C 79 Quince años

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¿Qué puedo decir? Ahora no podía fallarle mi hija, no después de todas las molestias que se tomó su madre. Aquella noche no pude dormir nada, por que seguía descifrando el mensaje, "encuéntra me de nuevo" siempre la encuentro en su tumba y no, no voy a desenterrar nada por que yo estuve presenté el día del acto y no había nada de eso. Pero entonces, ¿A qué se refería?

6:10 AM

Bajé muy temprano para buscar algo que tomar, un buen café me haría despertar. Tuve una gran sorpresa cuando ví a Helena ya de pie preparando café.

-¿todo en orden corazón? -pregunté

-si, solo tuve una pesadilla. Me equivocaba y todos se reían.

-nada de eso pasará sí papá está cerca, posiblemente haga una tontería para distraer a las personas pero creo que me limitaré a bajar las luces solamente.

Helena se mostraba inmune a mis comentarios.

-¿Te gustaría ir a la azotea? Ya casi es hora -dije.

-¿Hora para qué?

-tu solo sígueme.

La alcoba era muy grande, era el lugar favorito de Helena, pero desde que empezó la aventura de sus quince años, no ha subido ahí.

-mira eso -señalé al cielo.

-¿Qué?

-ya casi. . . Listo.

Los rayos de luz empezaron a salir de las montañas y alumbraba los pedazos oscuros de San esperanza. Helena mostró admiración y sonrió de entusiasmo.

-habia olvidado lo que es ver esto.

-si, es hermoso -hablé -sabes, a tu mamá siempre le gustaron los amaneceres.

-¿te gustaban verlos también? -preguntó Helena

-si, nos la pasabamos horas esperando solo este pequeño momento, en donde los rayos de luz nacen.

-¿Horas por un simple momento? -preguntó Helena.

-si, a veces unos momentos le dan sentido a toda una vida. ¿Te parece si bajamos a tomar una taza de café en la sala y ponemos un poco de música?
- pregunté.

-estaba pensando lo mismo papá.

Bajamos y Helena preparó café de Veracruz, mi mamá había traído un poco de sus viajes y junto al ritmo de Alton Ellis, específicamente "You've Made me so very" madrugamos.

-¿no crees que es un poco pronto para reggue? -dijo Helena.

-nunca es pronto para alegrar el día corazón.

-hace tiempo que no hacíamos esto.

-desde pequeña hacíamos esto ¿recuerdas? Sentarnos a tomar una taza de café mientras tú tomabás leche con unas piscas de café.

-¿por qué dejamos de hacerlo?

- creciste y entre más obligaciones, menos tiempo. A veces era cada día otras 2 veces a la semana y ahora, hace falta no tener sueño para poder platicar con una taza de café.

-perdon

-no no no, no tienes de que pedir perdón, es un placer verte crecer cada día y que siempre busques la manera de sorprenderme, a veces digo "es su límite ayudala" pero me enseñas que no es así, no sé de dónde sacas tanta motivación pero al menos compartes mi terquedad y yo estoy, estuve y estaré siempre orgulloso de ti.

HelenaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora