Déjala sola, que se muestre tal y como es. Si el mundo la viera, se enamoraría de ella
En la despensa.
El joven rubio comenzó a explorar la comunidad, tratando de evitar a cualquier persona, en especial a Daryl. Uno de los lugares a los que fue era la despensa, sin intención de robar nada, solo observar.
Por otro lado, Carl ya había buscado por toda la comunidad al chico que un día hizo llorar a la muchacha que ama. Solo quedaba un lugar.
Al verlo de espaldas, dejó su arma en la mesa, y comenzó a hablarle.
Carl: Yo no te conozco, y tú no me conoces. Te estuve buscando por un único objetivo; matarte. Pero, por el cariño y respeto que le tengo a Alice, te doy cinco minutos. Explícame el por qué.
John: Nunca tuve planes de hacerle eso. Desde que éramos niños tuve la esperanza de que algún día se fijara en mí, sin forzarla. Aunque, claro, era demasiado complicado. Ella nunca se fijó en nadie, solo le importaban los ejercicios, su única meta era tener los mejores grados antes que nadie.
Carl: ¿Solo te quería como compañía? ¿Tú única utilidad era que ella no esté sola? -decía con burla.
John: Puede ser -admitió- Además de curarla cuando se metía en peleas, ayudarla en prácticas, defenderla, esperar sentado al lado de las camillas cuando estuvo en los hospitales por meterse donde no debía, viajar con ella y su padre; sí, creo que mi única utilidad era esa.
Carl: Confiaba en ti -aseguró, frunciendo el ceño.
John: ¿Puedes creer que aún confía en mí?
Carl: ¿Por qué crees eso?
John: Ella me dijo que estaba todo bien.
Carl: Pues claro. Ella te dirá que está todo bien, que todo ha pasado, y que no te preocupes; pero en realidad la mataste por dentro.
El rubio agachó la cabeza, aceptando las palabras del joven. No podía negar el hecho de que le hizo pasar un infierno a su amiga, y cada segundo iba culpándose más.
John: Quizás nunca debí conocerla. Quizás nunca debí ir al Armed Hearth. Quizás nunca debí quererla tanto.
Carl: Ella también te quería, se nota mucho, y me dijo unas cosas. ¿Puedes creer la clase de basura que eres y la hermosa persona que es ella? Te quiere tanto que incluso después de que la lastimaste aún trata de entenderte. No entiendo cómo... -el muchacho se empezó a frustrar. Se adelantó al rubio, mirándolo finamente a los ojos- Si tú hubieras visto la dulce y tierna niña que hay debajo de esta estúpida máscara que se puso para protegerse del mundo exterior, nunca le habrías hecho eso.
John: ¿También la viste, a la verdadera Alice? Es muy bonita, tan solo una niña. Es increíble que por tan solo cometer un error se vaya a la basura tantos años de confianza.
Carl: No fue cualquier error.
John: ¿Te gusta? -cuestionó serio.
Carl: ¡¿Qué?!
John: Que si ella te gusta, Carl, no es tan complicado.
Carl: Bueno, ella es muy hermosa y...
John: Te gusta -afirmó interrumpiéndolo- ¿Hace cuánto la conoces?
Carl: Cuando esto empezó, por unos seis meses; y luego la encontré cuando tú...
John: Durante el poco tiempo que la conociste comparado con el mío, lograste enamorarte. Así que dime, ¿No te dieron ganas de acostarte con ella?
Carl: No tengo por qué contestarte eso. Yo estoy aquí para hacer las preguntas, no contestarlas.
John: Vamos, amigo, quiero explicarte las cosas, ayúdame.
Carl: Sí -respondió fastidiado- Anoche quise acostarme con ella, pe-pero dijo que no, ¡Y yo respeté su decisión! No fui como tú.
John: ¡Bien! Pero tú tenías la ventaja de que estuviste con un grupo de personas todo este tiempo para mantenerte cuerdo. Yo solo tenía a mi mamá y a mi papá. ¿Sabes lo que es matarlos a ambos? Me dolió matarla a ella, pero estaba de acuerdo con mi padre de que era una locura salir a buscar a Alice. Ese maldito infeliz, nunca lo extrañaré. En un maldito hijo de puta, desde pequeño vi cómo le pegaba a mi madre, y cuando lo hacía me golpeaba a mí. Por eso ella me envió lejos, a un lugar donde él no podría meterse conmigo, donde me haría fuerte. No sabes lo que es eso, Carl -confesó de pie. Empezó a caminar hacia la ventana, observando las gotas caer, ya sin ver la cara al otro muchacho- Y para un niño que sufrió violencia doméstica en su casa, encontrar a una chica que lo comprenda, que lo acompañe, que esté para mí cuando más lo necesitaba, era prácticamente la salvación. Cuando ella se iba los fines de semana, y yo quedaba solo, me sentía triste. Solo con verla me sentía bien, con ella me sentía a salvo. Tal vez por eso la violé. La quería solo para mí, quería que estuviera a mi lado, para protegerla y que ella me protegiera.
Carl: No porque exista el perdón tendrás derecho a lastimar las veces que quieras.
John: No volveré a lastimarla, no me lo permitiría, y ella tampoco.
Carl tomó el arma y mostró el tambor, revelando que no había ninguna bala en su revólver LeMat.
Carl: Como dije, vine con intenciones matarte, pero a mitad de camino quité las balas. Por lo mucho que le importas a Alice quería creer que había algo bueno en ti.
El rubio miró el arma para voltear y ver a Carl con una sonrisa.
John: Eres un buen chico, Carl. Jane tuvo suerte.
Carl: ¿Jane?
John: Es su segundo nombre, creí que lo sabías.
Carl: Es muy bonito. No sé porqué no me lo dijo.
John: No lo tomes personal, a ella no le gusta ese nombre, y a mí no me lo había dicho. Lo descubrí cuando se le cayó su expediente.
Carl: Cuídate, John. No sé si te quedarás aquí o si te irás, no me molesta ninguna de las dos opciones. También eres buen chico, solo cometiste el peor error que pudiste cometer.
Sosteniendo la sonrisa, Carl tomó su arma, dispuesto a irse, pero la voz del rubio lo detuvo.
John: Sabía que algún día encontraría a alguien mejor que yo. No quería aceptarlo, pero sabía que existía esa realidad. La idealicé conmigo, pero en el fondo siempre supe que era imposible. Amigo, siéntete afortunado, tendrás a tu lado a la mejor mujer que ha existido en la tierra. A veces está un poco loca, a veces es algo inmadura, celosa, inteligente, tierna, bipolar, apasionada, pero siempre es leal a ti, nunca te abandonará. Y hazme un favor, cuídala; tú no tienes idea lo linda que es cuando te demuestra cariño.
Carl: Espero ser lo suficiente para ella. Tampoco quiero incomodarla sabiendo su historia.
John: Dale su espacio, no la molestes tanto. Es segura por fuera, pero indecisa en el interior. Y... le tranquiliza que le acaricies la espalda, eso la hace dormir -rió ante lo último
Carl asintió con la cabeza y se fue. Al salir, se empapó completamente, recordando que su sombrero, que se supone que lo cubriría, lo tenía su querida chica. Corrió en su búsqueda, con una gran sonrisa.
ESTÁS LEYENDO
Alice Dixon
FanfictionPerfecta: Te esperé varios días en ese maldito lugar hecho mierda, y... ¡Y tú nunca llegaste! -le grité. Ese tipo ya no era nada mío. Me levanté de mi silla y tomé mi preciada ballesta. Le apunté a la cabeza, pero a pesar del odio que le tenía en es...