A diferencia de ti, a mí no me da miedo enamorarme
Esta es la segunda semana sin haber puesto un pie fuera de la comunidad, y fuera de esta casa.
La segunda semana sin hablar con mi padre. No porque siga enojada con él, si no por el orgullo Dixon, que es muy grande.
En estas dos semanas, no puse un pie fuera del porche. Y había días en los que ni siquiera salía de mi habitación.
Hoy se fueron la mayoría del grupo y la gente de aquí, incluyendo a mi padre, todos para acabar de una vez por todas a esa gran manada que encontramos.
Estaba sola. Ni siquiera tenía a Judith, pues Carl la había sacado a pasear.
Carl. Aún no nos hablamos. Me encantaría, pero no encuentro ocasión, y no creo que él quiera.
Bajé a la cocina, a buscar algo para comer. Más bien para pensar en otra cosa.
Al pasar por la sala, vi que Carl y Judith habían llegado.
Traté de pasar lo más tranquila y sigilosamente posible, pero no dio resultado.
Carl: Hola -me dijo, sorprendiéndome por haberme dirigido la palabra.
Alice: Hola, niño -nos quedamos en un silencio incómodo. No sabía si seguir la conversación o irme- Y... ¿El monstruo ya comió?
Carl: Sí. Quise sacarla a pasear un rato, para que le dé un poco el sol.
Alice: Claro -nos quedamos unos segundos callados. No sabía si él estaba tan incómodo como yo, pero tampoco sabía cómo seguir la conversación- ¿Sigues enojado conmigo?
Carl: Nunca lo estuve -dijo recostando a Judith en el sofá.
Alice: ¿Qué? ¿Cómo que no? ¡Me gritaste y me dejaste sola! No hablamos en dos semanas.
Carl: Okey, lo admito. Me llené de impotencia y te grité. No fue mi intención. Pero lo único que no me gusta de ti, es cómo llegas a tratar a las personas.
Alice: ¿Y qué? ¿Te gusta el resto? -me acerqué a él. Como el antiguo juego que hacíamos antes de llegar.
Carl: Sí -me dijo decidido, cosa que me sorprendió, pues siempre era yo quien lo ponía nervioso.
Alice: Ah -me sonrojé.
Carl: Mira quién se puso nerviosa ahora.
Alice: Carl -me reí- ¿Quieres jugar? -me acerqué a su boca.
Carl: Cuando todavía no llegamos aquí -se alejó rápidamente- Dijiste que te agradaba cierto chico.
Alice: Sí. Él usa un sombrero de Sherif, tiene ojos celeste cielo que me ayudaron a reconocerlo, es un poco más alto que yo. ¿Quieres saber más? Lo conocí cuando él apenas tenía diez años. Le enseñé a usar cuchillos, lo cuidé, le cumplí los caprichos -él reía mientras contaba las cosas que lo identificaba, de manera un tanto seductora.
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Alice Dixon
Fiksi PenggemarPerfecta: Te esperé varios días en ese maldito lugar hecho mierda, y... ¡Y tú nunca llegaste! -le grité. Ese tipo ya no era nada mío. Me levanté de mi silla y tomé mi preciada ballesta. Le apunté a la cabeza, pero a pesar del odio que le tenía en es...