Cada vez le damos menos valor a la belleza. Vamos con tanta prisa que apenas reparamos en ella. La auténtica belleza no reside en grandes palacios y mansiones. Ni en objetos valiosos. La belleza no se encuentra solamente en las formas delicadas ni en las perfectas proporciones. La belleza que quizás no atraiga tanto pasa casi desapercibida. En la mirada serena de un viejo. En la inocente sonrisa de un niño. En la bienvenida de un nuevo amanecer. En un manto de estrellas de una noche cualquiera. En el afecto de una mascota. En beso sin aviso. En un gesto de amor por quién sufre. En el que no solo escucha con los oídos sino con el corazón. Lo más hermoso posiblemente se encuentre muy cercano de nosotros. Y que decir de la belleza de lo imperfecto, que mejor se observa, cuanto más radiante brilla el alma, por los ojos que la miran.
Alberto Real Borrueco
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El desván del gato verde
SpiritualEl desván del gato verde es un compendio de reflexiones, sobre el mundo que nos rodea y la vida en general escrito en clave de poesía. Un viaje a través de pensamientos, que consideran a la espiritualidad, la brújula fundamental para tomar rumbo ha...