con tu nombre.
-pero tu me habías contado que a ti te gustaba el nombre Helena para mi.
-si, pero fue ella quien susurró tu nombre con el último aliento de su alma.
Helena logró entender con mayor facilidad a su mamá y me atrevo a decir que respondí una que otra pregunta.
-aun eres muy joven mi vida, te falta mucho por descubrir de tu mamá. -busque en bolsa y saqué ligeramente un sobre. -pero para todo hay su tiempo.
-¿Y esto? -preguntó Helena.
-es mi regalo, ábrelo.
Eran unos boletos de avión a Hawai a uno de los puertos que visité con Ebelin.
-¿Vamos a ir a Hawai?
-si, mi amor. Por ahí pasamos tu mamá y yo en nuestra luna de miel.
-¿Pero el viaje es para unas horas?
-pues será mejor que nos demos prisa o nos dejará el avión ¿no crees?
-Gracias papá -dijo Helena abrazándome.
-solo son boletos, no hay de que.
-no lo digo por el viaje, lo digo por mamá.
De tal madre tal hija, ambas me dejaban sin palabras y eso no era muy común en mí.