Probablemente lo de abrazar árboles provenga de tiempos ancestrales, aunque fuera la generación hippie, la que lo pusiera de moda. Hemos ido perdiendo el vínculo con la naturaleza y pensamos que este tipo de ideas son extravagantes sin sentido. Sin embargo hay estudios de como los espacios verdes interaccionan de una manera positiva en niños mejorando su conducta emocional. Mathew Silverstone publicó recientemente en un estudio científico, los beneficios a nivel físico y mental que se producen cuando los seres humanos guardan esta estrecha relación. Afirma que existen propiedades vibracionales los árboles y plantas que pueden beneficiar nuestra salud. Al tocar un árbol el patrón vibracional afecta a los diversos comportamientos biológicos de nuestro cuerpo. No es una idea tan loca la de abrazar árboles. No estaría mal que personas que se saturan de medicamentos se les recetara de vez en cuando más abrazos a los amigos de los druidas celtas. Un buen abrazo afectuoso a un pino o a una encina, produce un intercambio de energías entre el ser humano y el árbol, del que salen beneficiados ambas partes y no olvidemos que el árbol también nos abraza.
Alberto Real Borrueco
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El desván del gato verde
SpiritualEl desván del gato verde es un compendio de reflexiones, sobre el mundo que nos rodea y la vida en general escrito en clave de poesía. Un viaje a través de pensamientos, que consideran a la espiritualidad, la brújula fundamental para tomar rumbo ha...