•Cap 28: Desconocido•

816 59 0
                                    

Te convertiste en todo aquello que te dije que no me gustaba.

Te convertiste en todo aquello que te dije que no me gustaba

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Desperté al otro día. Me sentía sucia. Era algo asqueroso, algo que no se puede soportar. Estaba tapada, desnuda. A mi lado, ese maldito infeliz, sin vergüenza, que se quedó dormido a mi lado.

Tendrá su merecido, pero primero quería bañarme. Lo necesitaba, no podía soportar esa horrible sensación de suciedad y asco.

Al entrar al baño, lo primero que hice fue vomitar. Lanzar el asco que sentía por aquel idiota recostado en mi cama.

Por más que las gotas caían por mi cuerpo, nada podía calmarme. Solo aquellas lágrimas que juré no derramar más.

A esta altura yo ya no era ninguna santa. Hice cosas que nunca en la vida creí que haría, y algunas aberraciones de las que no estoy muy orgullosa. No soy una buena persona, pero este maldito hijo de puta me quitó lo único inocente que me quedaba.

Salí, con un cuchillo en la mano. Me acerqué a él, y le corté un dedo del pie.

John: ¡Mierda! -gritó.

Tomé mi ballesta, y le apunté.

John: ¿Por qué me apuntas, preciosa? ¿No te hice disfrutar anoche? -dijo con ambos brazos arriba.

Perfecta: ¿Quién mierda eres? -me llené de impotencia, que me hizo derramar lágrimas de rabia- Tú no eres el John que conocí hace años. Tú no eres mi amigo, mucho menos mi hermano. 

John: ¿Sigues con eso, Alí? -lo toqué con la punta del arma al oír ese terrible apodo. Él comenzó a reír, como un loco- Me la pasé día y noche buscándote. Maté a mis padres porque querían evitar que salga en tu búsqueda -me quedé helada ante sus confesiones- Sólo quería encontrarte, ¿Y así me lo agradeces?

Perfecta: ¡Me tocaste, me manoseaste! ¡Me violaste, maldito estúpido! ¡Me drogaste con cosas que están estrictamente prohibidas! ¡Me marcaste de por vida! Me conociste desde pequeña -bajé mi voz- Somos como hermanos, ¿Cómo pudiste?

John: Algún día tenía que pasar -dijo mirando mi cuerpo, mordiéndose el labio inferior.

Perfecta: Te convertiste en todo aquello que te dije que no me gustaba -lo miré con el mayor asco posible.

John: Si aún no me disparaste la flecha, quiere decir que aún me quieres, y que lo disfrutaste.

Prefecta: No. Te iba a disparar en la  cabeza con una flecha, siendo humanitaria, por nuestros años de amistad. Pero lo que me hiciste es innombrable. ¿Viste mi muro de muertos? Es mi favorito entre todos. Tengo vista a ella desde mi ventana. ¿Crees que aguantarás una caída de veinte metros derecho a un lugar donde encontrarás una muerte segura?

Alice DixonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora