Se sobre valora la imagen en los tiempos que corren. Demasiada gente que se esfuerza en agradar y gustar. Es como si tuviéramos la obligación de estar siempre estupendos para que nos miren tras el escaparate. Demasiado postureo. Demasiados espejos como ídolos. Demasiado bombardeo de imágenes en nuestras mentes saturadas de lo mismo. Un mundo que quiere aparentar. Un culto al cuerpo y la supuesta buena imagen. Adorando y adornando. Es lo imperfecto lo que más amor necesita sin embargo. El viejo que en el surco de sus arrugas lleva escrito una vida. Bello es el gesto de cariño del disminuido físico o psíquico. La elegancia del que no se puede comprar ropa y la busca en los contenedores de basura algo que ponerse. Esta sociedad pierde profundidad a pasos agigantados. Triunfa lo frívolo y superficial. Se premia la eficacia por encima de todo y las imágenes seleccionadas. Y cae en el olvido la belleza del corazón que ama sin discriminar. Miramos hacia otra parte cuando vemos una realidad que no nos gusta. Qué grande es el hombre que corre el velo que oculta la luz del alma y descubre en la desnudez lo puramente natural y genuino de nosotros. Hasta la flor más hermosa cuando termina la primavera termina marchitándose, pero queda para siempre en nuestra mente el aroma de una flor.
Alberto Real Borrueco
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El desván del gato verde
SpiritualEl desván del gato verde es un compendio de reflexiones, sobre el mundo que nos rodea y la vida en general escrito en clave de poesía. Un viaje a través de pensamientos, que consideran a la espiritualidad, la brújula fundamental para tomar rumbo ha...