[Fragmento recopilado de las memorias de Helena]
Aquella tarde huí de mi padre no tuve fuerzas para mirar atrás, escuche un grito y al poco momento un tropiezo. No se que pasaba conmigo, simplemente no quería estar con papá, pero tampoco quiero estar sola, a veces no entiendo la forma en la que pienso tengo todo pero siento que no tengo nada, quiero expresar lo que siento pero entonces . . . ¿por qué me quedo callada?
Si tan solo le hubiera explicado a mi padre que no copie, que tuve que mentir para aparentar que soy otra persona para agradar a mis amigos, por que seamos sinceros ¿Quien querría a una cerebrito en una fiesta?
Es tan absurdo por que lo hice, tal vez deba de regresar, papá debe de estar preocupado, yo debería de estar en casa.Noté mis manos y estaban todas temblorosas, eran principios de lluvias y por las calles todavía se notaban algunos charcos. Camino sobre la misma calle que solía tomar para ir con Madame Leyla, lamentablemente ella tuvo que volver a París para arreglar las cosas con su familia. Quisiera que ahora estuviese abierto su escuela, aún recuerdo la primera vez que mi papá me trajo a mi primer día de clases, durante todo el camino jugamos a no pisar la raya y cuando veíamos un charco brincabamos sobre el, llegábamos todos empapados pero no nos importaba, también recuerdo que por ello me enfermé y a los tres días tuve una fiebre muy fuerte, yo no podía aguantar mi cabeza, mi papá se mostró muy preocupado y tuvo que llevarme al hospital pero para su mala suerte la camioneta se descompuso a medio camino, estaba lloviendo muy fuerte y la camioneta no encendia, ningún auto estaba pasando y mi papá estaba muy preocupado por mi, no traíamos ningún paraguas y la señal de su teléfono no funcionaba, entonces hizo algo que jamás se me hubiera ocurrido a mí, se quitó su chaqueta y me enredó con ella, luego me cargo y corrió al hospital. Unos doctores me cargaron y me llevaron rápido con el doctor mientras veía a mi papá todo mojado. ¿por qué recordé eso? ¿por qué estoy llorando ahora?
El reflejo de los cristales donde solía estar la institución de Madame Leyla reflejaban mi imagen, pero la que estaba reflejada en el espejo no era yo.
-cometí un gran error tengo que regresar -hablé sóla.
Yo no era esto, no quise dejar a papá y menos guardarle secretos, pero ahora no se si me perdone, yo no lo haría si fuera el pero . . . Ahora que hago.
-¿Qué haces aquí? -me preguntaron.
Voltee la mirada y era papá mayo, mi abuelito.
-¿tu papá sabe que estás aquí? -dijo papá mayo.
El se encontraba sentado en una banca del parque, alimentando a las palomas.
-. . . -no quería decirle que discutí con papá.
-ya veo, siéntate. Acompaña a este viejo anciano. -dijo papá mayo.
-papá mayo, tu no estas viejo.
-lo sé, sigo siendo un chavo de onda. -sonrió papá mayo -toma un pedazo de pan, no es para ti, es para las palomas, quiebraló un poco y lanzalo.
Papá mayo hablaba mucho, pero esa tarde nublada estaba tan callado como ninguna otra ocasión.
-discutí con papá. -mencioné.
Papá mayo sonrió y me miro un poco.
-¿por eso lloraste?
-¿como lo supiste?
-por tus ojos, cuando tú papá era pequeño y lloraba se inflamaban sus ojos.
Trate de limpiar mis ojos. Papá mayo me dió un pañuelo y dijo;
-limpiate tu moquito cariño.
Le hice caso y me limpie la nariz con el.
-todos hacemos esto -dijo papá mayo -tu papá estuvo en tus mismos zapatos, el también quiso huir y tomar un camino que no le correspondía.
-pero yo lo dejé ahí sólo, no se si me perdone.
-lo hará, siempre lo hacemos. No importa lo difícil que sea, nosotros siempre amaremos a nuestros hijos.
-si pero si así lo fuera, aún no se que pasa conmigo. No quiero ser siempre considerada como la niña pequeña de papá.
-¿Qué hay de malo con eso?
-que mis amigos no ven eso como algo bueno.
-entonces no son tus amigos.
-¿Qué?
-quiere a los que te quieren, no a los que quisieras que te quisieran. Tus verdaderos amigos te querrán tal y como eres y no tratarán de cambiarte, no tienes que ser como los demás, tus papás han luchado mucho para volverte especial, no te trates como el resto.
Papá mayo y yo le dimos de comer un poco más a las palomas, las migajas caían y las palomas comían y cuando se llenaban se iban.
-¿vez esas palomas? -dijo papá mayo.
-si.
-hay algo que ellas nos enseñan, cuando una paloma come migajas no le preocupa si se acabarán o si tendrá hambre mañana, ellos seguirán comiéndo. ¿qué más podrían hacer? Si te va bien disfruta, si te va mal disfruta, pues una vida plena significa vivir cada experiencia y reconocer que es importante cuando se presenta.
Fueron los momentos más tranquilos los que viví con papá mayo en meses, esto era lo que necesitaba, el pan se había acabado y ya estaba lista para volver.
-creo que regresaré con papá ¿Quieres venir conmigo papá mayo?
Mi abuelito sonrió y guardó la bolsa de las migajas en su bolsa izquierda.
-No mi amor, yo ya me tengo que ir pero por favor cuida a tu papá, ten mucha paciencia después de todo aún está aprendiendo a ser papá.
Sentí un gran alivio hablar con mi abuelito, es extraño que me lo hubiera encontrado en el parque, el vive muy lejos de aquí o al menos a 40 minutos junto con mamá Chío.