Algunas personas están destinadas a encontrarse, pero no están obligadas a permanecer juntas para siempre.
No podía ser verdad. ¿Cómo encuentras a alguien en mitad del fin del mundo?. Aprendí en dos años que eso no era posible, pero a pesar de eso, John logró encontrarme.
John: Te extrañé, Al... -lo miré arqueando una ceja- Perdón, Perfecta.
Perfecta: ¿Cómo es que tú me...? Cambiaste. Estás... raro.
John: Ahora podría ganarte en una pelea.
Perfecta: ¿Cómo en Canadá?
John: Ya te dije que eso lo hice intencionalmente, para que no te castiguen.
Perfecta: ¿Quieres aceptar de una vez que soy mejor que tú? -ambos reímos. Luego un silencio incómodo se hizo presente- Y... ¿Estás solo?
John: Mis padres fueron mordidos cuando esto empezó. Yo tuve que acabar con... -lo tomé del hombro al ver que no podía continuar- ¿Qué hay de ti? ¿Tu padre y tu tío están aquí?
Perfecta: No -volví a bajar la cabeza- Mi tío desapareció aproximadamente dos meses desde que esta mierda se desató.
John: Lamento oírlo. ¿Y tu padre?
Perfecta: Murió. Solo eso. No quiero hablar del tema.
John: Siento saberlo, Perfecta. Pero, nunca más estarás sola. Nunca te dejaré -se abalanzó hacia mí, y me abrazó.
°•°•°•°•°
Luego de hablar unos minutos con John, lo tomé de la mano y lo llevé junto a Negan. Él estaba gritándole a un obrero, por lo que tenía más ganas de ir con él, a ver qué pasa.
Perfecta: ¿Cuál es el problema, Negan? -dije, dejando a John a mi lado.
Negan: Este maldito obrero quería robar una caja de comida.
¿?: Por favor, piedad. Es para mi familia, mis hijos...
Perfecta: Cariño -me agaché a su altura- Aquí nadie roba. Y tus estúpidos problemas no son excusas.
Saqué mi arma y le puse una bala entre ceja y ceja.
John me vio, y se tapó los oídos para no escuchar.Perfecta: Son cosas que tienen que pasar, John. Algún día lo entenderás -volteé a verlo. Tenía una cara llena de espanto.
John: Así como es ella, ¿No asusta a los niños?
Negan: ¿A los niños? -dijo riendo- Ella le causa pesadillas a los adultos.
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Alice Dixon
FanfictionPerfecta: Te esperé varios días en ese maldito lugar hecho mierda, y... ¡Y tú nunca llegaste! -le grité. Ese tipo ya no era nada mío. Me levanté de mi silla y tomé mi preciada ballesta. Le apunté a la cabeza, pero a pesar del odio que le tenía en es...