C 49 un cambio evolutivo

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Es duro decir adiós a un lugar que te trajo tantos recuerdos y sentimientos, la verdad que el departamento me ayudó mucho y vio la etapa de bebé de Helena. No era tan fuerte para sacar todas las cosas del departamento, mi hermana me ayudó al igual que mi hermano. Sólo les pedí que por favor metieran todo en las cajas y nos lo lleváramos a la otra casa, realmente no quería ponerme melancólico, mi bebé me estaba viendo y que pensaría de su padre, quería que aprendiera a que los cambios no son tristes son evolutivos. Sólo mis hermanos se encargaron de mi cuarto y yo subí todo lo demás, a decir verdad ya nos hacía falta más espacio, después de todos los recuerdos que tenía amontonados del mundo, ya no parecía casa si no cochera ¿te imaginas un desastre así? No, claro que no era parecido al de tu cuarto, en este todo estaba mezclado.

-terminaste de empacar mi amor -le comenté a Helena.

Una vez cargado todo, nos dirigimos a la nueva casa, Héctor ya empezaba a hacer cambios drásticos o mejor dicho extremos. Ahora el pueblo había vuelto a su nombre original y no el nombre que el consejo de ancianos le había puesto, debo de decir que el nombre me fascinó pues ahora se llamaba el pueblo "esperanza" al inicio me sonaba muy árido, como si fuera del viejo oeste pero después del monólogo que dijo Héctor de que el pueblo se llamaba así por que fue hecho por indocumentados y foráneos que buscaban una oportunidad de vivir mejor, bueno para mí sonaba bien.

Al igual como sacamos las cosas las metimos, mis hermanos lo de mi cuarto y yo el resto, Ah y Helena su pelotita y un oso de peluche, ese oso también tiene toda su historia, pero es historia para más adelante. A veces era cansado pues los "recuerdos" variaban de peso y de tamaño, lo cual era bueno pues  le daban un toque todo alocado a la casa.

Una vez desempacado todo mi hermana dijo que guardo las cosas de mi esposa en el ático, así no me dañaría al verlas a cada momento. En parte estaba bien y en otra no, la verdad era recordar y vivir pero ahora era mejor guardar los recuerdos con llave, ya mañana será otro día.

[Helena 3 años]

Mi bebé ya tenía 3 años, había pasado ya 1 año aproximadamente desde que nos pasamos a vivir aquí y a lo largo del camino hubo altas y bajas como en cada historia, algo positivo del tiempo era que ya Helena sabía hablar y como me pasó a mi de pequeño según mis abuelos:

"Trabajo empiezan a hablar y ya no los puedes callar"

Junto a ella e pasado muchas cosas difíciles como el trabajo ya que al ser un pueblo pequeño no abundaba tanto el trabajo, aún que Héctor hacia lo que podía implementando pequeños servicios necesarios  y que no destruyeran la ciudad. Pero nada de lo vivido era comparado con lo que se avecinaba.

-Helena ya tiene que ir al kínder -dijo mi madre

-Es muy pequeña para eso. -respondí

-esa es la idea, es kinder no universidad.

Lo admito soy un padre controlador o más bien inseguro, tener a mi compañera de vida lejos tanto tiempo de mi era algo preocupante pero mi madre tenía razón, Helena ya tenía que ir a clases.

-tu que piensas corazón ¿quieres ya ir al kínder?

-¿qué es un kindel? -preguntó Helena

Aún tenía problemas con la "r" así que decía kindel, pello, malio, etc.

-es un lugar donde te enseñan cosas y aprendes curiosidades sobre todo el mundo -respondió mi madre.

-¿como cuando me lee mi papá? -preguntó Helena.

-mejor, ahí harás amistades y podrás jugar, conocerás a otras personas y saltarás de aquí a allá.

Helena puso su dedo en su boca, haciendo postura de análisis se puso a pensar, claramente esto sería nuevo para ella y buscaba que Helena decidiera sus actos sin la necesidad de meterme.

-y bien ¿qué has decidido? -preguntó mi madre.

-¡¡ya se!! -respondió Helena

-¿y? -volvió a preguntar mamá.

-no se -respondió nuevamente Helena. -bueno si, pelo papá ilá conmigo.

-mi amor, yo ya no puedo ir al kínder, ya estoy muy grande para eso.

-¿pol qué? -preguntó Helena.

-por que sólo pueden ir niños pequeños al kínder.

-¿pol qué? -preguntó de nuevo Helena.

-por que las maestras sólo puede enseñarle a los pequeños.

-¿pol qué?

-por que yo ya se lo que enseñan ahí.

-y si ya sabes ¿pol qué no me lo enseñas tu? -preguntó Helena.

-¿qué te parece una mejor pregunta? ¿tienes miedo? -cuestioné a mi hija.

-mmm. . .

-mmm no es una respuesta mi amor, ¿te acuerdas que hablamos de esto?.

-si, dijiste que cuando fuela más glande Ilia a la escuela.

-pues ese momento llegó mi amor, así que tú puedes decidir si quieres hacerlo ahora o después, pero es una decisión que te llevará a un gran cambio.

-pelo tu no vas a estal - respondió Helena.

-¿no? Claro que si, sabes donde encontrarme cuando me necesites mi vida, aquí -señale su corazón - aún ladito de mami.

-¿tu queles que vaya? -me preguntó Helena.

-yo quiero que seas feliz -respondí

Supongo que entre más hablaba con ella, más la confundía. Notaba que se mostraba pensativa y por mucho que quisiera que no creciera había cosas que tenía que hacer ella sola.

-sabes, Vaiolett también entrará este año al kínder entonces ustedes dos podrían . . .

-si si si -interrumpió Helena drásticamente -entonces si voy.

Vaiolett es la hija de August y Corrina, ella tiene más o menos la misma edad que Helena, aún que mi niña le gana por unos meses. August había traído a su familia unos meses después de contarle lo tranquilo y pacífico que era, claro que Corrina sólo venía por temporadas ya que ella trabajaba en la capital y dejaba a August y Vaiolett solos  durante la semana y ella volvía finés de semana, cómo Vaiolett y Helena eran casi de la misma edad nos pareció una gran idea ponerlas a jugar juntas y vaya que fue una buena idea.

Poco faltaba para las inscripciones, si mal no recuerdo eran en julio para empezar en agosto, realmente no recuerdo muy bien las fechas de aquel entonces, lo que si recuerdo fue ver a Helena tan emocionada con este nuevo cambio, incluso mi madre estaba feliz y vaya que para tomar un tren de 3 horas para llegar aquí es muy cansado, incluso yo lo estaría.

Gracias a las nuevas ideas que se dió durante el nuevo gobierno regresaron los trenes a México, ya que eran rápidos y baratos. Algunas veces lo tomábamos Helena y yo para viajar a la capital pero no muy seguido ya que a Helena no le gustaba ir a la capital, se sofoca con tanta gente.

HelenaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora