Demons| TC2

Capítulo 50: ¿Un cretino, yo? Pues...

Alexander Pearson

Es hora de admitir que ésta es la vez que más me ha costado bloquear a Sarah, y el hecho de pensar en lo doloroso que será volver a entrar en su mente no lo haría más fácil.

¿Por qué tuve que ser tan impulsivo? Estaba cabreado y no pensé en las consecuencias. Pero ya era demasiado tarde, estaba tan lejos de casa que ya ni siquiera escuchaba las voces de mis hermanos.

Pero esto es lo que yo quería...¿No es así?

Necesitaba estar solo, tratar de procesar todo lo que había pasado en este día y pensar en un nuevo plan para vencer a Tsalia, y recuperar la humanidad de Sarah.

Vencer a Tsalia y recuperar la humanidad de Sarah, vencer a Tsalia y recuperar la humanidad de Sarah...

Cierro los ojos y recargo los codos en mis rodillas, me tapo la cara con las manos y suelto un gruñido de exasperación.

Yo ya estaba solo. Desde que Sarah perdió la humanidad, lo único que me ha hecho seguir adelante es mi familia, y justo en este momento en que me siento más mierda que nunca...me largué para estar "solo", como si no llevara meses sintiéndome así.

Ni una mierda. Lo que necesito...es un maldito abrazo, pero la única persona que puede solucionarme cualquier problema con un abrazo, o incluso con una sola sonrisa...es meramente el problema.

¿Por qué todo tiene que ser tan malditamente complicado?

La vida de toda mi familia pende de un hilo, o mejor dicho, de mi humanidad. Ya que Sarah está tan empeñada en arrebatármela, será capaz de hacer cualquier cosa para que la pierda, y siendo sincero, no tengo idea de cuanto más logre resistir.

¿Y puede ser posible que a pesar de todo...mi corazón siga amándola?

He tratado de no sentirme peor pensando en que nada de esto es realmente su culpa, ella no es consciente de todo lo que hace ya que no tiene sentimientos y no le importan las consecuencias de sus acciones. Porque lo que siempre ha caracterizado a Sarah son sus sentimientos, ella nunca haría nada a propósito para perjudicarnos. Ella no hubiera dejado que nada de esto pasara.

Podría irme para siempre, huir de Sarah y evitar que me quite la humanidad. Pero eso no garantizaría que Tsalia no fuera por mi familia después.

¿Entonces qué demonios voy a hacer?

Un grito me hace voltear hacia el cielo, visualizo una silueta acercándose, y diviso una cabellera roja cuando ésta cae de golpe encima de mí.

—¿Adelí?

Ella se levanta de un brinco y se vuelve en mi dirección. Se veía bastante nerviosa, y no dejaba de abrazar una cajita de madera.

—¿Alex?—inquiere, aunque más que nada se escuchó como una exclamación de sorpresa.

¿Qué ella era la sorprendida?Literalmente, había caído del cielo. ¿Qué ahora están lloviendo pelirrojas guapas?

Al Alex humano le hubiera encantado algo como eso.

—Adelí...¿De donde demonios saliste?—digo un poco adolorido, ella no deja de examinarme con su mirada, como si tampoco supiera muy bien la respuesta—. ¿Qué sucedió?

En cuanto digo eso sus ojos se encuentran con los míos. Se abren de par en par y retrocede mirando a su alrededor con nerviosismo sin dejar de apretar la caja de madera contra su pecho.

—Yo...—titubea...¡Titubea!

Frunzo el ceño, ahora más confundido que antes, y me acerco un poco a ella. Adelí seguía abrazando la caja, pero ahora miraba a la nada sin dejar de mover los labios.