Incertidumbres

12 1 0
                                    

Es en la ausencia de lo hermoso de la vida, es cuando realmente apreciamos lo que hemos perdido. Es una lástima valorar lo que realmente merece la pena, cuando ya no se tiene. Así somos. Cuanto más poseemos más queremos. No hay límite. Nunca es suficiente. No nos detenemos a entender que lo que nos enriquece no son las cosas, sino las experiencias que vivimos. El amor que hemos dado. Lo que hemos sido capaces de comprender. Construyendo futuros que a la hora de la verdad son impredecibles. Expectativas de sueños incumplidos que no se cumplen y se desvanecen en los corazones. Siempre proyectándose a que pasará mañana. Las estrellas y la luna pasan desapercibidas. Perdemos la capacidad de asombrarnos. La caricia de la brisa en la mejilla. El despertarse cada mañana, se convierte en losa en vez de una ilusión. La oportunidad de cada día por comprender mejor que nos quiere decir la vida. La humildad que secuestra la soberbia, la inocencia perdida. Todo deja de tener encanto. Nada nos sorprende. Todo lo sabemos. Siempre esperando sin esperanza. Todo es predeciblemente impredecible. Perdiendo el tiempo, sin disponer nunca de tiempo. Desangelados. Descafeinados. Descreídos. Desesperados. Desgraciados. Desaparecidos. Dando por perdido el encuentro consigo mismo. A veces las crisis anuncian cambios. A veces cuando parece que nos falta aquello de lo que pensamos que carecemos, nos sobran razones para descubrirnos si desaprendemos. Si diéramos más importancia a este momento...lo olvidaríamos todo para recordar lo esencial...si por un instante escapáramos de la cárcel de la que dependemos...gritando libertad agarrado a los barrotes de una puerta abierta... más allá de las ideas... de las certezas...de la incertidumbre...la paz interior como única bandera y un amor sin condiciones como la patria de todos. Despertar la única meta.


Alberto Real Borrueco

El desván del gato verdeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora