C 77 una mañana

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28 de junio

Sala de estar.

Una mañana soleada y tranquila, hablé con Ximena y aceptó ayudarme a curar el búho, no era veterinaria pero si conocía acerca de aves, era tan despistado que jamás me di cuenta que era una documentalista y por eso conocía acerca de un sin fin de cosas, era como un libro andante.

-creí que eras escritora.

-para ser escritora se tiene que vivir una gran aventura para contarla.

-entonces tus libros son experiencias tuyas.

-no, bueno algunas. A veces fantasía, a veces testimonios. Bueno ya está. -dijo Ximena.

Le habíamos colocado un torniquete en la ala más herida y un poco de crema para arreglar las heridas.

-se ve muy tierno -dijo Ximena.

-entonces creo que se quedará un tiempo conmigo, no puedo mandarlo así afuera, se burlaran de el.

-Eres un tonto.

Helena aún no despertaba. Fines de semana se la pasaba ensayando con Layla y sus chambelanes, se despertaba al rededor de las 10 y prácticamente era un zombie hasta que desayunaba.

-avisame si mejora, ok -dijo Ximena tomando su bolsa.

-si

-por cierto alimentalo se nota un poco desnutrido.

-y ¿qué podría darle? -pensé.

Mientras despertaba Helena me puse a cocinar y como no tenía dónde dejar al ave, me la llevé a la cocina. Así mataba dos pájaros de un tiró, es broma.

Hasta donde yo entendía, los búhos comían ratones, insectos y algunos animales del campo así que saqué que lo más parecido que tenía en el refrigerador.

-tienes suerte, haré brochetas -hablé

Saqué fruta, verdura y un poco de tocino.

-se supone que el tocino viene del puerco y el puerco es de campo así que estoy cumpliendo todos los requisitos.

Tomé un pedazo de tocino crudo y lo dejé aún lado de el. Pero no lo quiso comer.

-¿No te gustó?

Llamé a Ximena que fue gracioso pues no tenía ni 10 minutos de haberse ido.

-tranquilo, los búhos son aves de rapiña o sea que les gusta cazar a sus presas. -dijo Ximena.

-Y qué hago, no puedo sacarlo en estas condiciones y no tengo nada que se mueva.

-mira, manténlo así. Tengo una junta con mi jefe pero cuando salga los iré a ver.

Así colgué y guarde mi teléfono, no tardó mucho de tal acto y escuché que alguien bajaba las escaleras.

Helena se había levantado y tenía todo el cabello enredado, venía bajando las escaleras mientras se sobaba sus ojitos.

-hola Papi -dijo Helena aún sobando sus ojos.

-hola mi amor, siéntate en unos minutos ya te sirvo de desayunar.

-uuuuuh -exclamó el ave.

Helena dejó de sobarse los ojos y miró al ave postrada en la mesa.

-¡un bubo bubo! -exclamó Helena

-amor, no hables de esa manera.

-no papá, un bubo bubo. Es el nombre científico del ave que está a tu lado, tambien es conocida como búho real.

HelenaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora