He pasado 3 semanas buscando en todas partes, entre parábolas y versículos trato de encontrar una clave pero qué puedo sacar de 3 palabras.
"Encuéntra me de nuevo"
Hay una probabilidad de que sea solo una frase, pero entonces ¿qué explica la llave? Además de que Ebelin nunca fue así ella era más directa cuando se trataba de nosotros, pero los últimos meses actuaba muy raro. Y ni siquiera puedo pedirle ayuda a Helena por que no creo que solo fuese gusto que pidiera exactamente qué se le entregará 15 años después de su muerte.
Incluso tomé prestado por unos momentos el diario de Ebelin para checar la caligrafía y si coincide, no creo que sea una broma y si fuese así, pues que bien elaborada está.
En fin que busque por todas partes, desde el departamento en el que vivíamos, hasta su lugar favorito para desayunar y nada, absolutamente nada y mañana era 21 de septiembre. Quizá no fui lo suficientemente capaz para poder decifrar el acertijo.
10:40pm
Helena seguía ensayando hasta tarde su vals, mi tía Mireya junto con Layla estaban con los muchachos, era el último ensayo antes del gran día.
-Mario ¿todo está listo cierto? -preguntó Leyla
-si -respondí
-¿la misa?
-a las 3 en la catedral.
-¿Tú smockin?
-limpio y planchado
-¿el banquete?
-llegarán a las 3 aquí para acomodar todo antes de que lleguen los invitados y mi primo lo supervisará.
-¿la música?
-mis suegros insistieron en traer ellos la música
-¿el pastel?
-sus tíos Chucho y Chema
-¿Los recuerdos?
-mi hermana
-¿el brindis?
-mi hermano
-entonces, ¿Por qué estás preocupado?
-no, por nada. Y lo que me pase al menos hoy y mañana no debe de importar. Mañana será el gran día de mi hija y quiero que sea perfecto para ella. No todos los días cumples quince.
Tras 3 horas de ver el vals y las dificultades que tuvieron sus tías por ponerse de acuerdo en cómo poner corona y zapatillas, los padrinos de último juguete y el orden en que pasarían con los chambelanes, todos quedamos cansados, así que lo menos que podía hacer era levantar el ánimo de la única forma que se hacerlo.
-¿Quieren unos taquitos? -pregunté
Lamentablemente sólo mi tia, Leyla, Helena y los chambelanes quisieron ir. Se excusaron diciendo que ya era muy noche o que no podían por que querían entrar en el vestido. En fin que ver a mi hija totalmente feliz sonriendo y bromeando con sus amigos hizo que valiera la pena cada esfuerzo por este momento.
-¿cómo es posible qué puedas comer sin que se salga el relleno del taco? -preguntó Leyla a Helena.
-eso es fácil, tengo práctica desde pequeña. Todo comenzó cuando de niña me raspé la rodilla, estábamos jugando fútbol mi papá y yo en el parque y a mí me empezó a doler mucho, entonces para que no llorará tanto me invitó un taco. -respondió Helena.
-eso es . . . Muy original - Leyla giró su cabeza hacia mí -¿no era más nutritivo y saludable un helado del parque?
-¿ha jugado alguna vez fútbol? -preguntó Helena a Leyla
-no
-entonces sabrá que una vez que termina alguien de jugar mucho tiempo fútbol, no se le antoja un helado si no comer. Espera ¿qué? ¿Nunca antes habías jugado fútbol hasta el cansancio?
-no, cuando era niña me inculcaron a ser una pequeña dama, no pararme encorvada, comer con manteles y cuidar mis comportamiento -dijo Leyla.
-eso es. . . Tan triste -dijo mi tía Mireya -el propósito de la infancia es ser felices y el problema que muchos hacemos es inculcar al niño miedo para que sea sumiso ante nuestras órdenes, pero ante la sumisión no hay evolución. La duda es algo necesario para crear explicaciones y no pasará nada malo con su crecimiento, sólo mira a Helena.
-¿Helena era así? -preguntó uno de sus chambelanes.
-vaya que si no, desde pequeña era muy tentona, tocaba todo y lo tiraba al suelo, algunas cosas se rompieron dentro del procedimiento y más de uno le decía a Mario. "Tu hijita es muy tentona" a lo cual Mario siempre respondía con un "si, y estoy muy orgulloso de ello" él sabe que los niños no son un objeto con instrucciones a seguir, a Helena nunca le dijo que hacer con su vida en decisiones concientes, siempre le decía "¿es lo que quieres?" O "quizá también" siempre le dió opciones y le dejaba en claro que cada acción que tuviera, tendría una reacción. Tan solo de recordar aquella ocasión ¿te acuerdas Helena? Cuando rompiste tu cochinito.
-si, rompí la ventana de la señora Tere, amarre una pelota de beisbol a un cohete pequeño, mi papá dijo que si estaba segura de querer hacerlo.
-yo no se quemó, eso pudo ser peligroso -interrumpió Leyla.
-tranquila, tenía el extintor a lado de mi, sobre todo soy su padre, tengo que protegerla. -mencioné. -prosigue corazón
-pues mi papá me dijo que si estaba segura y que si tenía suficiente tiempo antes de que tronara el cohete y me salten chispas y yo creí que si.
-¿y qué pasó? -dijo uno de sus chambelanes.
-era muy chica y a la hora de encender el cohete salió disparado y atravesó la ventana de la vecina, por suerte cayó en su pecera si no, creo que no me hubiera alcanzado con lo de mi cochinito.
Tras esas risas y charla se nos fueron algunas horas, esa noche no sólo se relajó Helena si no todos, e incluso le enseñaron a Leyla a comer con las manos, en fin que a cada uno de sus chambelanes se le fue a dejar a su casa y se quedó a qué hora se reunirán mañana.
-papá ¿tú crees que pueda hacerlo bien? -me preguntó Helena.
-obviamente que si, eres mi hija pero sobre todas las cosas eres Helena y eso basta y sobra.
-¿Tú crees que mamá hubiese estado orgullosa de mi?
-siii. . . Como nunca otra persona lo ha hecho, así que hazme un favor. Deja a todos con la boca abierta mañana.