•Cap 17: Aquí•

857 61 3
                                    

Esa estúpida manía que tengo de hacer las cosas sin pensar, y después pensar en lo que hice. Darle vueltas y vueltas a algo que ya no tiene solución

 Darle vueltas y vueltas a algo que ya no tiene solución

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Cuando desperté, Lori me llamó para cuidar de Carl. Al parecer, el niño podía pararse e irse de la cama.

Al salir, vi al pequeño dándole de comer a unas gallinas junto a su madre.

Carl: ¿Quieres darles de comer? -me preguntó extendiéndome un cubo con maíz.

Alice: No. Tengo suficiente con tener que verte y vigilarte a diario.

Lori me miró de reojo y se fue, dejando a su hijo solo junto a mí.

Alice: Niño, ¿Tu madre hoy estará ocupada?

Carl: No lo sé, ¿Por qué preguntas?

Alice: Mientras no me vean, me iré al bosque a buscar a Sophia. Rick no quiere que nadie salga solo, pero cualquiera de ustedes será una carga para mí. Escuché por ahí que comenzarán a entrenar al resto. Cuando se vayan me iré.

Carl: Quiero ir a la práctica de tiro. Quiero aprender.

Alice: Eso ya no depende de mí. Solo debo cuidarte a donde vayas. De ahí para adelante, haz lo que quieras. Habla con Shane, tal vez te dejen. Hoy no estaré a tu disposición.

°•°•°•°•°

Cuando todo el mundo se fue, traté que ni Dale ni Glenn me vean. Así, como la ganadora que soy, logré salir.

En situaciones normales, no estaría buscando a la niña. Ni siquiera me importaría si vuelve o no. Pero en esta ocasión, era algo personal. En este caso yo la encontré, y por mi culpa sigue perdida.

Siendo sincera, venir al bosque era más por despejarme que por encontrar a Sophia. Pasar el día sola, procesando lo que pasa. Creo que se volverá una costumbre.

Me dirigí al arroyo donde mi padre encontró la muñeca. Es cierto que pudo pasar por aquí, pero nada garantiza que siga viva.

No voy a moverme de aquí. Sí, mi objetivo de hoy era encontrar a la niña. Pero debo pensar.

Oí a Shane decir que probablemente la rubiecita esté muerta. Y no está del todo errado. Tiene doce años y le tiene miedo hasta a su propia sombra. No puede sobrevivir sola en el bosque, lo único que se me ocurría era que quizás se refugió en un árbol, pero ni escalar sabe.

Me recosté en el suelo y miré al cielo.

Alice: ¿Qué hago aquí? ¿Qué fue lo que hice?

Cerré mis ojos un momento, y entendí que no podía seguir afuera. No porque no pueda defenderme de cualquier amenaza, si no porque no tenía nada que hacer allí.

Alice DixonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora