Bienvenida a la era de la tecnología. Cuantas aplicaciones. Cuantos juegos. Cuantas posibilidades de conocer el mundo mejor que nunca. Y nunca estuvimos más conectados interactuando unos con otros. Pero paradójicamente nunca estuvimos tan solos. Tanta información que apenas podemos procesar. Avances tecnológicos que pueden ser un complemento para nuestras vidas o un retroceso a la vida que pasa mientras una multitud de seres se asoman a la ventana electrónica. Se paraliza un mundo que deja de relacionarse con la naturaleza para sumergirse en el paraíso virtual. Todo a tu disposición sin disponer tiempo para abarcar tanto donde elegir. No se si nos dirigimos sin darnos cuenta a un mundo tecnológico que nos controla y domina o todo esto en su medida nos ayuda a ser más felices. Pero tengo claro que no se puede sustituir un abrazo real, una sonrisa real, un paisaje real, un café real o cualquier actividad real que nos recuerde que hay más lugares donde mirar sin acabar hipnotizados. Una rosa virtual por muy hermosa que sea no guarda el aroma que lo hace la de un jardín.
Alberto Real Borrueco
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El desván del gato verde
SpiritualeEl desván del gato verde es un compendio de reflexiones, sobre el mundo que nos rodea y la vida en general escrito en clave de poesía. Un viaje a través de pensamientos, que consideran a la espiritualidad, la brújula fundamental para tomar rumbo ha...