El desván del gato verde

Si mudaran las almas...

Si las alma mudaran de repente a otros cuerpos...
Por ejemplo el político que defiende una postura bélica se intercambiara al niño que sufre el terror de una guerra injusta y ese niño pasará a poseer el poder de establecer la paz en el cuerpo del que se encuentra lejos del conflicto.
Si el intolerante viviera la angustia de ver la amenaza de perecer ahogado en el mar y el emigrante que busca una oportunidad tuviera la ocasión de abrir puertas y servir de socorro.
Si aquellos que desprecian a los olvidados con la indiferencia que mata, pasarán por un momento por la soledad del viejo o la desesperanza del enfermo.
Si el consumista que termina tirando todo lo que le sobra, por un instante la faltara todo lo que el vagabundo le parece imprescindible.
Si de verdad empatizáramos más allá de las buenas palabras y la falsa moral.
Si nos pusiéramos de corazón en el lugar del otro dejando aparcado a un lado el ego y la razón.
Si fuéramos conscientes del dolor del mundo para podernos comprender mejor.
Si fuéramos una sola Alma...las diferencias no existirían, nos harían ver lo semejante que somos unos de otros.
El mismo dolor, la misma alegría, los mismos sueños, la misma búsqueda de la belleza que irradia del alma que se ama así misma como a las demás.
Como la bandada de pájaros que vuelan al unísono en la más perfecta sincronía.
Como un solo organismo en la mas bella armonía, con la que se expande el universo, así se expandirán nuestras conciencias.

Alberto Real Borrueco