20 de agosto
Era muy pronto aún para ir por Helena, eran las 11:30 y yo estaba cortando algunos vegetales para preparar una sopa, tenía todo medido para que no se me hiciera tarde y cuando regresará con ella ya estaría la sopa y yo podría apurarme al resto de cosas que tenía que hacer.
De repente alguien tocó la puerta con desesperación, yo tarde un poco en abrir pues pensé que otra vez se trataba de un vecino que siempre por las mañanas venía a pedir un poco de azúcar, nosotros no tomábamos mucha azúcar, yo no dejaba a Helena por las caries y por la energía que le daba y yo no la consumía por que Helena creía que eso sería injusto y era cierto.
Abrí la puerta con suavidad y lo primero que vi fue a Helena sosteniendo mi pierna mientras que lloraba.
-¿Hey tu que haces aquí? ¿por qué estás llorando? hey dime algo, Helena. -pero ella no dejaba de llorar y sujetar mi pierna.
Procedí a cargarla y cerrar la puerta, su llanto era más fuerte e intenté calmarla, no sabía que tenía y esto era sorpresivo, busqué algún raspón o un moretón, algo que me mostrara que le pasaba, ella seguía sin hablar y entre más lloraba más me preocupaba.
-Mi amor, ya. -hablé.
Ella siguió llorando y no se despegaba de mi, las cosas ya me preocupaban, estaba apunto de llevarla a un doctor cuando me marcaron por teléfono. Era la maestra de Helena la cual me explicó lo que había ocurrido.
-así que fue eso -hablé por el celular.
-En serio lo siento -habló Rosa.
-tengo que colgar, gracias.
La noticia no causó asombro en mi y mucho menos rabia, ya sabía que esto iba a pasar tarde o temprano, sólo era cuestión de tiempo.
-corazón, yo se que estas molesta.
-me mentiste -gritó Helena -eres malo
-No te mentí
-todos dicen que no puede ser posible que un árbol sea mi mamá.
-pero lo es.
-no, no es cierto.
-ven, acompáñame.
Juntos, Helena y yo subimos al ático donde se encontraban todas las cosas de su madre, ya era hora de explicarle quien fue su madre.
Al subir al ático, lo primero que busque fue un foco, recuerdo que mi hermana me dijo que había remodelando esta parte también, pero yo ya no quise subir después de todo los activos era para guardar objetos y recuerdos. Encontré el apagador y encendí la luz, claro que había muchas cosas a montonadas y una venta por la cual debería de pasar la luz pero mi hermana le había colocado una trapo para cubrir la vista.
-ven aquí Helena.
Destapé una caja y empecé a hurgar entre las cosas.
-aqui, no está. -susurré.
-¿Qué buscás? -preguntó Helena.
-busco un libro ya un poco viejito con la tapa color café ¿quieres ayudarme?
-si.
