•Cap 20: Error•

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No debemos tener miedo a equivocarnos. Hasta los planetas chocan, y del caos nacen estrellas.

Dicen que las mejores guerras llegan a los mejores soldados, pero esto era demasiado

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Dicen que las mejores guerras llegan a los mejores soldados, pero esto era demasiado.

Dale tuvo su digno entierro, palabras emotivas de Rick, y una promesa: "De ahora en adelante, lo haremos a su modo".

Esta es la segunda persona en la semana que es enterrada. Al menos, que yo conozca.

Tras la tragedia que ocurrió con Dale, Hershel nos invitó a quedarnos en su casa.

Rick: Muy bien, pongamos los autos cerca, apuntando a la carretera. Construiremos un mirador en el molino, otro en el altillo del granero; así tendremos visibilidad de ambos lados de la propiedad. T-Dog, ocúpate del perímetro de la casa. Controla a los que entran y salen.

T-Dog: ¿Quieres que haga guardia?

Rick: Quiero que tú y Daryl lo hagan.

Alice: Estaba planeando ir a cazar con mi padre, Rick.

Rick: Hoy no, necesito que me ayudes en otra cosa. ¿Puedes ir a hacer guardia en el granero? No quiero que nadie entre ni salga. Necesito vigilados y protegidos a esos dos.

Alice: Cuenta conmigo, señor Sheriff -estaba a punto de ir a hacer lo que me mandaron, pero me volteé a un par de metros- Rick, ¿Qué pasará con ellos? ¿Respetarás la promesa que le hiciste a Dale, o harás lo que es más seguro?

Rick: Tu padre y yo los llevaremos lejos.

Parece que pase lo que pase, debo cruzarme con ambos idiotas. Y para colmo, debo protegerlos.

Alice: Niños, ¿Ya tienen sus pantalones mojados? -les grité desde la puerta- ¡Qué idiota soy! Están vendados -decía burlonamente- Me encantaría entrar y divertirme, ¡Qué suerte tienen de que no pueda!

°•°•°•°•°

Creí que mi día pasaría rápido y con diversión por burlarme de esos dos infelices; pero no fue así.

Me la pasé aburrida, dando cientos de vueltas al granero. Viendo como mi padre clavaba un par de cosas para el mirador, y luego se iba.

Alice: ¿Por qué sigo aquí? Están atados y amordazados. No son tan inteligentes como para soltarse ¡Nadie vendrá!

Shane: Nadie excepto yo, niña -dijo, apareciendo de la nada.

Alice: ¡Fortachón! ¿Qué haces? ¿No deberías estar construyendo el mirador del molino? Sí, te vi hacerlo solo.

Shane: Te necesitan allá. Rick tiene un nuevo trabajo para ti. No te preocupes, me encargaré de vigilarlos.

Alice: ¿Seguro? Rick me dijo que no me moviera de aquí. No sé si pueda abandonar mi puesto sin que el mismo Rick me garantice que debo retirarme.

Shane sonrió y accedí a hacer lo que me dijo. Me alejé dudosa de mi puesto, mientras el fortachón miraba las hendiduras de la puerta.

Cuando llegué, Rick junto a mi padre estaban preparándose para irse.

Alice: ¡Rick! ¿Para qué me necesitabas? Espero que sea rápido porque no me siento segura dejando mi lugar -los miré, extrañándome de lo que pasaba.

Rick: ¿Yo? Se supone que estabas vigilando a Randall y a Mike.

Alice: Creí que...

Daryl: ¿Por qué creíste que tenías una nueva tarea? -me interrumpió.

Alice: Shane dijo que...

T-Dog fue inmediatamente a buscar a los prisioneros. Cuando volvió nos advirtió que ninguno de los tres estaba allí.

Todos corrimos hacia el lugar que se supone que yo no debía abandonar.

Hershel: ¿Cuánto hace que se fue?

Rick: Es difícil saberlo. Las esposas siguen cerradas, deben haberse soltado.

Alice: ¿Y así atacaron a Shane por la espalda?

Hershel: La puerta estaba cerrada desde afuera.

Alice: Pudieron salir por arriba, o por algún hueco de la estructura que estemos ignorando. Quizás hayan tomado este...

Shane: ¡Rick! -me interrumpieron sus gritos. Él venía del bosque, con sangre en el rostro- Están armados, tienen mi arma.

Volteé a ver a Rick, y noté en sus ojos cierta desconfianza.

Shane: Los malditos me tomaron por sorpresa, me golpearon en la cara.

Rick: Hershel, T-Dog, Alice, metan a todos en la casa. Glenn, Daryl, vengan conmigo.

Lori: ¡Alice! -elevó un poco el tono de su voz, y me tomó del brazo- Lleva a Carl a la casa ahora, rápido. Esta vez no me interesan tus caprichos o lo que quieras hacer, tú harás lo que te diga.

No le dije nada, a pesar de todo yo protegería a Carl de cualquier cosa, se lo prometí.

De todas formas, me encantaría ir a por esos dos. Yo misma debería matar a Mike, se lo debo, a él y a mí.

Corrí junto a Carl, lo empujé por las escaleras y lo encerré en una habitación del piso de arriba.

Alice: Quédate aquí. No te muevas.

El resto del grupo llegó, sentí sus pisadas y algunos muebles moverse por el peso de un cuerpo recostándose en ellos.

Alice: ¿Qué te sucede, cariño? -dije adentrándome en la habitación. Carl se veía frustrado, y miraba por la ventana algo desesperado.

Carl: Mi padre y Shane fueron allí -decía mirando la ventana, y la distancia hacia el suelo.

Alice: Lo sé. Mi padre y Glenn también. ¿Qué con eso?

Carl: Es peligroso. Tal vez nosotros deberíamos ir con ellos -trató de saltar por la ventana, pero me puse en su camino.

Alice: No lo creo, enano. ¿Estás loco? Puedes lastimarte si saltas. Me enviaron para protegerte. Tu madre podría matarme si algo te sucede.

Carl: ¿No te preocupa tu padre? ¿Enserio no quieres ir a ayudarlo? ¿Alice, la gran guerrera militar, no quiere ayudar a su padre? -sus ojos penetraron los míos, y por primera vez bajé la cabeza y aparte la vista en una batalla de miradas.

Alice: Sigo sin creer que te ayudaré en lo que quieres -tomé todas las sábanas de la cama y las que habían en un ropero antiguo.

Junto al pequeño, atamos todas y la sostuve. Ya había hecho esto antes, pero no cumpliendo el capricho de un niño.

Carl bajaba lentamente, con algo de miedo, sosteniéndose fuertemente de todas las sábanas.

Alice: No te preocupes, niño. Prometí que nada te pasaría, y no puedo prohibirte hacer algo. Mírame a los ojos -Carl alzó sus ojos, aún sosteniéndose con notable fuerza que le faltaba- No te dejaré caer.

Al fin logró bajarse; sano y salvo. Me lanzó una sonrisa que no puede evitar imitar. Luego corrió hacia el bosque.

Alice DixonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora